Después de las fiestas navideñas, llegan las esperadas y a la vez temidas rebajas de invierno, que arrancan oficialmente en España el 7 de enero, aunque en algunos establecimientos comenzaron a principios de año debido a la liberalización del comercio, donde quedó establecido que se pueden ofrecer descuentos en cualquier época del año.
Son esperadas no solo para los clientes, ya que multitud de comercios aprovechan ese momento para liquidar stocks de Navidad a cambio de apetitosos descuentos en esos artículos que no se han podido vender en la campaña navideña. Al mismo tiempo son temidas porque a menudo suponen un gasto de dinero concentrado en una época del año en la que la cartera ya viene un tanto más perjudicada de lo habitual después de los gastos navideños.
Es cierto que es complicado contener los impulsos consumistas que cualquiera de nosotros tiene ante ofertas que pueden alcanzar hasta el 70% en determinados artículos, pero la sensatez a la hora de afrontar las rebajas es el mejor aliado para que no se conviertan en un gasto adicional no previsto cuando lo que deberían ser es una herramienta más de ahorro planificado.
Para que las rebajas formen parte de tu estrategia de ahorro, es aconsejable seguir una serie de consejos destinados en su mayoría a planificar el gasto durante una época en la que es fácil verse atraído por ofertas tan irresistibles como prescindibles.
Cuatro pasos para ahorrar en rebajas
Más allá de listar una serie de consejos, cosa que ya hicimos en las rebajas de verano, en esta ocasión vamos a ponértelo mucho más sencillo con 4 pasos que te garantizarán gastar en rebajas lo estrictamente necesario maximizando el ahorro:
1.El punto de partida es el presupuesto que tienes previsto destinar a gastos en rebajas. Esta cifra debe salir de tu presupuesto de gastos personal, y como punto de partida simplemente depende de tu capacidad económica y de tu planificación financiera. Recuerda la regla 50-30-20. Si destinas habitualmente una partida específica para rebajas, estupendo; si no, puedes considerar las partidas que tengas sensibles de ser aprovechadas en rebajas, principalmente la de ropa. Imaginemos un ejemplo particular en el que esta cifra asciende a 200€.
2. Una vez tengas la cifra exacta que puedes permitirte gastar en las rebajas, haz un breve reparto de las partidas concretas a las que destinarás ese importe, siempre en función de las necesidades reales que tengas para los próximos meses. El resto de importe sobrante, si se diera el caso, puede dedicarse a compras impulsivas, pero solo si hay presupuesto disponible una vez cubiertas las necesidades reales. En el ejemplo concreto que ilustra este artículo, podríamos considerar que necesitamos un par de vaqueros nuevos, a los que destinaremos 60€, unos zapatos para el día a día, con presupuesto de 40€ y una chaqueta para cuando llegue primavera, para la que destinaremos 50€. Como el total asciende a 150€, dispondremos de otros 50€ adicionales para “caprichillos” que nos entren por los ojos.
3. Planifica tus rebajas con la ayuda de la mucha información que hay disponible online. Debes empezar a buscar en aquellas tiendas que aplican unos descuentos mayores en los productos que te interesan, para cubrir tus necesidades al mejor precio posible. Es importante empezar siempre las compras buscando cubrir los productos que consideramos necesarios, y reservar el presupuesto de caprichos únicamente para el final, por si algunos de los productos necesarios precisara de un importe superior al presupuestado.
En el ejemplo concreto, sabemos que los pantalones tejanos están con un 60% de descuento en la tienda A, mientras que en la tienda B solo tienen un 40% sobre un PVP inicial similar en ambos casos. A la hora de comprar, empezaremos buscando los pantalones tejanos que necesitamos en la tienda A.
4. Una vez cubiertas las necesidades, hacer balance del importe realmente gastado y acumular los diversos ahorros para destinarlos a posibles caprichos. Para efectuar los gastos en caprichos sí es especialmente interesante llevar en efectivo el importe destinado a esos gastos, de modo que difícilmente podrá gastarse más de lo realmente presupuestado en este concepto. En nuestro caso, si finalmente hemos logrado aprovechar bien las rebajas y hemos gastado únicamente 125€ en los productos para los que pensábamos gastarnos 150€, en lugar de destinar 50€ a caprichos podremos destinar 75€, dinero que llevaremos en efectivo cuando nos dispongamos a buscar esos chollos que, aunque no sean necesidades imperiosas, sí pueden alegrarnos la jornada al haber encontrado esa ganga por la que muchos suspiran.