El comercio online está cada vez más presente en la vida cotidiana de la mayor parte de la población. Inicialmente, los viajes eran el principal bien o servicio que se compraba en internet, pero ahora, pasados los años, la gente le ha perdido el miedo a las compras online y cada vez son más las categorías de productos comprados vía internet. Ahora, por ejemplo, prácticamente todos los grandes supermercados permiten hacer pedidos en su web.
Vamos a analizar las ventajas e inconvenientes de hacer nuestra compra semanal por internet y para ello revisaremos aspectos que hay que tener en cuenta para decidirnos.
Ahorro
Un buen motivo para decidirnos a hacer nuestra compra online puede ser el ahorro, pero no sólo deberíamos pensar en un ahorro puramente económico, deberíamos considerar el ahorro de tiempo y otros recursos (esfuerzo de cargar con la compra, etc.).
Dinero
En este punto no vamos a considerar el coste “económico” de nuestro tiempo, sólo ahorros puramente financieros sin otras consideraciones.
Los supermercados permiten beneficiarse de todas las ofertas de los hipermercados de compra presencial (los típicos 3×2, 2ª unidad al 70%, etc.).
Además, muchas cadenas realizan promociones específicas. Algo normal porque desde el punto de vista del supermercado es mucho más eficiente y fácil de gestionar que hagamos la compra desde casa. No saturamos el punto de venta, pueden planificar la recogida de productos y llegado el caso, podrían crear un propio centro logístico para atender pedidos online fuera del propio punto de venta, algo que ya ocurre en algunos países. De esta forma, descongestionan el punto de venta y abren nuevas vías por un canal diferente y un perfil de cliente propio.
Pero hay un factor que puede ser incluso más significativo que al anterior: con la compra online, la compra por impulso se reduce significativamente.
Todos sabemos que en el supermercado, los productos se colocan de una determinada forma para incentivar que consumamos unos productos por delante de otros: la música, la temperatura, la zona en la que se venden, …
Desde nuestro ordenador, todas esas influencias externas se pierden. Podemos tener pop ups o similares, pero sin duda su influencia en nuestro comportamiento de compra será menor. No es lo mismo ver una chocolatina mientras esperamos para pagar que ver una molesta ventana que se abre mientras hacemos la compra. Por tanto, la compra se convierte en un proceso más racional ya que seguimos una pauta más estructurada y eso puede implicar un ahorro muy relevante a final de mes.
Finalmente, si no tenemos la fortuna de tener un supermercado cerca de casa y vamos en coche, el coste de transporte es otro elemento a considerar (gasolina, aparcamiento…). La mayoría de supermercados ofrecen envío gratuito a partir de cierto importe de compra (de 90€ a 150€), y por lo tanto esa es otra vía de ahorro.
Tiempo
El tiempo es oro, y por tanto es una variable relevante. Normalmente, la compra del supermercado suele ser muy repetitiva. El hecho de poder tener una serie de productos predefinidos implicará un ahorro importante de tiempo, puesto que con tan sólo un click podremos tener en nuestra cesta virtual los productos que cada semana compramos. Dependiendo de lo grande y recurrente que sea nuestra cesta, podemos tardar menos de media hora en hacer la compra por internet.
En cambio, si vamos físicamente… Desplazamiento, coger el carro, ir seleccionando productos, pagar, cargar el carro, etc. Si tenemos que coger el coche ese tiempo se incrementa exponencialmente.
Comodidad
Hacer la compra del supermercado desde nuestro ordenador, tablet o móvil, se puede llevar a cabo en los descansos de nuestra serie o programa de televisión favorita, o mientras hacemos otra cosa en casa. En cambio, la compra presencial requerirá desplazarnos, hacer colas, pasar frío/calor, las inclemencias del tiempo…
Además, no tendremos que cargar los productos, y para algunos tan pesados como bebidas, productos de limpieza u otros artículos grandes y de peso, es un hecho que se nota para bien.
Conservación de productos
Otro elemento a considerar es la conservación de los productos y la importancia de mantener la cadena de frío en los frescos o congelados. En teoría, en el reparto a domicilio se garantiza que se cumplan las condiciones adecuadas para que eso sea así. En cambio, nosotros en nuestro camino a casa a lo mejor tenemos que pasar por otro sitio o no tenemos medios para garantizar la temperatura adecuada.
Quizás sea lo que menos se compre online, ya que a todos nos gusta escoger las manzanas, tomates o bistecs que queremos llevarnos, y por tanto, para mucha gente puede suponer un problema delegar esa función en un empleado del supermercado.
Por ello, mucha gente opta por hacer las compras grandes y pesadas online, y dejar los productos frescos (carne, pescado, verduras y frutas) para comercios de proximidad especializados en los que poder escoger el producto.
Recientemente se ha conocido que el gigante del comercio online Amazon empezaba a vender productos de alimentación en su tienda en España. Esto puede suponer un nuevo impulso a esta forma de hacer nuestra compra de comida online y sin duda es un signo de fortaleza sobre el potencial de este negocio para el presente, y sobre todo para el futuro.