El estado del bienestar hace referencia a todos los esfuerzos políticos del Gobierno con un fin eminentemente social que busca el beneficio de una mayoría de la sociedad en base a políticas de redistribución de la riqueza.
Subsidio de desempleo, pensión pública de jubilación, educación pública, servicios asistenciales básicos, salud pública gratuita, etc. Todo ese paquete de medidas sociales forma parte de lo que habitualmente se conoce como estado del bienestar, y precisamente por ello se ha convertido en un derecho irrenunciable para todos los ciudadanos españoles.
En su mayoría, todos los recursos destinados por el Gobierno español para la manutención del estado del bienestar son gestionados por la Seguridad Social, quien se encarga de asegurar los derechos sociales a todos los ciudadanos españoles con carácter universal, es decir, sin filtrar por ingresos o condición laboral.
El nacimiento del estado del bienestar
Todos los libros de historia económica apuntan al fin de la II Guerra Mundial como el impulso definitivo del estado del bienestar a nivel global, apoyado por políticas monetarias acordes que tenían por finalidad garantizar los tres pilares básicos del estado del bienestar: el empleo, la seguridad social y la educación.
Es por este motivo por el que el gasto social supone una importante partida en los Presupuestos Generales del Estado, aunque en España no fue hasta la década de los 70, con el reestablecimiento de la democracia, cuando el Estado inició una política firme y comprometida para garantizar el estado del bienestar en el que vivimos en la actualidad.