I+D+i, construyendo un futuro para la economía

Tradicionalmente se hablaba de la Investigación y Desarrollo (I+D) como una de las palancas para mejorar la productividad y la competitividad de un sector o de una economía.

Hoy en día, se le ha añadido una “i” más, la de la innovación.

Qué es el I+D+i

Por lo tanto, I+D+i significa Investigación, Desarrollo e Innovación. La innovación se ha incluido como consecuencia de la importancia de la tecnología en nuestras vidas, en las que los móviles, los ordenadores e incluso los robots, son el presente y el futuro.

De alguna manera, la innovación (tal y como señala el ex primer ministro finlandés, Esko Aho), cierra el círculo, retroalimenta el proceso, ya que define la investigación como la inversión de dinero para obtener conocimiento, mientras que la innovación sería lo inverso, invertir conocimiento para obtener dinero.

No por casualidad, actualmente las empresas tecnológicas son las mayores compañías por capitalización del mundo, con Apple, Alphabet (matriz de Google) y Microsoft copando el podio, y Facebook y Amazon, también entre las 10 primeras posiciones, y subiendo.

Cómo se calcula la inversión pública en I+D+i

Además de las inversiones privadas, la iniciativa pública a la hora de promover actividades de i+D+i resulta primordial para incentivarlas. Los países avanzados invierten una cantidad sustancial de recursos en I+D+i, y sus beneficios son claramente tangibles, ya que les permite mantener o aumentar su competitividad y el valor añadido de sus productos.

En España, se creó un Plan Nacional de Investigación Científica y Técnica y de Innovación, que comenzó en el 2008, y depende del Ministerio de Economía y Competitividad. El Plan trata de actuar sobre diferentes áreas: en el apoyo a la comunidad científica existente, en la formación de nuevos investigadores, ayudando a las empresas y centros tecnológicos, mejorando infraestructuras y equipamientos, etcétera.

Habitualmente, como en tantas otras variables, la inversión en I+D+i se mide como un porcentaje del PIB, ya que de esta manera se puede establecer una comparación más adecuada entre los países. En otras ocasiones, también se calcula la inversión por habitante.

 Y la privada

Los datos de inversión pública y privada pueden ser obtenidos en Eurostat. La inversión privada puede cuantificarse a través de lo reflejado en la contabilidad de las empresas, ya que hay dos cuentas contables específicas para ello, la 200 (investigación) y la 201 (desarrollo).

Qué porcentaje del PIB se recomienda invertir en I+D+i

El objetivo fijado por la Unión Europea para el 2020 es que se invierta un 3% del PIB en I+D+i.

Según los datos del Banco Mundial (año 2013), Suecia, Finlandia y Dinamarca ya superan este porcentaje, mientras que Alemania se encuentra cerca de esta cifra. Francia se sitúa en el 2,24%, Reino Unido en el 1,66% e Italia en el 1,31%.

Por su parte, España invierte sólo el 1,26%, muy por debajo del objetivo, y por debajo de países cuyas economías fueron intervenidas en parte, como Portugal (1,33%) e Irlanda (1,54%).

Qué países invierten mejor en I+D+i

El porcentaje medio a nivel mundial es del 2,12%. Estados Unidos es el mayor inversor en términos absolutos, aunque en porcentaje, invierte un 2,73% del PIB.

Los líderes en porcentaje sobre el PIB son Corea del Sur (4,15%), Israel (4,09%) y Japón (3,47%).

En el caso de Corea y Japón, sobran los comentarios, pues ambas naciones son vistas en todo el mundo como paradigmas de la tecnología.

Sin embargo, el caso de Israel es especialmente significativo, pues este pequeño país invierte un elevado porcentaje del PIB con el objetivo de generar empleo y prosperidad (si bien, hay que señalar que, en parte, está motivado por la industria militar y de seguridad).

No obstante, la mayoría de la inversión en I+D+i israelí se aplica a la satisfacción de necesidades de los consumidores, y sus universidades son grandes creadoras de empresas, surgidas a raíz de sus investigaciones. En el país, además, hay nada menos que 290 centros de Investigación y Desarrollo de nuevos productos, pertenecientes a empresas multinacionales.

No en vano, se habla del Silicon Wadi, en paralelismo al conocido Silicon Valley estadounidense, en referencia a una zona costera de Israel, con una gran concentración de empresas de alta tecnología.

Beneficios y ventajas de la inversión en I+D+i

La Comisión Europea subraya la importancia de la inversión en I+D+i, como motor de la economía, en esta sociedad del conocimiento en la que vivimos.

No podemos vivir (o casi) sin los ordenadores, sin Internet o sin los teléfonos inteligentes. El Big Data está cambiando enormemente la forma de vender o de estudiar algunos comportamientos, y el Internet de las cosas nos acerca a un futuro totalmente interconectado.

No por casualidad, el ranking de inversión en I+D+i está encabezado por países muy desarrollados (o algunos que aspiran a serlo, y por eso la están potenciando, como Eslovenia). Hay que tener claro que invertir en innovación puede ser muy rentable a largo plazo.

Esta es la clasificación de los 15 países que más invierten:

Cómo incentivar el aumento de inversión en I+D+i

A pesar de todas las bondades que pueda suponer la inversión en I+D+i, no es fácil para las empresas dedicar parte de su presupuesto a este apartado. Habitualmente, sólo las compañías relacionadas de alguna manera con ello (farmacéuticas, biotecnológicas, empresas de electrónica, de software o grandes fabricantes) ponen parte de su dinero para esta labor.

Una de las limitaciones que existen en España es el tamaño de las empresas. Cuanto más grande es una compañía, más capacidad tendrá para dedicar una parte de sus recursos al I+D+i, mientras que las pequeñas empresas apenas pueden hacerlo (y hay que recordar que, en España, el 99% de las empresas son Pymes).

Por el otro lado, toca al Sector Público la tarea de incentivar la inversión en I+D+i, a través de subvenciones, ayudas y deducciones, inversión en infraestructuras (Internet de alta velocidad más asequible, parques tecnológicos…), formación, etcétera.

Aspectos como la potenciación de la Formación Profesional, la adecuación de ésta y de la Universidad a la realidad de las empresas, o la potenciación de las carreras técnicas, también contribuyen a la generación de más innovación.

Hay que tener en cuenta que muchos de los empleos que existen hoy en día no los había hace 20 años, y dentro de otros 20, habrán desaparecido algunos de los tradicionales, y surgido otros nuevos. De la capacidad que exista para adaptarse a este cambio saldrán los países punteros en el futuro.

Resultados

Podría parecer difícil cuantificar cuál es el impacto real de la inversión en I+D+i. Sin embargo, si nos fijamos en la evolución de los dos países que más invierten en esta materia, lo podemos ver un poco más claro.

En el caso de Israel (fuente: datosmacro.com), su PIB per cápita en 2016 fue de 34.355 euros, mientras que en 2006, sólo era de 17.449 (es decir, que prácticamente se ha duplicado, se ha incrementado un 97%).

Por su parte, en Corea del Sur el PIB per cápita ha subido de 14.977 euros en 2005 a 24.532 en 2015 (un 64% de subida).

Mientras, en España hemos pasado de 22.700 en 2006 a 24.000 euros en 2016 (un ascenso de apenas un 6%).