De alguna forma, todos estamos habituados al término ahorro. En cuanto te entra la nómina haces un esquema mental rápido: qué parte va pagar recibos, qué parte se destina a gastos del mes y qué parte quedaría para el ahorro. Como sabes el esfuerzo que supone ganar un salario, tu objetivo es que ese dinero sirva para cubrir todas tus necesidades hoy y también mañana. Este artículo se lo dedicamos al Día mundial del ahorro 2020.
Ya lo había escuchado antes, pero ¿qué es esto del Día del Ahorro? Te lo contamos tranquilamente en este artículo, ya que se trata de un evento del que, como ahorrador que eres, formas parte tanto, o más, que elWSBI, el Instituto Mundial de Cajas de Ahorro y Bancos Minoristas, quien organiza la celebración del 31 de octubre cada año, desde 1924.
Ya hace casi un siglo desde que, ese año, en Milán se consideró la necesidad de contar con un día mundial del ahorro. Su objetivo es reforzar la conciencia ahorradora en la sociedad, demostrando que es de extrema importancia para cada persona a nivel individual. Y que, a su vez, su adopción y normalización dentro de la sociedad suma y se extiende positivamente en la economía global.
Hoy, poca gente guarda los ahorros en una caja al fondo del armario o debajo del colchón. O, al menos, no debería ser así, no solo por cuestiones de seguridad, sino porque, más que nunca, hay pocas razones para hacerlo, especialmente ante el avance de la banca electrónica. Aunque pagar y ahorrar totalmente en efectivo sigue siendo posible, la tendencia apunta a una progresiva desaparición del dinero físico y, además, en ocasiones supone complicar innecesariamente la rutina diaria.
Con lo fácil que es comprobar que ha entrado la nómina en la app del banco desde el teléfono, tener domiciliados los recibos y pagar todo directamente con el teléfono, sin ni siquiera sacar la tarjeta. Cuando tenemos el mes más o menos organizado, podemos traspasar, siempre que nos sea factible, una cantidad a la cuenta de ahorro y cada cierto tiempo es importante plantearnos si deberíamos destinar una parte del mismo plan de pensiones o a alguna otra inversión. Si organizas tu ahorro de esta manera, o de otra similar, también perfectamente válida, estás en el buen camino.
Pero como no todo el mundo es siempre tan consciente de lo necesario que es el ahorro, cada 31 de octubre se recuerda a nivel global la importancia de esta actitud planificada y se centra el esfuerzo en un lema concreto. En 2020: When you save a bit, big things follow! Algo así como ¡Cuando ahorras un poco, suceden grandes cosas! Qué gran verdad.
Ahorro rutinario, no solo para retos a la vista
El ahorro no es solo una actividad a corto plazo. Puede que el porcentaje de la renta que destinas a ahorro cada mes fluctúe, porque a corto o medio plazo tienes previsto un desembolso mayor. Pero no siempre es posible prever esa mayor necesidad de dinero. Por tanto, lo recomendable es guardar “automáticamente” una parte de los ingresos para el futuro; mientras que los ingresos de cada mes son —más o menos— estables, en el futuro podrían sobrevenir gastos más grandes que, sin un colchón de ahorro, te podrían poner en un apuro y probablemente te harían recurrir al crédito, con el consecuente pago de intereses.
España es uno de los países europeos con menor cultura ahorradora. Se vive muy al día y cuando vienen tiempos complicados empiezan los aprietos, que en muchas ocasiones podríamos haber amortiguado con los ahorros. Solo nos ponemos las pilas con el ahorro cuando le vemos las orejas al lobo. Según los últimos datos del INE, la caída del consumo por el confinamiento por la pandemia de COVID-19 se tradujo en un sustancial crecimiento de la tasa de ahorro de los hogares españoles: 31,1% en el segundo trimestre de 2020. Es la tasa mayor desde que se inició la serie en 1999 y está muy por encima del anterior pico máximo (20,1%), en 2009, en plena crisis financiera. Hay que ser conscientes de las particulares condiciones en las que se ha dado este repunte del ahorro, en un entorno de máxima incertidumbre; y sí, este ahorro está muy bien, y demuestra que, con una adecuada planificación, es posible hacerlo. Ahora bien, hay que ser capaz de sistematizar este ahorro, no solo acordarnos de él en las situaciones difíciles, en las que, además, puede resultarnos incluso más difícil llevarlo a cabo. En Europa, el ahorro también ha crecido debido a la pandemia. Para el mismo período, Eurostat calcula un 24,6% de tasa de ahorro doméstica, igualmente el máximo desde 1999.
Cuando ahorras un poco, suceden grandes cosas
Antes de la pandemia, en 2019, la tasa de ahorro de los hogares españoles se situaba en el 7,4% de la renta disponible. Había subido respecto al mínimo de 2018, año en la que la cifra apenas era del 4,84%.
En general, existe consenso en que un 10% de la renta disponible es una cantidad recomendada para ahorrar. Pero no hay que dejarse guiar completamente por lo que ahorran los demás, ni tu amigo, ni tu primo, ni por la media de España.
En vez de eso, es mucho más útil sentarte un rato a clasificar los gastos del mes en un Excel: cuánto pago en suministros, cuánto de hipoteca, en comida, en el coche, cuánto en ocio… Y cuánto sobra cada mes. Para, con las cifras por delante, plantearse si todos esos gastos han sido necesarios y si sería posible recortar de algo sin que suponga un problema en casa.
En el siguiente paso, con conocimiento de causa, fíjate un porcentaje de ahorro, pero cuidado, tiene que ser un porcentaje que puedas cumplir sin aprietos. No es conveniente asociar ahorro a apuros económicos, cuando el objetivo es totalmente el contrario: ahorrar un poco cada mes con la intención de no tener apuros económicos nunca.
Por último, reflexiona durante unos segundos sobre las grandes cosas que has logrado y en cómo has mejorado tu entorno más cercano. Sin duda, tu trabajo, tu dedicación, tu esfuerzo ha dado sus frutos y los seguirá dando. Pues en todos esos éxitos ha contribuido tu buena planificación y tu acierto con el ahorro:
Cuando estrenaste tu primer coche, cuando te fuiste a vivir por tu cuenta, cuando diste la entrada del piso, esos buenos viajes que haces cada año, cuando tu hijo se graduó y empezó su primer trabajo, cuando miras lo bien que ha quedado tu casa con la reforma… y un sinfín de otros buenos momentos que te vienen a la mente. Pero también cuando te das cuenta de que cada año tienes un poco más guardado para la jubilación o cuando compruebas que tú y tu familia miráis al futuro con tranquilidad, bajo un cómodo techo, con una buena formación… Entonces sabes que estás haciendo bien las cosas.