Casi todas las personas, más allá de nuestro nivel económico, tenemos un patrimonio. Más pequeño o más grande, todos tenemos ciertas propiedades que conforman nuestro patrimonio personal, el cual debemos gestionar. Porque el patrimonio no es algo inamovible e inmutable. El patrimonio también se desarrolla para hacerlo crecer o, al menos, para que no mengüe y pierda valor.
Por ello, vamos a analizar qué es exactamente y cómo puede gestionarse, porque la gestión patrimonial no es algo vedado a unos pocos millonarios. Todos debemos conocerla para saber si podemos sacar un mayor rendimiento a nuestras pertenencias.
¿Qué es y por qué tiene más importancia de la que pensamos?
El patrimonio es el conjunto de bienes que pertenecen a una persona, a varias o a una sociedad. Además, es susceptible de tener un valor económico. Esto supone que todo lo que poseemos tiene un valor, se puede intercambiar por dinero, de ahí su importancia.
Por ende, la gestión patrimonial es, como su propio nombre indica, la gestión o manejo de ese conjunto de bienes y que, en sí misma, conforma una disciplina de la asesoría de inversiones que incluye la planificación financiera, la gestión de carteras y otra serie de servicios financieros globales.
Esto supone que la gestión patrimonial no es una cuestión baladí y que en ella intervienen varios factores. Por ello, tanto las grandes fortunas como las familias o las pequeñas empresas deben contar con un mínimo de conocimientos o con la ayuda de servicios profesionales siempre que quieran sacar rendimiento a su patrimonio o, al menos, tenerlo bien cubierto y a salvo de imprevistos.
Pero todo ello dependerá de la naturaleza de ese patrimonio, porque no es lo mismo que esté conformado por bienes inmuebles a que se trate de dinero en especie o acciones y participaciones en fondos de inversión. Cada uno tiene su propia forma de gestionarse y conviene conocerlas bien para saber las posibilidades que tienen.
¿Cuál es la mejor estrategia de gestión patrimonial?
Responder a esta pregunta es bastante complicado, porque la estrategia de gestión patrimonial dependerá de la naturaleza de los activos que tengamos y lo que queramos conseguir de ellos. A partir de eso, se podrá establecer una fórmula de gestión que permita maximizar este patrimonio, hacerlo crecer y protegerlo.
Bien es cierto que hay algunas fórmulas muy comunes, como el family office, que es una plataforma de inversión para gestionar los grandes patrimonios -la mayoría de las grandes fortunas del mundo elige esta forma de gestión-.
La ventaja de esta plataforma es que engloba todos los servicios -planificación financiera, inversiones en diferentes activos, planificación global, fiscalidad, sucesión…etc.-. Si se llama family office es porque se encarga del patrimonio de una familia con el objetivo de que esos bienes se puedan transmitir a las generaciones venideras en las mismas condiciones, o mejores. Por ello hay que gestionarlo de manera adecuada para que no se pierda por el camino.
En cualquier caso, aunque no tengamos una gran fortuna ni un gran patrimonio, siempre debemos hacer lo posible por gestionarlo de tal forma que nos procure rendimientos y que pueda perdurar en el tiempo. Para ello, debemos contar siempre con el mejor asesoramiento y conocer qué productos nos pueden dar rentabilidad y ayudar a crecer nuestros bienes.