Una de las ideas más repetidas en el mundo de la inversión es la importancia de la diversificación, pero ¿a qué nos referimos en la práctica con esta expresión?
El concepto general es que aunque las inversiones concretas dentro de una categoría pueden tener un factor importante de riesgo, en la medida en que invertimos de forma proporcional en toda una categoría nuestro resultado final se parecerá más a la media de la categoría, evitando así los riesgos inherentes a cualquiera de los componentes individuales de la categoría. Veamos un ejemplo para entender mejor esta explicación abstracta:
Si decidimos invertir 1.000€ en renta variable española (empresas cotizadas) tendríamos varias opciones: podría invertir los 1.000€ en una sola empresa, comprando por ejemplo 1.000€ de acciones de Telefónica. Otra opción sería la de comprar 100€ de acciones de 10 empresas diferentes: Abertis, Telefónica, Mapfre, Santander, Inditex, etc. Desde el punto de vista de la gestión de activos, en los dos casos habremos invertido 1.000€ en renta variable española. En el segundo caso diremos que estamos mucho más diversificados ya que no solo tenemos participaciones en una empresa sino en diez.
Ventajas e inconvenientes de la diversificación
La principal ventaja de la diversificación es que evitamos el riesgo concreto de una sola empresa. En nuestro ejemplo anterior, si Telefónica tiene problemas graves, nuestra inversión podría disminuir considerablemente. En el segundo caso, donde tenemos 10 empresas diferentes, nuestro resultado se parecerá más a la media de todas las empresas que a cualquier caso individual de esas 10 empresas.
Los inconvenientes de la diversificación son la otra cara de la misma moneda. Así como diversificando tenderemos a obtener el resultado del conjunto de todas nuestras empresas, evitando el fuerte impacto de algún caso aislado negativo, igualmente evitaremos el beneficio de cualquier caso aislado positivo. Si estamos altamente diversificados en nuestras inversiones, resultará muy difícil que podamos batir a los índices, que representan la media del mercado.
¿Por qué se recomienda la diversificación entonces, si nos impide obtener resultados mejores que la media? Muchos estudios realizados muestran que el inversor medio suele obtener peores resultados que los índices. Por tanto en la medida en que exista incertidumbre en nuestras decisiones, es aconsejable diversificar para que ningún evento individual pueda perjudicarnos en extremo. En la medida en que vayamos aumentando nuestro conocimiento y nos especialicemos, nos podemos plantear si conviene concentrar alguna parte de nuestras inversiones en las cosas que entendemos realmente bien.
El legendario inversor Warren Buffett lo expresó de la siguiente manera: “Diversificar es protegerse contra nuestra propia ignorancia”.
Herramientas para diversificar
Ahora que ya hemos visto el concepto general de la diversificación, veremos que es una cuestión que debemos considerar a cada paso de la gestión de nuestro patrimonio. En un primer paso tendremos que decidir qué porcentaje queremos invertir en renta fija, renta variable, materias primas, activos inmobiliarios, etc. Vivimos en un mundo incierto y a la hora de estructurar nuestro patrimonio conviene también tener una buena diversificación.
Uno de los obstáculos que nos vamos a encontrar a la hora de intentar lograr una buena diversificación es que la gran cantidad de activos en los que podemos invertir pronto hacen que lograr una buena y extensa diversificación sea un proceso complicado y caro. Volviendo a nuestro ejemplo anterior, habíamos propuesto la opción de invertir en 10 empresas españolas para intentar tener exposición a renta variable española, pero solo el Ibex 35 ya está compuesto por 35 empresas. Comprar acciones de todas estas empresas nos supondría un alto coste en gastos y comisiones.
Afortunadamente desde hace unos años existen fondos de inversión y, sobre todo, fondos de inversión cotizados (ETF) que se dedican a replicar clases de activos e índices. Los fondos en cuestión compran todos los activos que componen un índice y nosotros a su vez podemos invertir en estos fondos para participar de la evolución de esos activos. Esto nos permite estar expuestos a una cesta de activos, de una forma muy eficiente y con gastos mucho menores que si intentásemos replicarla por nuestra cuenta.
Conclusión
La diversificación es un aspecto que debemos tener en cuenta a todos los niveles a la hora de tomar decisiones financieras. La inversión es por su naturaleza una actividad con un considerable grado de incertidumbre y diversificando conseguimos amortiguar parte del riesgo, logrando que ningún evento aislado pueda perjudicar nuestro patrimonio en exceso.
El inversor en la actualidad tiene muchas opciones y herramientas financieras para poder elegir una buena forma de estructurar su patrimonio. Aunque hay opciones más complejas para inversores expertos, como los derivados financieros, la mayoría de inversores puede hacer un uso inteligente y eficaz de los fondos de inversión y ETF para obtener un enorme grado de diversificación a bajo coste.