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Especial Reunión BCE 10 marzo: ¿qué medidas se lanzaron?

¿Qué ha anunciado Mario Draghi?

Tal y como dejó caer en la reunión de enero, y una vez ha actualizado sus previsiones económicas, el BCE ha decidido hacer cambios en su política monetaria.

La mayoría de medidas anunciadas han sorprendido al mercado, y van claramente encaminadas a que los bancos concedan más crédito a la economía real como vía para elevar la inflación.

Lo que se esperaba:

– La facilidad de depósito baja del -0,30% al -0,40%: esta medida desincentivará a las entidades bancarias a depositar sus excedentes de tesorería en el banco central.

– Se eleva el montante mensual destinado al programa de compra de activos (QE). Se mantiene el vencimiento del programa, previsto en marzo de 2017.Draghi dejado abierta la posibilidad de prolongarlo en caso de que fuese necesario.
Lo que no se esperaba:

– El tipo de interés de referencia baja del 0,05% al 0%; los bancos que pidan prestado dinero al BCE lo harán a un menor tipo de interés.

– TLTRO II: se lanza un segundo programa de operaciones de financiación a L/P a bancos que contendrá 4 operaciones (una cada trimestre) que comenzarán en junio.

Es una de las medidas más enfocadas a elevar el crédito, ya que los bancos deberán demostrar que prestan esos fondos para poder adherirse a este tipo de financiación.

Si el TLTRO I prestaba dinero al 0,05%, este lo hará al 0% e incluso al -0,40% (tipo de la facilidad de depósito) para favorecer a los bancos más activos a la hora de conceder crédito.

– Aumenta de 60.000 Mn€ a 80.000 Mn€ el montante del programa de compra de activos, lo que incrementará todavía más el volumen del balance del banco central.

– Además de deuda soberana y regional, el BCE empezará a comprar deuda corporativa (de empresas no financieras) con grado de inversión a partir de finales del segundo trimestre de este año.

– Se amplía del 33% al 50% el porcentaje de una misma emisión de deuda soberana susceptible de ser comprado por el BCE.

 

Revisión a la baja de las perspectivas económicas de la eurozona

El recorte de previsiones es especialmente pronunciado en el caso de las expectativas de inflación, cuyo objetivo a medio plazo es del 2%.

 

IPC 2016: rebaja del 1% al 0,1%

IPC 2017: del 1,6% al 1,3%

IPC 2018: 1,6%

 

PIB 2016: rebaja del 1,7% al 1,4%

PIB 2017: del 1,9% al 1,7%

PIB 2018: 1,8%

 

¿Por qué?

Si bien en EE.UU. la Fed tiene que velar por varios aspectos de la economía, el BCE tiene la única misión de controlar la estabilidad de precios.

El último dato conocido de inflación situó el IPC de la región en el -0,2%, es decir, los precios de la cesta de la compra bajaron entre febrero de 2015 y febrero de 2016. Este comportamiento se podrá calificar de deflación en caso de que se prolongue en el tiempo.

Con un objetivo de inflación a medio plazo en el 2%, es lógico que el BCE esté preocupado por el efecto que la deflación pueda tener sobre la economía, ya que si los precios bajan o se estabilizan, empresas y familias pueden retrasar sus decisiones de consumo. ¿Quién se compraría un coche ahora si supiese que el mes que viene le puede costar menos?

 

Reacción del mercado

A pesar de que el mercado ya venía descontando en las últimas semanas la posibilidad de que Draghi dotase de mayores estímulos a la economía, ha sorprendido positivamente la contundencia de las medidas.

Las reacciones no se han hecho esperar ni en las bolsas, ni el mercado deuda ni en el de divisas, que se ha visto sujeto a una fuerte volatilidad.

Contra todo pronóstico, el sector bancario es el que mayores subidas registró en un primer momento. Las medidas anunciadas probablemente harán caer más al Euribor, mermando así los márgenes de intereses de los bancos. Sin embargo, el sector ha apreciado el guiño que le ha hecho el BCE a la hora de lanzar el programa TLTRO II mediante el cual prestará dinero a las entidades a tipo 0% e incluso negativo. Otro efecto positivo para los bancos es la subida de precio de los bonos soberanos, muchos de los cuales permanecen en los balances de las entidades.

Para aumentar el consumo y el crecimiento hace falta un incremento del crédito a empresas y particulares. El problema es que el mensaje que BCE lanza a los bancos es un tanto contradictorio: por un lado les pide que canalicen el crédito y por otro que eleven los ratios de capital, que precisamente tienden a bajar cuanto más riesgo de impago soportan.

La primera reacción en la deuda pública también ha sido positiva, llegando la rentabilidad del bono español a 10 años a bajar desde el 1,56% en que cerró el día anterior, hasta el 1,37%.

En el mercado de crédito (deuda corporativa) se ha apreciado un aumento importante de precios en bonos de compañías con un rating en grado de inversión, como es el caso de las españolas Telefónica, Abertis o Iberdrola, por citar algunas.

Las mayores variaciones se han producido en el mercado forex, que en un primer momento ha visto devaluarse al euro hasta los 1,08 dólares para más tarde cambiarse a 1,11. Una vez más se confirma que el mercado de divisas es uno de los más impredecibles y difícil de analizar.

Fruto de estas oscilaciones han registrado fuertes vaivenes las empresas europeas más sensibles a la debilidad del euro. En un primer momento se han disparado empresas con alto carácter exportador como es el caso de BMW, Unilever, LVMH o Airbus.

 

¿Qué sucederá si estas medidas no son suficientes para alcanzar el objetivo de inflación?

Hoy sí se puede decir que Draghi ha puesto toda la carne en el asador. De no conseguir los objetivos deseados de inflación, al BCE le quedan ya pocas balas en la recámara.

Con unos tipos de referencia en el 0% queda poco margen de actuación. Además, la compra de activos a razón de 80.000 Mn€ mensuales es proporcionalmente más ambiciosa incluso que la que realizó la Reserva Federal en su momento.

Otro tipo de medida sería la compra de activos más allá de la deuda, como pudieran ser títulos de renta variable o incluso deuda extranjera. Sin embargo, este mecanismo podría sonar un tanto desespedo, además de que sería muy complejo de articular.

La manera de conseguir elevar la inflación es estimulando el consumo o los salarios. No estaría de más que los gobiernos nacionales le echaran una mano al BCE, algo que el italiano se encarga de recordarles en todas y cada una de sus comparecencias.

En su comparecencia, Draghi les volvió a pedir a los países de la zona euro que impulsen una política fiscal adecuada y que realicen reformas estructurales para mejorar el empleo, de manera que todos remen en una misma dirección.

 

Nuestra visión

El tiempo dirá si estas medidas son efectivas, ya que el objetivo de crecimiento e inflación no solo depende del Banco Central Europeo.

Dependerá de las políticas del resto de bancos centrales, de si el petróleo sigue rebotando y de un contexto internacional debilitado por culpa de los emergentes.

Lo que hemos visto hoy es un ejemplo más de las buenas intenciones de los bancos centrales para tratar de estimular la economía. Debemos ser conscientes de que detrás de estas políticas tan expansivas están los riesgos de creación de burbujas en determinados activos y la complacencia de los gobiernos, que podrían retrasar la implantación de reformas en sus respectivas economías.

En resumen: cómo habrá visto el BCE la situación económica para haber tenido que lanzar todas estas medias…

 

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