Hoy el Ibex ha sido el más bajista entre los principales índices europeos. Mientras nuestro selectivo ha perdido un -3,07% salvando por los pelos los 8.000 puntos, los retrocesos en otras plazas europeas han sido algo más moderados: DAX -2,6%, MIB -2,5%, CAC -1,9%, FTSE -1,6%…
La bolsa ha vuelto a registrar una oleada de ventas, si bien es verdad que vienen precedidas de un rebote considerable en las últimas dos semanas. Lo que el mercado no termina de ver es una continuidad a esos rebotes, y es que el Ibex no encadena más de dos días consecutivos de subidas desde diciembre.
La excusa de que las bolsas caían porque lo hacía el petróleo no sirve en el caso de hoy. Al cierre en Europa, el Brent repetía precio de ayer en los 33,30 dólares por barril.
Oro y deuda alemana han actuado de activo refugio. El oro ha rozado máximos anuales en los 1.245 dólares por onza y el bund alemán a diez años ha pasado a pagar una rentabilidad de solo el 0,15%.
Las caídas podrían haber sido incluso superiores de no ser por el buen sabor de boca que han dejado la mayoría de compañías que han venido presentando resultados desde ayer. Es el caso de compañías europeas como Peugeot, Fresenius o Airbus, cuyas cuentas de 2015 han batido previsiones.
En España los inversores han valorado positivamente las de Endesa y AENA, que presentaron ayer al cierre, o las de Iberdrola. Las tres han cerrado en rojo hoy pero han registrado caídas muy inferiores a las del resto del mercado.
No es el caso de la cadena de alimentación DIA, que se ha desplomado un -4,8% tras presentar una caída de sus beneficios en el año pasado, si bien este descenso se ha debido principalmente a que en 2014 la empresas registró un ingresos extraordinario a raíz de la venta de su negocio en Francia.
Los datos macroeconómicos siguen sin ser demasiado halagüeños. En Italia hemos visto cómo los pedidos industriales se ralentizaron hasta el 1,5% en diciembre, en comparación con el 12% que aumentaron el mes anterior. Más grave es el dato de PMI servicios de EE.UU., que ha marcado una lectura de 49,8 cuando el mercado estaba descontando una del 53,5. Este indicador no se situaba en zona de contracción (inferior a 50) desde finales de 2013.