El cambio climático, la subida del precio de la electricidad y los derechos de emisión de CO2 son factores relacionados con la nueva orientación verde que tienen muchos países. La transición energética es uno de los pilares en los que pretende apoyar la Unión Europea la recuperación y modernización de la economía, de cara a conseguir la neutralidad climática alrededor del año 2050.
En este contexto, los gobiernos son importantes impulsores de la iniciativa a la hora de aportar recursos, pero la comunidad inversora también juega un papel destacado, debido a la que los costes de descarbonización de la economía son muy elevados. Aquí surge el concepto de bonos verdes.
Qué son los bonos verdes
Los bonos verdes son un instrumento de financiación que puede ser emitido por instituciones públicas o entidades privadas, y que están destinados a financiar o refinanciar activos o proyectos sostenibles y socialmente responsables.
Ya en 2007, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) lanzó al mercado una emisión de bonos verdes, por importe de 600 millones de euros, centrada en las energías renovables y la eficiencia energética. En la última década, este mercado ha ido creciendo rápidamente, en consonancia con el incremento de la preocupación por el medio ambiente, incluyendo emisiones tanto de organismos internacionales como de compañías privadas.
Los bonos verdes tienen un marco de principios, inspirados en los criterios establecidos por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA) en la guía publicada en 2017. No es una lista limitativa, aunque incluye una gran variedad de áreas:
- Energías renovables.
- Eficiencia energética (producción, almacenamiento y distribución).
- Construcción ecológica.
- Prevención y control de la contaminación y de las aguas residuales.
- Tratamiento y reducción de emisiones contaminantes y de gases con efecto invernadero.
- Prevención de residuos, reciclaje y economía circular.
- Gestión ambientalmente sostenible: cría de animales, producción agrícola sostenible, sistemas de riego eficientes, reforestación y preservación de paisajes naturales, conservación de la biodiversidad, protección de entornos marinos y cuencas hidrográficas.
- Transporte limpio (eléctrico, público, ferroviario, no motorizado…).
- Gestión sostenible del agua.
- Adaptación al cambio climático.
Greenium: la prima verde
Los bonos verdes se han convertido en un instrumento atractivo para muchos inversores, por un doble motivo:
- Con ellos se puede obtener una rentabilidad por el dinero,
- Permiten participar en proyectos que ayudan a la mejora del medio ambiente y a la sostenibilidad de la economía.
De este modo, según los cálculos de S&P, en 2021 se alcanzaría una emisión récord de bonos verdes que podría superar los 400.000 millones de dólares. Según los datos de la Iniciativa de Bonos Climáticos (CBI, por sus siglas en inglés), en mayo ya se habían superado los 150.000 millones de dólares.
Algunos países como Alemania, Italia y España ya están realizando sus propias emisiones, con gran éxito; como muestra, en la primera realizada por nuestro país, en septiembre de 2021, la demanda multiplicó 12 veces la oferta.
¿Qué es la prima verde que los inversores están dispuestos a asumir?
La inversión en bonos verdes puede satisfacer al comprador por «aportar su granito de arena» a la sostenibilidad del planeta; sin embargo, este no es el motivo principal por la que este tipo de bonos tendrían una prima verde o greenium.
La razón principal para que haya una prima es simplemente una cuestión de oferta y demanda; como se ha explicado anteriormente, estos bonos están gozando de un gran auge. Según los datos de CBI, mientras en los bonos convencionales, la demanda ha sido 2,9 veces superior a la oferta en 2020, en el caso de los bonos verdes la multiplica por 4,2.
Por el funcionamiento habitual del mercado, la mayor demanda ocasiona una subida del precio de los bonos y, por lo tanto, una bajada de su rentabilidad, lo que se traduce en esta prima o greenium. Por lo tanto, no se trata de una característica intrínseca de estos bonos, ni se «cobra» a los inversores por adquirir este tipo de bonos, tan solo es consecuencia del comportamiento actual del mercado de bonos verdes.
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