Con el verano a la vuelta de la esquina es un buen momento para pensar en las esperadas vacaciones. La mejor baza para el ahorrador es sentarse a programar el verano con algún tiempo de adelanto, pero no te preocupes todavía estamos a tiempo. Y la pregunta ineludible: ¿cuánto dinero debería reservar para mis vacaciones?
Planificar con antelación es fundamental para ahorrar y que no se eche el tiempo encima. Vimos que consiste en elegir el mejor momento y el mejor destino, cumplir un calendario de planificación y decidir el presupuesto para las vacaciones. Justo en el importe del último punto vamos a profundizar a continuación.
Cuánto gastamos en las vacaciones de verano
Cada ahorrador controla su economía mejor que nadie, no cabe la menor duda. Con esa premisa, recurrir a estadísticas y estudios de consumo en España tan solo es útil como introducción y para sentar una base general del gasto en vacaciones.
Según la encuesta de Cetelem- Investmarket, los españoles gastamos 953 euros de media en las vacaciones de verano de 2016. Pero de nada sirve saber cuánto gastan los demás si no controlamos esa cifra nosotros mismos. A partir de un presupuesto de gasto vacacional, registrando con mayor o menor detalle los desembolsos, podremos conocer cuánto ha sido el gasto total en vacaciones. Con nuestros propios datos, el año siguiente sabremos perfectamente si hemos gastado más o menos y justificar la posible variación con la de nuestro nuevo nivel de ingresos y gastos. Es así de sencillo:
Gastos vacaciones 2017 = Gastos vacaciones 2016 + (variación 2017 ingresos – gastos)
Cuánto dinero puedo ahorrar según mi nivel de ingresos
No existe un único porcentaje de ahorro adecuado, sin embargo, numerosos expertos financieros eligen en sus recomendaciones el 10% de los ingresos netos mensuales como cifra mínima de ahorro. Pero cuidado, porque las condiciones de cada ahorrador son muy diferentes y ese 10% puede ser una cifra fácilmente alcanzable para algunos e imposible para otros, en función de su nivel de gastos fijos y variables de cada mes.
En cambio, una práctica mucho más acertada consiste en determinar porcentajes de ahorro sobre el diferencial ingresos – gastos. A modo de ejemplo: en este mes voy a obtener unos ingresos netos totales de 1.500 euros. Si le quito la hipoteca, el coche, comidas, suministros y gastos del hogar, me quedan 400 euros. Sobre esa cifra, determino un porcentaje de ahorro para cada objetivo. Por ejemplo, 60% para vacaciones: 240 euros, que dejo cada mes sin tocar en la cuenta, lo meto en la hucha o lo muevo a otra cuenta de ahorro. Como suele suceder en las finanzas domésticas, una libreta y calculadora o una hoja de cálculo se vuelven imprescindibles para controlar estas cantidades.
El comienzo en el ahorro es la parte más difícil, ya sea para vacaciones, para tener un fondo de imprevistos, o para cualquier otra finalidad. Y la ilusión monetaria nos juega una mala pasada, pues no es lo mismo ver que el primer mes de ahorro ha sido duro llegar a 100 euros, que observar con orgullo que tras un año ahorrando ya tenemos 1.200 euros.
Cuánto dinero puedo gastar según mi ahorro y mis ingresos
Las vacaciones óptimas para un ahorrador son aquellas que satisfacen al máximo sus expectativas de descanso y desconexión laboral, a la vez que se ajustan a la perfección a su capacidad de ahorro e ingresos.
Las semanas o el mes de vacaciones implica mayores gastos diarios, independientemente de si viajamos o nos quedamos en la ciudad. Éstos se pueden dividir principalmente en cuatro partidas:
– Desplazamientos.
– Alojamiento.
– Comidas fuera de casa.
– Actividades fuera de casa.
Dichas partidas variarán según qué hayamos decidido hacer en vacaciones, pero reflejan una clara conclusión: los ingresos del mes de vacaciones por sí mismos son insuficientes para cubrir todos los gastos. Y existen dos formas de financiarlos: ahorrar o tirar de la tarjeta de crédito.
El ahorro se plantea como la opción más adecuada, ya que tan solo necesitamos tener claro de antemano nuestro objetivo de ahorro (por ejemplo, las vacaciones del próximo verano) y marcarnos un plan de ahorro personal (por ejemplo, 60% del ahorro mensual será para vacaciones). Además, mientras esperamos las vacaciones, si dejamos ese dinero en un producto de ahorro bancario, nos va a ir dando intereses.
Aunque la tarjeta de crédito puede echarnos una mano con los gastos extraordinarios en vacaciones, no hay que olvidar que lo que usemos del crédito nos tocará devolverlo en la liquidación del mes siguiente.
Trucos y recomendaciones
Por mucho que contemos los días que quedan para verano, por mucho que necesitemos un descanso, por mucho que nos apetezca ese viaje soñado, no tiene sentido vivir el resto del año con las cuentas apretadas y escatimando, para luego tomarse unas semanas de vacaciones derrochadoras.
En vez de eso, es mucho más razonable seguir los consejos para vacaciones de Ahorrando que es gerundio y considerar los siguientes trucos y recomendaciones para hacer realidad las merecidas vacaciones, sin olvidar que cada ahorrador ahorra a su manera y se plantea las vacaciones a su manera:
– Plantear el mes de vacaciones como un mes cualquiera, pero con más gastos. Parte de esos gastos extraordinarios los cubriremos con lo que hayamos ahorrado previamente, parte con los ingresos de ese mes y si queda una pequeña parte sin cubrir, podemos recurrir a la tarjeta de crédito.
– Elaborar un presupuesto para vacaciones, en base a nuestros ingresos, ahorro, preferencias para ese período y, como referencia, cuánto gastamos en las vacaciones anteriores.
– Fijar un máximo de gasto en vacaciones para cada partida (alojamiento, transporte, comidas, actividades).
– O una cantidad máxima por día de viaje.
– Destinar un porcentaje de los ingresos mensuales al ahorro para vacaciones, sin olvidar los gastos de cada mes.
– O mejor, establecer un porcentaje de ahorro mensual sobre el diferencial ingresos – gastos.
– La tradicional hucha sigue siendo válida para el ahorro vacacional. Euro a euro, el cerdito va engordando y en varios meses puede dar para algún plan interesante.
– Dejar el salario de un mes completo, o una de las pagas extras exclusivamente para vacaciones. O la mitad de uno de ellos.