La contracción histórica de la actividad económica ante la disrupción de la pandemia y las medidas adoptadas para controlar la propagación del virus han dado lugar a un fuerte repunte del endeudamiento en el primer semestre del año.
En el 2T, la deuda de las Administraciones Públicas (AAPP) se elevó un 5,4% respecto al trimestre anterior hasta 1,29 billones de €, alcanzando un máximo histórico de un 110,1% del PIB (vs. 99% del PIB en el 1T) desde 1905, según las estimaciones de Carreras y Tafunell. En agosto, según el avance del dato mensual publicado esta semana por el Banco de España, el endeudamiento de las AAPP se incrementó hasta 1,298 billones de € (+7.536 millones de € respecto al mes anterior, +8,6% interanual) ante el significativo incremento de la deuda del Estado y de la Seguridad Social:
- La deuda del Estado aumentó en 7.966 millones de € hasta 1,16 billones de €.
- El endeudamiento de la Seguridad Social registró un máximo histórico de 72.605 millones de €, aumentando un 5,4% respecto a julio (+3.745 millones de €) y un 41,8% interanual.
- En contraste, las Comunidades Autónomas y las corporaciones locales redujeron su deuda en 344 millones de € y 469 millones de €, respectivamente.
En el caso del sector privado no financiero, entre abril y junio (último dato disponible) la deuda consolidada de las empresas y hogares españoles ascendió a 1,65 billones de €, incrementándose en 47.232 millones de € frente al 1T (+2,9%), su mayor aumento intertrimestral desde la crisis financiera de 2008.

Esta evolución reflejó principalmente el repunte del endeudamiento de las sociedades no financieras de un 4,6% respecto al 1T (+41.876 millones de €), mientras que el de los hogares se limitó a un 0,8% intertrimestral.

El incremento del volumen de endeudamiento, unido a la contracción del PIB (-17,8% intertrimestral en el 2T), provocó el mayor repunte histórico de la ratio de deuda del sector privado no financiero en un trimestre. En concreto, aumentó en 11,3 pp hasta un 141,2% del PIB (vs. 129,9% del PIB en el 1T), tras mantenerse por debajo de un 140% del PIB desde septiembre de 2017.
Sin embargo, se observó un comportamiento heterogéneo por sectores. Mientras que la deuda consolidada de las sociedades no financieras se incrementó en 7,6 pp hasta un 80,6% del PIB, la de los hogares registró un crecimiento más moderado de 3,6 pp, situándose en un 60,6% del PIB.

Una evolución que refleja, ente otros factores, la mayor captación de financiación nueva por parte de las sociedades no financieras en los últimos 12 meses, representando un flujo de un 4% del PIB en junio de 2020. En contraste, éste fue negativo en el caso de los hogares (-0,5% del PIB).
Paralelamente, la riqueza financiera neta de los hogares ascendió a 1,59 billones de € en el 2T, equivalente a un 135,5% del PIB, ante el significativo incremento de sus activos financieros hasta 2,36 billones de € (+3,4% respecto al 1T). Así, las familias recuperaron su nivel de activos de finales de 2019, tras verse reducido su patrimonio un 4,9% a finales de marzo ante la disrupción de la crisis del Covid-19.
Por componentes, en un contexto marcado por el aumento de la tasa de ahorro de los hogares hasta un 22,5% de la renta bruta disponible (eliminando efectos estacionales y de calendario), el efectivo y los depósitos continuaron ganando protagonismo en la cartera de activos de las familias españolas, concentrando en el 2T un 41% del total (vs. 37,9% en junio de 2018). En contraste, las participaciones en el capital redujeron su peso en 2,5 pp respecto al mismo periodo de 2019 hasta un 25,3% del total, mientras que los segmentos de fondos de inversión (FFII) y seguros y fondos de pensiones se mantuvieron prácticamente estables en un 13,8% y un 16,1% del total, respectivamente.

China mantiene su senda de recuperación económica en el 3T de 2020
La economía china mantiene su senda de recuperación en el 3T, apoyada no sólo en los estímulos fiscales adoptados por su gobierno y en la resiliencia de su sector exterior, sino también en un progresivo avance del consumo de los hogares. En concreto, entre julio y septiembre su PIB creció un 4,9% interanual, 1,7 pp superior a la tasa registrada en el 2T (3,2% interanual), si bien ligeramente inferior al proyectado por el consenso del mercado de en torno a un 5,5% interanual. Por su parte, en términos trimestrales la producción aumentó un 2,7% respecto al trimestre anterior, tras repuntar un 11,7% entre abril y junio ante la progresiva reactivación de la actividad socioeconómica del país, especialmente en Wuhan, el epicentro de la pandemia.

