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Curiosidades sobre las elecciones de EE.UU. que te van a sorprender

La elección del inquilino de la Casa Blanca marca el final del año de la pandemia. El resultado no solo es de primera relevancia para el país norteamericano porque, como es bien sabido, sus efectos se propagan a todo el globo. Aunque la actualidad venga marcada por las novedades del combate Trump-Biden, tras semanas de análisis, nos merecemos algunas líneas más ligeras de contenido puramente anecdótico. En el siguiente post de contamos curiosidades sobre las elecciones de EE.UU. que quizá no conocías.

El presidente puede no ser el más votado por los ciudadanos estadounidenses: compromisarios

De hecho así ha ocurrido en 5 ocasiones: Donald J. Trump, George W. Bush, Benjamin Harrison, Rutherford B. Hayes y John Q. Adams. La explicación viene dada por el sistema de elección indirecta, donde los ciudadanos no votan directamente a su candidato a presidente, sino a los compromisarios (o electores) de su estado, que a su vez votarán al candidato al que representan. Es decir, en las elecciones presidenciales hay votos populares y votos electorales.

El número total de compromisarios no está repartido uniformemente entre los estados, sino que cada uno tiene un número diferente, proporcional a su población. Por tanto, puede suceder que la mayoría absoluta de compromisarios (270) no esté respaldada por una mayoría de votos. Así sucedió, sin retroceder demasiado, en 2016: Hillary Clinton sumó 2,8 millones de votos más, pero Donald J. Trump logró la victoria. La diferencia la marcaron los 316 votos electorales de Trump, frente a los 232 de Clinton.

El presidente que más votos ha obtenido hasta la fecha es Ronald Reagan, en 1984. Sumó 525 votos electorales (97,6% de los 538), aunque en 1936 Roosevelt logró un porcentaje mayor, 98,5%, 523 de los 531 compromisarios que había entonces.

¿Quiénes pueden votar? ¿Cuántos votan? ¿En urna o por correo?

17 millones no pueden votar: de los más de 257 millones de estadounidenses mayores de 18 años, solo 240 millones tienen capacidad para hacerlo. Para votar hay que inscribirse antes de una fecha límite. Y no pueden inscribirse los que sean considerados no ciudadanos, como los que tienen la green card (residentes permanentes). Tampoco los ciudadanos de Puerto Rico, Guam, Samoa Americana, Islas Marianas del Norte e Islas Vírgenes de Estados Unidos. Además, con ciertas variaciones según cada estado, los condenados por delitos graves y personas con discapacidad mental.

Es uno de los países avanzados donde menos ciudadanos acuden a las urnas, poco más de la mitad, alrededor del 60%. En las de 2016, solo se alcanzó el 55,5% de participación, concretamente, del total de 250.056.000 ciudadanos, solo 138.847.000 votaron.

Desde 1997 llegan votos desde el espacio. El plazo electoral de los astronautas comienza un año antes, teniendo que elegir en qué estado registrarse; seis meses antes reciben por email su solicitud de voto en la estación espacial.

Junto con los astronautas, los inscritos en Hawái, Oregón y Washington sólo tienen la opción de votar por correo; en Utah y Colorado se permite indistintamente votar en urnas o por correo. En los demás, es necesario solicitar voto por ausencia por razones más o menos justificadas según el estado, aunque en las elecciones de 2020 se espera que crezca el voto por correo debido a la incidencia del COVID-19.

Por qué el primer martes de noviembre

En 1845 se aprobó en el Congreso que las presidenciales debían ser “el primer martes tras el primer lunes de noviembre”. Se decidió así por motivos agrícolas, por la religión y por el transporte: había acabado la época de cosecha y todavía la red de transporte permitía la movilidad, antes de las heladas. Además, judíos y católicos no podrían viajar en fin de semana si la votación hubiera sido el lunes. Solución: primer martes de noviembre.

Una vez que se conocen los resultados, la investidura tiene lugar el 20 de enero del año siguiente a las elecciones, y si cae en domingo, se pospone un día, al 21 de enero. En ese momento tiene lugar la salida del presidente anterior con sus enseres y la mudanza exprés del nuevo presidente, que sucede en apenas unas horas. Por cierto, el primer presidente residente en la Casa Blanca fue John Adams, quien se mudó el 1 de noviembre de 1800. Tuvo que ser restaurada desde 1815 a 1817 ya que gran parte de la construcción fue destruida por los bombardeos de la guerra angloamericana de 1812.

¿Cuántos presidentes ha habido? ¿Cuál fue el mandato más largo y el más corto? Premios, reelecciones, dimisión y la leyenda de Tecumseh

Sin incluir el resultado de 2020, ha habido un total de 58 mandatos. El primero, George  Washington, (abril de 1789 a marzo de 1797), luego siguió John Adams, Thomas Jefferson y un largo listado hasta un total de 45 presidentes. Pero, ¿realmente han sido 45 presidentes o solo 44? Pues 44 porque, aunque desde 1789 ha habido 45 elecciones presidenciales, en una ocasión un presidente fue elegido de forma no correlativa: Grover Cleveland, quien ganó en 1885 y en 1893. En medio, en 1889, el elegido fue Benjamin Harrison.

Franklin and Eleanor Roosevelt en 1932 (Wikimedia Commons)

La Enmienda XXII a la Constitución estableció un límite de dos mandatos como máximo para un mismo presidente. Fue ratificada en 1951 y previamente solo Franklin D. Roosevelt ganó las elecciones para un tercer mandato, e incluso para el cuarto, pero poco después de su último nombramiento falleció por una hemorragia cerebral. Roosevelt fue, por tanto, el presidente que más estuvo en el cargo (más de 12 años), mientras que William Henry Harrison fue el que menos, pues falleció por neumonía sólo 32 días después de iniciar su presidencia, en 1841.

Precisamente el inesperado fallecimiento de Harrison alimentó la leyenda de Tecumseh, hermano del profeta amerindio Tenskwatawa, de la tribu Shawnee, quien advirtió al enemigo estadounidense que todo Gran Jefe elegido cada veinte años moriría en el cargo. Harrison, elegido en 1840, cumplió el fatídico pronóstico, también Abraham Lincoln (electo en 1860), James Garfield (en 1880), William McKinley (reelegido en 1900), Warren G. Harding (en 1920), Roosevelt (reelegido en 1940) y John F. Kennedy (1960). El “siguiente turno” era de Ronald Reagan (elegido en 1980) quien también sufrió un atentado del que afortunadamente sobrevivió. Tras siete presidentes fallecidos cada dos décadas, por fin se rompía la macabra profecía.

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