¿Debo vender las acciones cuando bajan? Con el impacto del COVID-19 las bolsas mundiales han experimentado la bajada más rápida conocida en la historia de los mercados financieros, produciéndose caídas de más de 40% desde mediados de febrero a mediados de marzo. A esas fuertes y rápidas les ha seguido una elevada volatilidad, con frecuentes subidas y bajadas de doble dígito en empresas de enorme capitalización. Esta situación ha pillado a muchos inversores por sorpresa y muchos se preguntan qué hacer y cómo proteger sus inversiones de cara al futuro.
Técnicamente nos encontraríamos en un mercado con tendencia bajista. Y a pesar de que a lo largo de la última década, desde la gran recesión de 2008, los mercados en general han tenido un fuerte componente alcista, todos los inversores sabemos que la economía es cíclica y no todo sube eternamente. Los mercados bajistas son parte normal del funcionamiento de cualquier economía desarrollada y cualquier estrategia de inversión que no contemple que pueda haber bajadas, no es una estrategia 100% realista.
No podemos predecir el futuro, preparémonos para la volatilidad
La realidad es que nadie sabe cómo va a evolucionar el mercado en las próximas semanas. Podemos leer todo tipo de información. Es bueno informarnos y tener una opinión, pero siempre estaremos ante una estimación de rango de probabilidades.
En este entorno bajista resulta útil reconocer que cuando los mercados se comportan de forma extremadamente volátil no es tanto porque las previsiones sean malas, sino porque parte de lo que dábamos por cierto deja de serlo y nos enfrentamos a la incertidumbre.
El mercado, en situaciones normales, es muy eficiente asignando valor a las cosas, y se calculan hasta los decimales de tasas de crecimiento y proyecciones de beneficios. Sin embargo, en una situación como la actual sabemos que la economía va a ser afectada gravemente por la pandemia mundial del coronavirus, pero no sabemos hasta qué punto llegará el daño. Esta incertidumbre es la que produce los grandes vaivenes en las bolsas: de repente, el rango de opiniones sobre los posibles escenarios futuros se amplía, y las oscilaciones en los precios lo refleja.
La importancia de implementar una estrategia
Aunque no podamos controlar lo que vaya a hacer el mercado, sí que está a nuestro alcance el control de nuestras emociones y debemos ponernos manos a la obra con un plan para reaccionar lo mejor posible ante escenarios adversos. Aquellos inversores que mejor navegan las aguas turbulentas de los mercados volátiles son aquellos que tienen un plan trazado de antemano y no se dejan llevar por el pánico del momento.
Cuando reflexionamos sobre si debemos vender un activo de nuestra cartera de inversión, la respuesta inevitablemente dependerá de las razones por las que compramos el activo en su momento. Aquellas inversiones realizadas para el largo plazo, de buenos negocios, probablemente pueden no haber bajado tanto de precio como el resto del mercado, y si siguen cumpliendo los criterios de rentabilidad y solvencia por los que compramos, posiblemente pueda ser un buen momento para pensar en adquirir más acciones a un mejor precio.
Tranquilidad, hay solución para todo
Si no estamos tranquilos con nuestras inversiones, es una señal de que probablemente no hemos ajustado bien el nivel de riesgo de nuestra cartera. Normalmente el exceso de riesgo en las carteras de inversión tiene dos grandes culpables:
- El exceso de exposición a una clase de activos, es decir, la errónea ponderación de activos.
- Y el exceso de concentración, es decir, comprar demasiado de una sola cosa.
Las soluciones a ambos problemas son relativamente simples. Si el exceso de volatilidad de nuestra cartera no nos deja dormir, deberíamos ser más conservadores en nuestra asignación de activos (asset allocation). Un exceso de renta variable en nuestra cartera hará que las inversiones fluctúen más de lo deseado, y si eso nos hace abandonar el barco en el peor de los momentos, claramente no es una estrategia válida. Aunque a todos nos gusta ver crecer nuestro patrimonio, y la volatilidad hacia arriba, si no somos capaces de soportar la misma volatilidad en sentido contrario, probablemente deberíamos tener una menor exposición a la renta variable.
Otro error común a la hora de estructurar carteras de inversión es un exceso de concentración en nuestras posiciones. El remedio claramente es diversificar nuestras inversiones para que ningún activo concreto pueda perjudicarnos en exceso. A todos nos gusta la idea de seleccionar magistralmente acciones que suben como la espuma, pero en la bolsa nada es seguro, y una apuesta fuerte que sale mal puede convertirse en una pérdida permanente de capital de la que sea difícil recuperarse. La prudencia y la diversificación son cualidades importantes que nos ayudarán a lo largo de las décadas en nuestras inversiones.
La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
Ninguna parte de este documento puede ser copiada o duplicada de cualquier forma o medio o redistribuida sin el previo consentimiento por escrito de Singular Bank.