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Guía paso a paso para empezar a ahorrar de una vez por todas

hombre usando una calculadora en una oficina

Estamos en la que es, probablemente, la época de mayor gasto del año. Una vez pasado el Black Friday (que en algunos casos, se alarga durante una semana), llega la campaña navideña, con los gastos asociados que trae aparejados en comidas, regalos, etcétera.

Aunque parezca paradójico en un momento como este, te vamos a proponer ahorrar, pero no de cualquier manera. Vamos a hacer una guía paso a paso, para que te resulte fácil seguirla. Como se suele decir, todo es empezar, y con un método, se puede conseguir.

¡Empezamos!

¿De verdad es posible ahorrar?

Muchas personas se ven incapaces de ahorrar. No es porque no se lo planteen, sino porque perciben que el dinero que ganan no es suficiente para ello; de hecho, más de un 70% de los españoles afirman que esta es la principal razón para no hacerlo.

Aunque esto pueda ser cierto en algunos casos, también es cierto que más de un 65% de los españoles afirma que lo que le descuadra sus finanzas son los gastos imprevistos, y más de un 40% reconoce que prefiere darse algún capricho antes que ahorrar.

En cualquier caso, el hecho es que, como veremos, siempre es posible hacer una mejor gestión de nuestras finanzas.

¿Puedes ahorrar un céntimo de euro? Aunque esta pregunta pueda parecer una perogrullada, simplemente siguiendo el método del céntimo, ahorrarías más de 600 euros al año. Así que… no nos digas que no puedes ahorrar. Venga, ¿ya estás convencido? Seguimos.

Cuánto ahorrar

Esta es la primera pregunta que debemos contestar. Ya no te estás planteando si puedes ahorrar, sino cuánto vas a ahorrar cada mes. ¡Vamos bien!

Como es lógico, no todo el mundo puede reservar la misma cantidad de dinero, depende de tus ingresos y de tus gastos (y de lo imprescindibles o no que sean estos).

Te vamos a ofrecer, como orientación, que ahorres un 10% de tus ingresos. ¿Cómo? ¿Que no puedes? ¿Estás seguro? Sigue leyendo, te ofreceremos pautas para que lo puedas conseguir. Pero, antes de nada, simplemente imagínate que tus ingresos, por los motivos que sean, se reducen en un 10%. ¿Serías capaz de adaptarte? No te quedaría más remedio, así que, probablemente seas capaz de hacerlo en la situación actual.

Fondo de emergencia

Con esos primeros ahorros que vas generando, lo primero será constituir un fondo de emergencia, que te servirá para hacer frente a esos imprevistos que pueden surgir: un accidente con el coche, un electrodoméstico que se estropea… o una bajada de ingresos, con la que no contábamos.

Como orientación, el fondo de emergencia lo puedes medir en meses de libertad financiera. Por ejemplo, si tienes un nivel de gastos de 1.500 euros mensuales, con 9.000 euros tendrás seis meses de libertad financiera.

La importancia del preahorro

Relacionado con todo lo anterior, está un concepto del que ya hemos hablado en alguna ocasión, el preahorro. La mayoría de las personas piensan en cuánto pueden ahorrar una vez descontados todos sus gastos, de esta manera: he ingresado 1.500 euros, he gastado 1.400, este mes puedo ahorrar 100…

Esta manera de hacerlo tiene un problema, y es que se tiene tendencia a gastar lo que hay, y de este modo es difícil que sobre. Unos meses sí que se ahorrará y otros no, y al final sólo se consigue hacer de vez en cuando —con suerte—, no es algo sistemático.

En realidad, el mejor método para hacerlo es justamente el contrario. Lo primero, dedicar una parte de nuestros ingresos al ahorro. Y luego, de lo que nos quede, ya podemos gastar. ¿Cómo hacerlo?

Buscamos una cuenta corriente sin gastos, desde la que poder operar, y damos una orden al banco para que todos los meses haga una transferencia a otra cuenta, que será la que nos sirva como cuenta ahorro.

Esta cuenta, que además nos puede proporcionar alguna rentabilidad, estará separada de cualquier tipo de gasto corriente (que estarán vinculados a la cuenta principal), y nos servirá para construir nuestro colchón de emergencia, e incluso para tener el dinero con el que luego podremos invertir y obtener alguna rentabilidad.

De esta manera, ya vamos a planificar nuestros gastos contando únicamente con el dinero que nos queda una vez descontado el ahorro, con lo cual evitamos la tentación de gastarlo.

Planifica y controla tus finanzas

Una cuestión primordial a la hora de ahorrar es la de la planificación. Elabora un presupuesto de gastos, y descubre y controla en qué te gastas el dinero.

Si configuras un sistema de alertas en tu cuenta bancaria, tendrás un mejor control de tus finanzas, ya que evitarás descubiertos, conocerás los movimientos a través de e-mail o mensaje al móvil, y podrás conocer cuándo has llegado a determinado nivel de gasto mensual, o cuándo el saldo que tienes en la cuenta está por debajo de un nivel determinado.

Habrá una serie de gastos mensuales, más o menos fijos (vivienda, coche, comida, electricidad, gas…) y otros que son necesarios, pero no tienen esa periodicidad mensual (por ejemplo, los seguros). Es importante tener el control de tus facturas, para verificar si lo que te cargan en tu cuenta es correcto, o simplemente estás gastando demasiado en alguna cuestión.

Además, tendrás otros gastos que quizás no sean tan imprescindibles como pensabas, o quizás simplemente descubras que estás gastando una importante cantidad mensual en algo que podrías eliminar.

Controla los pequeños gastos

Esos gastos que se suelen pagar con “unas monedillas”, pero que pueden hacer un roto considerable en nuestra economía, cuando sumamos lo que gastamos. A modo de ejemplo, fumar, tomar varios cafés al día, o desayunar fuera de casa, puede suponer un importante volumen mensual de dinero, del cual no somos totalmente conscientes, porque vamos desembolsando pequeñas cantidades. Pero estos son solo ejemplos, hay muchos casos de este estilo, y cada uno puede tener los suyos.

Invierte para sacar una rentabilidad a tus ahorros

Aunque este apartado se sale ligeramente de las intenciones de esta guía para empezar a ahorrar, no estaría completa sin hacer mención a la inversión. Es decir, qué hacer cuando ya contamos con un remanente. Y es que, una vez que se ha conseguido ahorrar, se trata de obtener un rendimiento por tu dinero o, al menos, no perder valor, porque, ya sabes, tener el dinero debajo del colchón es una buena manera de perderlo.

 

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