De un tiempo a esta parte, sobre todo con el estallido de la crisis económica, el mercado de segunda mano empezó a convertirse en una opción para todos aquellos que necesitaban comprar algo y, sobre todo, para quienes querían deshacerse de objetos o posesiones que no usaban y, además, sacarse unos ingresos extra.
Gracias al nacimiento de portales como Wallapop, que en 2013 hizo furor en España, los ciudadanos se aficionaron a buscar en el mercado digital de segunda mano todo tipo de cosas, desde enseres deportivos a aparatos tecnológicos, a mucho mejor precio y en muchas ocasiones casi nuevos, en perfecto estado de uso.
Pero además, otro tipo de posesiones comenzaron a venderse con más ahínco en la red: las prendas de ropa. Empezaron las de lujo, con portales dedicados exclusivamente a la venta de prendas y complementos de segunda mano firmados por diseñadores de alta gama (Gucci, Dolce&Gabbana, Chanel, Louis Vuitton, etc.). En este campo, Farfetch o Vestiaire Collective han logrado convertirse en empresas de éxito y facturar millones al año gracias al mercado secundario del lujo.
Pero pronto se extendió a todo tipo de prendas, más allá de la ropa de marca. En la actualidad existen páginas web en las que se puede vender ropa normal y corriente, la que llevamos la mayoría de los mortales. Y ciertamente funcionan, pues hay un amplio mercado que compra y vende. Micolet, Chicfy o la nueva Vinted dan fe de que la gente está apostando por vestir de segunda mano, lo que implica que otros ganan dinero deshaciéndose de las prendas de vestir que no necesitan.
¿De verdad puedo ganar dinero vendiendo mi ropa?
Pensemos un momento, ¿cuánta ropa acumulamos en nuestro armario que nos hemos puesto apenas un par de veces e, incluso, hasta con la etiqueta puesta? Fácilmente podríamos aproximar que solo usamos un 30% o 40% de nuestro vestidor. El resto sigue ahí, en el grupo de los “por si acaso”, aunque lo único que hacen es ocupar espacio.
Pues bien, la mentalidad de los consumidores ha cambiado en estos años. El medio ambiente y la situación del planeta preocupan cada vez más y el consumo es una de las cosas donde más incidencia está teniendo este renovado ecologismo. Precisamente la moda es ya la segunda industria más contaminante del mundo, por detrás de la petrolera. Un dato muy alarmante que se debe a la producción masiva de los últimos años, especialmente debida al ‘boom’ del ‘fast fashion’: el consumo desaforado de ropa impulsado por las marcas democráticas, las que cambian de productos en sus tiendas cada semana.
Por ello, el mercado de segunda mano ha resurgido como una opción para todos aquellos que no quieren contribuir a contaminar más el planeta y que se plantean un modo de vida más ‘eco’, donde el consumismo queda en segundo plano. Así, en los últimos años, la ropa ha despuntado en el mercado de segunda mano.
¿Cuánto puedo sacar por la ropa que ya no me pongo?
Hay que remarcar que vender ropa en estas plataformas no es un negocio de por sí. Evidentemente, no se trata de un trabajo, ni nos vamos a enriquecer por ello, pero sí podemos conseguir unos ingresos extra que vendrán muy bien a final de mes.
Por ejemplo, en el portal Micolet, hay quien puede llegar a sacarse varios cientos de euros al mes. En esta web, además, venden su ropa influencers y personajes populares en redes sociales, las cuales pueden incluso ganar al año más de 30.000 euros, ya que su ropa es la más deseada de internet.
Pero estas cifras no son las habituales y la media está en 100 o 200 euros al mes, una cantidad que no está nada mal, teniendo en cuenta que son prendas por las que no esperábamos sacar nada. Por lo general, las prendas se venden a un 50% o un 60% del precio original en las webs que tasan directamente las prendas, porque hay otras en las que el precio lo pone el vendedor.
¿Cómo funciona la venta de ropa de segunda mano en internet?
Cada persona elige qué método le gusta más, le viene mejor o encaja con sus preferencias: a algunos les compensa pagar una comisión, pero que se encarguen de todo, y otros prefieren hacerlo ellos y quedarse todo el importe.
En concreto, existen dos modelos de negocio. Por un lado, hay empresas que se encargan de todo, recogiendo la ropa que quieres vender en tu casa, seleccionando la que es óptima para la venta, tasándola, fotografiándola y colgándola en su web. Como es lógico, se llevan su comisión, que suele estar entre el 20% o 25% del precio de venta.
Por otro lado, hay otras empresas que siguen el modelo de Wallapop: yo me lo guiso, yo me lo como. Es el vendedor el que sube las fotografías a la web, pone el precio al producto y luego se encarga de hacer el envío o quedar con el comprador para entregar sus prendas.
Sea como sea, este modelo va a más, y hasta en Wallapop ahora se compra más ropa que antes, incluso hicieron un desfile en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid con la diseñadora María Escoté, con prendas de segunda mano que se venden en su web.
Sin duda, cada vez más personas se animan a probar suerte y suelen acertar. Porque esta ropa se acaba vendiendo, quizá no en su totalidad, pero sí una buena parte, pues hay un nuevo mercado para ello, formado por los que prefieren no gastar tanto dinero en ropa nueva.
Ya lo sabes, si quieres sacarte un dinero y, además, contribuir a mejorar el maltrecho medio ambiente, abre tu armario y haz limpieza. Tu bolsillo y tu mente te lo agradecerán.