El Dow Jones Industrial Average es uno de los índices bursátiles más seguidos para conocer la evolución de la bolsa americana. Su creación data de 1896, fecha en la que dos editores del Wall Street Journal llamados Charles Dow y Edward Jones comenzaron a publicarlo en este periódico. Hasta ese momento no existía un índice que recogiera el comportamiento en bolsa de una cesta de acciones.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que la manera en la que las 30 empresas que lo componen pondera en el índice es muy distinta al resto de índices de referencia mundiales.
En la mayoría de índices (Ibex-35, DAX, S&P-500, Nasdaq…), las compañías que forman parte de ellos tienen un peso proporcional al valor de la compañía en bolsa y a su free float, lo que tiene bastante lógica. No obstante, en el Dow Jones el peso de cada empresa depende del precio al que cotiza cada una de sus acciones, sin importar el tamaño total de la compañía.
Así pues, se dan casos curiosos como que Apple, que es la empresa más grande y por lo tanto con mayor peso dentro del S&P500, sea la quinta dentro el Dow Jones; o que Goldman Sachs, que por capitalización bursátil debería tener un peso muy bajo, sea la compañía que más pondera dentro del índice.
Es por ello que el Dow Jones tiene muchos detractores que dudan de su representatividad para medir la evolución del mercado de valores estadounidense. De lo que no hay duda alguna es de que sigue siendo todo un icono de la cultura americana.