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Especular vs Invertir, diferencias esenciales

A menudo, especular e invertir son términos que se confunden. Muchas personas ven a los inversores como meros especuladores, “tiburones” financieros que sólo están buscando altas rentabilidades, sin importarles otra cosa. Pero no todos los que invierten actúan de la misma manera, ni especular es lo mismo que invertir. Te contamos algunas diferencias.

Comenzaremos citando a uno de los más grandes inversores de la historia, Benjamin Graham, maestro de Warren Buffett, que en su archiconocido libro El inversor inteligente, afirma que “una operación de inversión es aquella que, tras un análisis exhaustivo, promete seguridad para el capital principal y un adecuado rendimiento”, para a continuación, explicar que las operaciones que no reúnan esos requisitos son especulativas.

Requisitos de una inversión

Entonces, según Graham, ¿qué requisitos debería reunir una inversión, para considerarse como tal, y no como especulación?

El rendimiento que buscamos obtener cuando invertimos debería estar en consonancia con lo que buscamos. Habitualmente, el especulador pretende obtener mayor rentabilidad de manera más rápida, mientras que el inversor hace sus cálculos a largo plazo, y pretende una rentabilidad suficiente.

Otros aspectos que diferencian especulación e inversión

Además de estas consideraciones, se pueden añadir otros matices que pueden servir para, desde otros puntos de vista, diferenciar inversión de especulación:

Factor temporal: habitualmente, la especulación está asociada con el corto plazo, mientras que la inversión está más ligada al largo plazo. Cuando alguien adquiere unas acciones para venderlas mañana —o incluso dentro del mismo día— está más en el ámbito de la especulación que en el de la inversión, aunque esas acciones sean de una compañía sólida, con una trayectoria ascendente y un futuro muy prometedor. Por el contrario, grandes inversores, entre ellos, los citados Graham y Buffett, son partidarios de mantener una inversión toda la vida si la evolución de la empresa lo justifica.

Cuál es el objetivo: aunque con ambas se pretende ganar dinero, el especulador intenta obtenerlo por el aumento del precio que se produce por la escasez del bien, el aumento de la demanda u otras condiciones del mercado, mientras que el inversor compra con la intención de obtener un beneficio de la explotación de un bien, está más relacionado con la economía productiva. Pensemos, por ejemplo, en alguien que entra en el capital de una pequeña empresa; lo hace no con la intención de vender al día siguiente, sino de obtener unos dividendos en función de los beneficios que tenga la compañía en los siguientes años.

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