Desde el pasado 30 de diciembre Facebook puede ofrecer servicios financieros en nuestro país al oficializarse en el Registro Oficial de entidades del Banco de España la entidad Facebook Payments International Limited, después de conseguir la licencia del Banco Central de Irlanda que le permite operar dentro de la Unión Europea.
En concreto, Facebook ya puede participar en un segmento de negocio en el que están entrando muchos nuevos operadores: el envío de dinero entre usuarios, a través de Facebook Messenger, pero teniendo también en cuenta la integración con Whatsapp.
El servicio Apple Pay va a cumplir pronto su primer año en España. Google ya lanza señales de que se puede convertir en un operador financiero importante: ha empezado a emitir tarjetas de débito y a dar préstamos en Reino Unido y Estados Unidos, y se prepara para dar el salto en el segmento de las tarjetas de crédito. Amazon, que ya da préstamos a sus vendedores asociados, ya tiene la plataforma para convertirse en un “supermercado” de productos financieros y seguros.
Estos son cuatro ejemplos de lo que ya ofrecen cuatro de los gigantes tecnológicos, un sector que, apoyado en sus ventajas, como su capacidad de difusión y captación a millones de clientes, busca introducirse en el sector financiero y convertirse en uno de los principales dinamizadores en los próximos años. Os lo explicamos:
Facebook como banco
La red social más grande del mundo es una de las empresas tecnológicas con mayor potencial de penetración en el segmento financiero. Ya hemos mencionado su liderazgo en mensajería instantánea (Facebook Messenger junto a Whatsapp), lo que le posiciona con fuerza en el mercado de los pagos entre particulares. No es nuevo. En 2012, en colaboración con el banco australiano Commonwealth Bank, ya puso en marcha una aplicación para realizar pagos a través de la red social. No es su única fortaleza. Facebook es una puerta de acceso a las entidades financieras. Clientes de los bancos ASB Bank (Nueva Zelanda) o ICICI Bank (India) utilizan esta red social para entrar.
La interacción social para los 1.600 millones de usuarios de Facebook permite ofrecer una relación con los servicios financieros de diferentes maneras. La más sencilla es utilizarlo como un medio de comunicación bidireccional entre cliente y entidad, algo que ya realizan muchos bancos como Self Bank. La siguiente es aprovechar con acuerdos, o de forma independiente, este volumen para operaciones sencillas como es el pago de pequeñas cantidades de forma online.
Pero el tercero, y con más potencial, es usar el conocimiento del usuario para contratar productos: desde cuentas e inversiones hasta préstamos con una doble vertiente: conocimiento del usuario y de sus preferencias, y usarlo también como instrumento de valoración del riesgo. Por ejemplo, la empresa Loyal 3 permite a los usuarios de Facebook comprar acciones de empresas que “les gusta” y que comparten en la red social.
Amazon como banco
El líder del comercio electrónico a nivel mundial, con permiso de la china Alibaba, ya ha dado sus primeros pasos ofreciendo financiación a sus vendedores. Este hecho, que puede parecer anecdótico, se sitúa dentro del contexto hacia dónde se dirige este gigante.
Aunque cada vez vende más y crece en más segmentos, lo hace menos con sus productos propios y más con los de otros vendedores asociados a los que ofrece además de una plataforma de ventas, una integración vertical en la que tiene puntos clave que puede trasladar al sector financiero.
Si desea vender servicios financieros, Amazon ya tiene una masa crítica de clientes de gran tamaño. Además sabe segmentar y analizar las preferencias del cliente para ofrecer productos que se ajusten a sus necesidades, y poseé un servicio postventa muy valorado en el que también interactúa el propio consumidor. Es la base para ofrecer servicios añadidos que capten a los clientes y convertirse en una plataforma también para la comercialización de productos financieros.
En este posible “supermercado” de productos financieros, el consumidor tendría distintas ofertas, podría compararlas, ver opiniones de otros usuarios y contratarlas. Además, Amazon ofrecería su sistema de preferencias que utiliza para incentivar la compra para presentar ofertas personalizadas.
Apple como banco
La empresa de Cupertino es otro de los líderes fundamentales en el mundo tecnológico con muchos puntos a favor para ser un líder en soluciones financieras: no tener necesidades de capital, tener una marca altamente conocida y especialmente ser líder en un segmento muy rentable, ya que sus clientes se caracterizan por su fidelidad y estar posicionados en el segmento medio-alto y alto del mercado.
Aun así, es el gigante tecnológico que menos interés está poniendo, de momento, en introducirse en productos financieros. De momento su única experiencia se centra en los pagos a través de sus dispositivos (especialmente el iPhone) y siempre de la mano de entidades financieras. Con su sistema de pagos, Apple ofrece la tecnología, pero el soporte final de pago sigue siendo la tarjeta de la entidad financiera.
Google como banco
Quizá sea el que más asuste por su potencial y porque ya está ofreciendo productos financieros en algunos países, especialmente Estados Unidos. De momento ya da préstamos a sus clientes con servicio Wallet, a los que ya ofrece tarjeta de débito para pagar con cargo al mismo, y pronto lanzará tarjetas de crédito.
Google, además de ser una marca muy conocida a nivel mundial, especialmente entre los “millennials”, maneja una enorme cantidad de información sobre las preferencias de sus usuarios, por lo que el nivel de personalización de su oferta puede ser muy notable.
Cogiendo como base una cuenta de Gmail, podríamos tener un banco online en el que ofrecer muchos servicios añadidos. Por ejemplo, si detecta que estás buscando casa, podría mostrarte las distintas opciones de hipotecas. O si estás buscando un coche, poder financiarlo con un préstamo y presentarte otras opciones como el renting o el leasing.
La respuesta de la banca tradicional y la amplitud del concepto Fintech
Todo esto supone para la banca retos, pero también oportunidades. Desde el amplio conocimiento de la banca sobre sus clientes, las entidades financieras pueden apoyarse en las innovaciones tecnologías para que sus clientes tengan una mejor experiencia en todas las fases de su relación: contratación, servicio, personalización y fidelización.
Todo esto lleva a que se cometa un error o mala interpretación. Muchas veces se relaciona el concepto Fintech con nuevas empresas que, apoyadas en la tecnología, ofrecen servicios financieros, pero no son las únicas. También son Fintech los bancos. Las nuevas unidades de negocio de las entidades financieras ofrecen mejoras a sus clientes apoyados en todos los avances que llegan día a día y son por ello pioneras en innovación y mejoras para el usuario.
El papel de los departamentos de innovación de la banca va a ser fundamental en el desarrollo de nuevos productos y servicios. También será importante el desarrollo del big data, que permite conocer mejor al cliente y ofrecerle una oferta más personalizada. Los bancos siguen siendo líderes en sistemas de pago como wallets, en envío de dinero entre particulares, incluso en el desarrollo de distintas monedas virtuales, entre otros muchos aspectos.
Sí, seguramente veamos más empresas operando en servicios financieros, pero también un sector financiero más innovador y volcado en la satisfacción de sus clientes.