Cyber Monday

Cyber Monday, la penúltima oportunidad de anticiparse a la Navidad

Día del Soltero, Black Friday y… Cyber Monday. Noviembre es un mes cargado de días enfocados a los descuentos en la mayoría de ámbitos del consumo. Tradiciones propias de otros países -Estados Unidos y China, concretamente- han calado en la población de todo el planeta y ya se celebran como un acontecimiento que nadie se puede perder.

Es cierto que son días muy útiles para adelantar las compras navideñas y hacerse con los regalos con descuento, al igual que para renovar productos caros en los apartados de electrónica o menaje del hogar. O también para darse un capricho concreto. Pero no dejan de ser días tan enfocados al consumo que pueden llegar a confundirnos.

Las ofertas se multiplican hasta tal punto que incluso empresas de servicios, como clínicas odontológicas, tienen descuentos en estas fechas. Existe tal inundación de publicidad sobre el Black Friday y el Cyber Monday que muchas veces aturde, confunde y, evidentemente, logra su objetivo, hacernos picar más de la cuenta.

Porque, ¿realmente merecen la pena los descuentos que se anuncian en estos días o son un mero cebo para que piquemos?

¿Conviene comprar en Cyber Monday?

Recordemos que el Cyber Monday se celebra el lunes siguiente al Black Friday. Esto supone que este año cae el lunes 2 de diciembre. Históricamente, este día estaba dedicado a los descuentos en el área de tecnología, de ahí su nombre ‘Cyber’, y, en su mayoría, todavía guarda esa esencia.

Los principales comercios especializados en electrónica y productos digitales mantienen sus principales ofertas para este día, o incluso las mejoran tras el Black Friday.

Por otra parte, algunas tiendas de productos no tecnológicos aprovechan el tirón y siguen estirando el chicle de las rebajas del Black Friday hasta ese lunes, aunque ha de decirse que son las menos. Por lo tanto, a la pregunta si es conveniente comprar en Cyber Monday, la respuesta es que depende:

Si necesitas comprar o renovar productos tecnológicos puede ser el mejor día de los tres, aunque también conviene mirar los anteriores porque podríamos llevarnos alguna sorpresa. En el resto de ámbitos, es mejor comprar en Black Friday. Porque los descuentos ese lunes ya no serán tan buenos y además, posiblemente quede menos stock disponible.

En resumen, como técnica ante este ‘puente de rebajas’, lo mejor es que en ropa y complementos aprovechemos el Black Friday, mientras que la tecnología la dejemos para el Cyber Monday. Eso sí, sin olvidar los siguientes aspectos:

El principal objetivo de las tiendas y comercios esos días es vender, que nos quede claro. No es un acto altruista para los clientes, sino más bien una especie de maná para las marcas, puesto que para algunas ya se ha convertido en el día de mayor ventas del año.

Las técnicas de marketing están ahí presentes para tentarnos y algunas incluso podrían ser deshonestas. Porque algunas tiendas inflan sus precios los días previos a Black Friday y Cyber Monday para luego bajarlos esos días. Es decir, que el supuesto descuento que ofrecen queda en nada o prácticamente nada.

Esto ha sido denunciado en múltiples ocasiones por organizaciones de consumidores, por lo que hay que tener cuidado. Es bueno ir mirando días antes del Black Friday y del Cyber Monday las diferentes tiendas y los precios para comprobar si realmente los descuentos merecen la pena. 

¿Anticipar la Navidad?

Evidentemente, estos días son muy buenos para adelantar las compras navideñas que, queramos o no, todos tenemos que hacer. Pensemos que en diciembre sí que suben inevitablemente los precios de cara al derroche consumista navideño, por lo que hacerse con las cosas más caras siempre supone un ahorro.

Pero, sin volverse loco, porque la Navidad es un sinfín de gastos y en enero habrá más rebajas, por lo que tampoco es lógico gastarse todo en Black Friday y Cyber Monday.

Lo importante es actuar siempre con cabeza, priorizando lo que de verdad necesitamos y dejando de lado caprichos e impulsos. No es fácil, porque el bombardeo publicitario es incesante y llega ‘por tierra, mar y aire’ -medios convencionales, redes sociales, etc.-. Pero si se tiene claro que lo principal es la salud de nuestra economía y hacemos bien las cuentas, podremos aprovechar los descuentos sin tirar la casa por la ventana.