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Criptoinvierno: causas y consecuencias

Criptoinvierno

Las criptomonedas se encuentran inmersas en una espiral bajista sostenida pese a los rebotes momentáneos. La caída de empresas gestoras de este tipo de activos evidencia su elevado riesgo y que ningún auge dura para siempre. ¿Estamos ante una corrección o ante el estallido de una burbuja? No hay una respuesta absoluta, pero la coyuntura es un duro recordatorio de que estas monedas más que divisas virtuales son inversiones de riesgo.

¿Qué es el invierno cripto?

Se denomina ‘invierno cripto’ o ‘criptoinvierno’ a la caída generalizada en la cotización de las criptomonedas. En 2022, las más importantes —Bitcoin, Ethereum, XRP, Cardano, Solana— han sufrido pérdidas cercanas a las tres cuartas partes de su valor.

Cabe destacar el caso de Bitcoin, con diferencia el más popular de estos activos y la representación de los mismos en el imaginario colectivo. Su desplome llegó a alcanzar el 70%, una auténtica debacle para un producto que revolucionó los mercados financieros cuando estaba en su apogeo.

Desplome del mercado de las de criptomonedas

Como es lógico, la decadencia de las cripto se ha trasladado al tejido emprendedor que opera en el sector: muchas empresas pugnan por sobrevivir y muchas otras no lo consiguen.

Uno de los batacazos más sonados fue el de la estadounidense Coinbase, prominente plataforma de comercio de criptodivisas, que durante el segundo trimestre de 2022 acumuló pérdidas que sobrepasaban los 1.000 millones de dólares. Los pésimos resultados obligaron a la compañía a ejecutar despidos en masa y fulminaron el valor de sus acciones: de los casi 360 dólares de noviembre de 2021 a los 82 actuales.

Tras este mediático caso hay todo un rosario de proyectos fallidos en lo que antes era un floreciente nicho de negocio. Ni siquiera las apuestas por stablecoins, una variante cripto menos volátil, se salvaron de la quema —véase el caso de Terra Luna y Terra UST—; mientras que en España tuvimos nuestra propia réplica del terremoto con el ‘corralito’ del criptobanco 2Gether.

Los analistas se dividen entre los que confían en que ya se ha tocado fondo y los que predicen que lo peor está por venir. Lo único seguro es la profunda influencia que tiene el difícil momento geoeconómico en la raíz del problema, como veremos a continuación.

Causas y consecuencias

En los inicios de Bitcoin, no faltaban las voces que anunciaban una novísima revolución tecno-financiera que pondría el último clavo del ataúd del sistema bancario, emancipando económicamente a los consumidores. La realidad es que el mercado cripto está siendo zarandeado por los mismos vientos que azotan al resto de valores.

Para empezar, 2022 ha sido el año de la inflación, alimentada por factores como el jaque del COVID-19 y su resaca, la crisis de suministros y el conflicto bélico que enfrenta a Rusia y Ucrania. Todo un cambio de ciclo al que el BCE puso la guinda con la subida de tipos, política que replicaba la de otros bancos centrales como la Reserva Federal estadounidense.

Salida masiva del mercado cripto

La espiral de acontecimientos espantó a los inversores que habían convertido parte de su patrimonio a monedas digitales, por lo que se desató una venta masiva de las mismas. Como resultado, la ‘criptooferta’ superó a la ‘criptodemanda’, y el valor de Bitcoin, Ethereum y compañía se desinfló. Y como consecuencia, un acusado efecto arrastre que afecta al entramado empresarial de empresas y startups dedicadas al comercio e intercambio de criptodivisas.

La explicación al pánico vendedor de los poseedores de divisas digitales es muy sencilla. El primer mandamiento no escrito del inversor es que, en tiempos de incertidumbre, hay que mudar el dinero a valores más seguros; más aún cuando, como sucede en la actualidad, la inestabilidad alcanza niveles globales. Y las criptomonedas son una inversión de muy alto riesgo.

No es dinero digital, son activos de elevado riesgo

Las monedas digitales no han sido nunca, ni están cerca de ser, una forma de dinero. Aunque puedan utilizarse para comprar, debido a su elevada volatilidad no son un medio de intercambio de bienes y servicios al uso, sino un producto de inversión con una característica distintiva: que operan al margen del sistema financiero.

Las criptomonedas, con la excepción de las stablecoins, carecen del respaldo de institución financiera, fondo de garantía o activo material alguno, lo que las convierte en un valor altamente especulativo por cuya inconstancia no responde nadie, salvo quien las compra.

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