Estamos inmersos en la época de lo sano, lo sostenible y lo ‘eco’. Los hábitos saludables han invadido nuestra vida, nuestra nevera y también nuestros viajes. Porque ahora se viaja con conciencia, intentando visitar lugares y yendo a alojamientos respetuosos con el medio ambiente. Una forma de turismo que, a priori, puede parecer más barata, pues no hay nada más sostenible que viajar en bicicleta y acampar para dormir. Pero el ecoturismo esconde una realidad bastante distinta.
Para los que estén considerando las opciones más rurales y sostenibles para sus vacaciones de verano, deben saber que no son precisamente las más baratas. Porque el ecoturismo va más allá de viajar como ‘mochilero’. Alrededor de este concepto hay una industria muy potente que debemos conocer antes de embarcarnos en un viaje de estos. Sobre todo si lo que se pretende es ahorrar, porque igual sale más caro…
¿Qué es el ecoturismo y por qué tiene tantos adeptos?
El turismo ecológico es una forma de viajar en la que se potencia y se cuida el medio que se visita. Esto implica generar beneficios para las comunidades locales, entorno a las que se ha levantado esta industria, que es la que más crece del panorama turístico actualmente. Las empresas que ofrecen estos servicios se rigen por unas condiciones laborales basadas en la ética y el respeto al medio ambiente.
En algunas zonas y países -como Kenia, Madagascar, Costa Rica o Puerto Rico- esta industria está haciendo que aumenten los ingresos de la población, por lo que se considera una forma de desarrollo sostenible de las sociedades. Por lo tanto, podemos hablar de una iniciativa muy buena para estas comunidades más desfavorecidas.
Desde principios del siglo XXI esta forma de viajar ha ido tomando fuerza hasta convertirse en la tendencia que es actualmente. Sobre todo a raíz de la aparición de las redes sociales, que han revolucionado la sociedad en todos los sentidos y han sacado a la luz tendencias y formas de vida que hace años eran impensables. El ecoturismo es una de ellas.
Son innumerables las fotos que pueblan redes como Instagram o Facebook de este tipo de viajes, que hacen que todos muramos de envidia por visitar esos lugares. Los influencers son los que más han extendido estas formas de viajar y esos destinos paradisíacos, impulsando aún más esta industria. Aunque la realidad es que esas personas son invitadas -con todos los gastos pagados- a esos lugares para mostrarlos en sus canales, ponernos los dientes largos y que su negocio suba como la espuma.
Pero claro, a nosotros, mortales comunes, el viaje no nos sale gratis. Y, si comparamos con unas vacaciones tradicionales, el ecoturismo nos puede costar bastante más.
Gastos por doquier
Son innegables los beneficios que deja el ecoturismo en el medio ambiente y en estas comunidades más desfavorecidas. Pero por el contrario a nosotros nos puede hacer un buen agujero en el bolsillo. Porque esta forma de viajar no es nada barata; al contrario.
Aunque resulte increíble, los gastos de un viaje de este tipo se pueden disparar frente a un viaje tradicional, ya que se trata de una industria que no está masificada, es decir, se considera todavía ‘exclusiva’. Hay todavía pocas empresas -en comparación con los touroperadores de toda la vida- que se dediquen a organizar estos viajes y la complejidad que conlleva hace que sus tarifas se incrementen.
Además, se trata de destinos que, por lo general, son bastante lejanos y muchos son de difícil acceso, por lo que se gasta más en transporte -pues es probable que con solo coger una avión no sea suficiente-. Igualmente, el alojamiento también será exclusivo y la comida orgánica, ambas opciones más caras que las comunes.
Al final, se trata de vender una experiencia, más que un viaje, de modo que los gastos son más elevados, porque vas a vivir algo que se supone que es único, no a poner la sombrilla en una playa del Mediterráneo como has hecho la mayoría de tus veranos. Por lo tanto, no sale precisamente barato.
Así que si estás pensando en hacer tus vacaciones más ‘eco’ ten en cuenta que baratas no van a ser. Por ello, es importante planear estos viajes con bastante antelación pues, de ese modo, se pueden ahorrar costes, como ya hemos explicado en nuestro Reto Self Bank para ahorrar en vacaciones.