La jerga financiera no resulta sencilla. Por todo ello, en este artículo te damos a conocer los diferentes conceptos que conlleva una cuenta bancaria, así evitaremos llevarnos sustos en cargos o conceptos que desconocemos y que podemos a llegar a pensar que son erróneos o que alguien esté operando con nuestra cuenta. Conocerlos nos puede además ahorrar eso que tan poco nos gusta: las comisiones.
Descifrando los ‘datos ocultos’
Vamos a empezar por lo básico, qué significan los 24 dígitos que componen nuestro número de cuenta, que nunca está de más saberlo:
- Los cuatro primeros corresponden al IBAN, que es el número asignado para identificar a las cuentas pertenecientes a la UE.
- Los cuatro siguientes corresponden a la entidad, la que guarda esa cuenta. Los asigna el Banco de España.
- A continuación, hay otros cuatro que son de la oficina en la que abrimos dicha cuenta.
- Los dos siguientes son algoritmos de control que dan validez a la cuenta bancaria.
- Y ya por fin, los 10 últimos números corresponden a nuestro número de cuenta en sí mismo.
Cargos, abonos y domiciliaciones bancarias.
Básicamente, un cargo es una salida de dinero de nuestra cuenta, que se produce cuando:
- compramos algo con la tarjeta de crédito.
- cuando sacamos dinero en el cajero.
- cuando nos pasan los recibos o cuando nos cobran una comisión.
Por el contrario, un abono se produce cuando el saldo de nuestra cuenta aumenta. Esto sucede:
- al cobrar la nómina.
- ingresar dinero.
- Si realizamos una devolución en un comercio de algo que hayamos pagado con la tarjeta, el importe vuelve directamente a la cuenta sin pasar por nuestras manos.
Las domiciliaciones son otro concepto clave. De forma muy sencilla, autorizamos que los pagos de los recibos de determinados servicios -normalmente, la luz, IBI, el teléfono o el agua- nos los cobren directamente de la cuenta, para agilizar el proceso y evitar que se nos pase la fecha de pago.
Comisiones y sus diferencias
Ahora, pasemos al tema más peliagudo, el de las comisiones. Ya que, aunque nosotros tengamos una cuenta que, en principio, no tiene comisiones, las entidades dan servicios que sí conllevan un coste, y muchas veces no lo sabemos.
- Entre las más comunes encontramos según Helpmycash:
- la comisión por mantenimiento de cuenta, que suele estar en una media de 47 euros al año;
- la comisión por todos los apuntes -abonos y cargos- que se producen en nuestra cuenta, que es de una media de 0,52 euros por cada uno;
- las transferencias a cuentas de otras entidades o a otra ciudad, que es de un mínimo de 3,4 euros,
- las que se cobran por el ingreso de cheques desde otra entidad también, con una media de 2,48 euros.
- Los descubiertos, cuando nuestra cuenta se queda al descubierto o lo que es lo mismo, sin dinero. Es un hecho que penalizan todas las entidades, ya que supone una financiación. Un ejemplo es si tenemos la cuenta vacía y seguimos comprando con la tarjeta: el banco nos lo adelanta y luego, cuando vuelve a haber dinero en la cuenta, se lo cobra, con su correspondiente comisión.
- Otras comisiones son las que se aplican cuando operamos en un país extranjero. Encontramos dos tipos:
- Al sacar dinero del cajero en otro país, aunque sea de la misma entidad, o al pagar con tarjeta, nos cobran comisión, normalmente más elevada si estamos en un país con una divisa diferente al euro.
- Al realizar una transferencia desde nuestra cuenta al extranjero también nos cobran un importe, solo si es fuera de la Unión Europea.
Así, todos estos ‘datos ocultos’ conviene tenerlos en mente a la hora de abrir una nueva cuenta, pues son fundamentales para decantar la balanza por una entidad u otra.