La rutina del calendario laboral se ve interrumpida por las vacaciones de verano. Tres semanas o un mes que la mayoría de los españoles nos tomamos como un más que merecido descanso, desconectamos de las preocupaciones laborales, hacemos menos caso al móvil y al e-mail y nos centramos en pasar unos días disfrutando con la familia en casa o viajando a ese lugar que llevábamos varios meses planificando.
Durante las vacaciones hemos roto con la rutina, hemos aprovechado la mayor disponibilidad de tiempo libre y el buen tiempo para realizar más actividades fuera de casa o irnos de viaje. Vimos que era posible ahorrar al planificar las vacaciones pero, a pesar de ello, en este período lo habitual es relajar nuestro espíritu ahorrador.
Hemos sido muy responsables de nuestras finanzas durante el año, pero mayor ocio significa mayor desembolso y en vacaciones miramos con otros ojos esas reglas personales que nos permiten disfrutar nuestros ingresos y ahorrar al mismo tiempo.
¿Qué ha pasado en nuestra cuenta corriente?
Pongámonos en situación. Es la primera semana de vuelta al trabajo, hemos resuelto temas atrasados, nos hemos quitado buena parte de e-mails, hemos retomado la actividad laboral diaria y estamos otra vez medio acostumbrados a los horarios. Este fin de semana es un buen momento para sentarnos un rato en casa delante del ordenador para hacer balance de nuestra economía doméstica.
Entramos en la web de nuestro banco y miramos la posición global. Es hora de hacer cuentas y calcular cuánto nos hemos gastado. ¡No hay que alarmarse! Todavía estamos a tiempo de establecernos un plan de ahorro doméstico con el que superar la cuesta de septiembre, sin que se nos junte con la de enero.
¿Nos hemos pasado este verano?
En Self Bank ya hemos analizado cuánto gastamos los españoles en las vacaciones del verano. No podemos compararnos con nadie, pues son solamente datos estadísticos, pero sí hay una cosa cierta: en verano la inmensa mayoría de los españoles gastamos más.
Si en estas vacaciones hemos realizado actividades similares a las de años anteriores, como ir al mismo lugar de playa, quedarnos descansando con la familia, o un super viaje al extranjero, podríamos comparar el gasto de este verano respecto a otros. Aunque sería algo meramente informativo, como curiosidad, porque a estas alturas, lo gastado, gastado está.
Hayamos gastado poco o mucho, más que preocuparnos por haber apurado nuestra cuenta bancaria, deberíamos preguntarnos si hemos disfrutado, si hemos recargado baterías y ponernos manos a la obra con un plan de ahorro post-vacacional.
Plan de ahorro post-vacacional
Lo que viene, o la previsión de gastos e ingresos tras las vacaciones
Con la página web del banco por delante y una hoja de Excel, o los más tradicionales, papel, boli y calculadora, vamos a anotar los próximos gastos e ingresos:
- recibos domiciliados, hipoteca, teléfono, electricidad, agua, comunidad, letra del coche…
- próximo cargo de la tarjeta de crédito, si nos hemos visto en la necesidad de usar el crédito.
- Gastos de la vuelta al cole, como bien vimos en el post de Self Bank, la vuelta al cole, la vuelta al gasto.
- Y los ingresos: nómina, intereses, alquileres, un depósito que nos vence…
Dos simples sumas y una resta nos dirán cuánto tenemos que ahorrar, o para ser más exactos, cuánto tenemos que dejar de gastar, para recuperar el estado de nuestras finanzas. En función del resultado, solamente nos quedaría establecernos un horizonte temporal y una lista de propósitos o conductas para ahorrar, como reducir pequeños gastos, ser eficientes con el consumo de combustible, con el uso de los aparatos eléctricos y, en general, los consejos que encontramos en Ahorrando que es gerundio de Self Bank.
Tampoco hay que olvidar que en octubre tenemos el puente del Pilar, y si hemos hecho bien las cuentas, podríamos darnos otra escapada con la familia o amigos. Y yendo un poco más allá –o no tanto– las vacaciones de Navidad y el correo de los Reyes Magos no quedan tan lejos.
Controlando el crédito
Para recuperar el exceso de gasto deberíamos no considerar el crédito de las tarjetas para el mes próximo. Es decir, en la medida de lo posible, no acostumbrarnos a tener ese extra disponible, pues sería entrar en un bucle. Y si ya estamos en ese bucle debido a los gastos del verano, lo mejor sería salir desde ya, este mismo mes, con nuestro plan de ahorro post-vacacional.
Y, por supuesto, leer bien la letra pequeña y desconfiar de los típicos productos gancho que parecen solucionarnos la cuesta de septiembre con un «fabuloso» crédito.