Hipotecas verdes. Dentro de una marcada tendencia mundial hacia las inversiones socialmente responsables (ISR) han surgido recientemente las hipotecas verdes. A primera vista podría extrañar la etiqueta de producto verde en un préstamo hipotecario, pero tiene su explicación: las hipotecas verdes se basan en mejorar la eficiencia energética de los edificios; por eso se las considera un producto financiero sostenible.
Más en concreto, una hipoteca verde es un préstamo que vincula el tipo de interés que se aplica a las mejoras que se consigan en la eficiencia energética de una vivienda. Así, cuanto más eficiente se haga la vivienda, menos se paga por ella.
La idea es ayudar a descarbonizar la economía a través de unas viviendas más respetuosas con el medio ambiente. Y es que, los edificios generan el 36% de las emisiones de dióxido de carbono en Europa y suponen el 40% de la energía que se consume.
Las viviendas europeas tienen cerca de 20 años de media, por lo que son poco eficientes si aplicamos los requisitos actuales. De los 247 millones de viviendas existentes, más de 220 millones se construyeron antes de 2001. Y esto complica el objetivo de la Unión Europea de alcanzar cero emisiones en 2050.
El certificado de eficiencia energética, clave
Así como el certificado de eficiencia energética es obligatorio para poder vender o alquilar una vivienda, también lo es para conseguir una hipoteca verde (más barata). Ahora, para ser elegible para una hipoteca verde, hay que obtener la tasación de la vivienda, el certificado de eficiencia energética y también un listado de las mejoras que tenía antes y las que tendrá tras la rehabilitación.
Como premio, tendremos acceso a una hipoteca verde, con un tipo de interés menor, y lograremos -tras las reformas aplicadas para conseguir la hipoteca- una vivienda que tenga unos costes energéticos menores (más sostenible y que emita menos CO2). Para ello, hay que aplicar reformas que la eleven al nivel A de eficiencia energética, que significa que la vivienda consume menos que la media.
Para incentivar aún más su implantación, las hipotecas verdes o eco-hipotecas tienen menos comisiones, vinculaciones similares al resto para los ahorradores y una tasa de impago menor, lo que resulta atractivo para los bancos.
Su oferta es aún reducida entre las entidades financieras españolas, pero ya hay algunas en el mercado. Para los ahorradores, la idea fundamental tras estas hipotecas es valorar si las reformas que casi siempre se realizan al adquirir una vivienda de segunda mano (climatización, aislamiento, iluminación, etc.) suponen una mejora en su eficiencia y, de ser así, acceder a una hipoteca (verde) con mejores condiciones.