Entre los componentes que han impulsado el crecimiento de la economía china destaca la aceleración de la producción de su industria, debido tanto al avance de la demanda interna como a un nuevo repunte de sus exportaciones. Así, en septiembre el valor añadido de su sector industrial aumentó un 6,9% respecto al mismo periodo de 2019, tras avanzar un 5,6% interanual el mes anterior, al mismo tiempo que el crecimiento de las ventas minoristas de los hogares se aceleró en 2,8 pp hasta un 3,3% interanual (vs. 0,5% interanual en agosto). Sin embargo, éstas mostraron un comportamiento divergente, ya que mientras que las ventas minoristas de bienes se incrementaron un 2,4% interanual (excluyendo los automóviles), las del sector servicios continuaron por debajo de las de septiembre del año anterior, especialmente en ámbitos relacionados con la restauración (-2,9% interanual).
Todo ello en un contexto en el que la evolución del consumo de los hogares estará determinada a corto plazo por la recuperación del mercado laboral, ya que la tasa de paro urbano se mantiene en torno a un 5,5% de la población activa (vs. 6,2% en el pico de la pandemia) y el Gobierno chino no ha diseñado medidas fiscales de apoyo directo a los desempleados a raíz de la crisis sanitaria. En este sentido, las ventas minoristas en China continuaron en septiembre un 7% por debajo de sus niveles del mismo periodo de 2019.

Por su parte, en el 3T se registró una progresiva desaceleración de la inversión en capital fijo, moderándose su avance a un 8,7% respecto a septiembre de 2019, tras situarse en un 9,3% interanual en agosto. Por componentes, se observó una ralentización del crecimiento de la inversión en infraestructuras y en la industria manufacturera, mientras que continuó acelerándose la del sector inmobiliario hasta un 12% interanual.
Paralelamente, el sector exterior continuó mostrando una sólida tendencia a corto plazo, apoyada en un nuevo incremento de sus exportaciones de un 9,9% interanual en septiembre (vs. 9,5% interanual en el mes anterior), principalmente ante el repunte de las ventas de componentes y productos de procesamiento de datos (incluyendo ordenadores) y el protagonismo de las exportaciones de bienes relacionados con la crisis sanitaria. Sin embargo, éstas mostraron una senda a la baja ante la reconfiguración de su cadena de valor y la estrategia de las principales economías avanzadas para garantizar y diversificar su suministro. A pesar de ello, el grado de intensidad de una nueva ola de contagios tanto en Europa como en EEUU podría impulsar nuevamente las exportaciones de esta tipología de productos.


La evolución de la demanda externa de septiembre también reflejó un significativo incremento de las importaciones de un 13,2% interanual, 4,1 pp superior a su registro del mes anterior (9,1% interanual), ante la consolidación de la senda de crecimiento económico. Una evolución que provocó la reducción de la aportación del sector exterior a la tasa de crecimiento del PIB hasta 0,6 pp en el 3T de 2020.
De esta manera, en una coyuntura marcada por el repunte de los casos de contagio de Covid-19 y las restricciones a la movilidad especialmente en Europa, que contrasta con el control de la crisis sanitaria en China, la potencia asiática se consolida como la única de las principales economías que registrará un avance de su PIB en 2020. En concreto, se proyecta que su tasa de crecimiento se sitúe en torno a un 2% anual a finales de este año, condicionada a la evolución del 4T. En este sentido, el incremento de la producción entre octubre y diciembre podría caer por debajo de un 2% trimestral, no sólo ante un menor dinamismo de la recuperación global, sino también por la moderación de la inversión en su sector inmobiliario y en infraestructuras.
La evolución de la economía china en los próximos meses determinará el ritmo de retirada gradual de estímulos monetarios y fiscales, en un contexto en el que el endeudamiento total del sector no financiero (público y privado) repuntó hasta un 274,4% de su PIB en el 1T (último dato publicado por el Banco Internacional de Pagos -BIS-), frente a un 258,7% de su PIB registrado a finales de 2019.
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