En el mundo de las finanzas abundan los tópicos y lugares comunes, y entre ellos hay pocos más repetidos que el de ‘valor refugio’. Este término se refiere a aquellos activos poco volátiles, que cotizan al alza en tiempos de inestabilidad. E incluso el más profano en materia económica sabe cuál es el cobijo más seguro si se escuchan truenos: el oro. ¿Por qué siempre vuelve?
¿Es bueno invertir en oro?
Hace ya muchos años que el presidente estadounidense Richard Nixon fulminó el patrón oro, esto es, el oro como medida del valor del dólar. Sin embargo, esta decisión no le quitó al metal precioso su prestigio como valor refugio por excelencia, que mantiene a día de hoy.
Una de las claves es su escaso uso industrial, que permite que su precio esté protegido de grandes fluctuaciones o altibajos. Pese a que tiene aplicaciones en diversos sectores productivos (componentes electrónicos, dispositivos de telecomunicaciones, etc.) la demanda procedente de estos es muy limitada, por lo que su posición en el mercado no es demasiado sensible a los ciclos económicos.
¿Es seguro invertir en oro?
Una de las muchas medidas adoptadas por occidente para sancionar a Rusia por su invasión a Ucrania fue prohibir las exportaciones de oro procedentes del gigante euroasiático. Esto, y un comportamiento algo irregular —para sus estándares— hizo que algunos analistas temieran por las perspectivas financieras del ‘rey de los metales’.
Pero los temores pronto fueron extinguidos por el consistente recorrido del activo, que demostró su resistencia manteniendo una cotización superior a los 1.700 dólares por onza.
Los pronósticos no son diferentes a los de otros períodos de crisis: se espera que el oro siga subiendo de forma lenta pero segura en medio de la marejada geoeconómica. Las proyecciones más comunes sitúan el próximo tope máximo en los 1.850 dólares, una cifra más que atractiva, aunque lejana de los 2.043 dólares que alcanzó en febrero de 2022.
¿Por qué se invierte en oro en tiempos de incertidumbre?
Como ya se ha dicho, el oro es un valor estable, cuya demanda y por lo tanto su precio, aumenta cuando vienen mal dadas. Pero sus ventajas como inversión circunstancial no acaban ahí.
Se trata además de una excelente herramienta de diversificación para una cartera, ya que está desligado de la renta variable tradicional. El oro no ha alcanzado su máximo potencial debido, sobre todo, a la fuerte apreciación del dólar en los mercados de divisas, pero pese a todo está mostrándose fuerte en un entorno de inflación desbocada.
¿Cómo invertir en oro?
Las vías para introducir oro o, por extensión, cualquier otro metal precioso en nuestras carteras de inversión son fundamentalmente tres:
- Adquisición directa: aunque factible, la acumulación física de oro o plata en forma de lingotes conlleva inconvenientes: requiere mucho espacio de almacenamiento y costes añadidos de transporte, distribución, aseguramiento y custodia.
- Fondos cotizados: meter el dinero en uno de estos productos financieros nos libra de la pesada responsabilidad de la custodia y los costes asociados, que pasan a depender de la entidad emisora.
- Acciones: por último, comprar parte de la propiedad de compañías dedicadas a la extracción de metales preciosos es otra forma de introducir oro en nuestra cartera. Eso sí, estas mercantiles suelen dedicarse a la minería de una variedad de materiales, por lo que el impacto de la cotización del oro se diluye en gran medida.