Quien más quien menos sabe que en la actualidad vivimos en una sociedad económicamente regida por el sistema capitalista. Incluso hay cada vez más movimientos sociales que se declaran abiertamente anticapitalistas. Pero, ¿qué es exactamente el capitalismo que marca las pautas en nuestros días?
El capitalismo no es más que un sistema que tiene como base de organización económica el capital y todo lo que de él deriva: la propiedad privada de los medios de producción, el trabajo asalariado, el libre mercado con su sistema de precios regulado por la oferta y la demanda… Y un objetivo claro y meridiano: conseguir el máximo beneficio.
¿Cuándo nació el capitalismo y cómo se expandió?
El capitalismo como tal se remonta al siglo XVI, cuando en Inglaterra el sistema feudal dio paso a un capitalismo incipiente en el que ya se podían detectar las características principales comentadas anteriormente. No en vano, ese siglo es conocido en diversas fuentes como “el amanecer del capitalismo”.
Sin embargo, y como señala el considerado por muchos padre del capitalismo, el filósofo escocés Adam Smith, el capitalismo no fue más que el resultado lógico de una inherente predisposición al comercio y los intercambios de los seres humanos desde los inicios de los tiempos.
Ese capitalismo incipiente fue evolucionando con el paso de los años en territorio europeo, hasta considerarse totalmente definido y establecido en la sociedad durante la segunda mitad del siglo XIX, tres siglos después de su nacimiento.
Poco a poco, el sistema capitalista fue siendo adoptado por todos los países, no sólo europeos, sino mundiales, hasta la llegada de la I Guerra Mundial, fruto de la cual empezó a extenderse un movimiento opuesto al capitalista y que aún a día de hoy adoptan algunos países de forma residual: el comunismo.
El poder del mercado en el capitalismo
De entre todos los principios que regulan el capitalismo, el que probablemente sea más conocido en nuestro día es el que se conoce como la ley de la oferta y la demanda. En efecto, para el capitalismo es el mercado, con sus productores (oferta) y sus consumidores (demanda) el que tiene que autorregular los precios de los bienes y servicios.
El capitalismo sugiere que la intervención del Estado sea mínima, pues únicamente entiende posible de esta forma que sea el propio mercado el que regule el funcionamiento del sistema.
De hecho, el crecimiento imparable del capitalismo va de la mano necesariamente del nacimiento y crecimiento de las empresas, siendo éstas uno de los máximos exponentes del capitalismo.
El capitalismo tiene muchas caras
En función de las diversas relaciones que se establecen en cada sistema capitalista entre mercado, Estado y sociedad, se pueden considerar diversos tipos de capitalismo (mercantilismo, capitalismo corporativo, etc).
Además, como ya se ha comentado, existen multitud de movimientos que tienen como fin la crítica del capitalismo, poniendo de manifiesto principalmente su disconformidad con la explotación del trabajo de las personas a cambio de salarios para el beneficio privado. Uno de los movimientos críticos al capitalismo con mayor acogida en nuestra sociedad es precisamente el socialismo.