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Coyuntura actual económica semana del 4 al 8 de abril

Coyuntura actual económica semana del 4 al 8 de abril

Deterioro de la confianza en la Eurozona

El entorno macroeconómico de Europa continúa sujeto a elevados niveles de incertidumbre desde el comienzo de la guerra en Ucrania, que ha añadido nuevos riesgos socioeconómicos y geopolíticos. En este sentido, los primeros datos conocidos del mes de marzo han confirmado cómo su impacto ha comenzado a trasladarse a los precios y a la confianza del sector privado (familias y empresas). Todo ello en una coyuntura anteriormente marcada por las tensiones inflacionistas generadas por la pandemia (encarecimiento de materias primas y del transporte y cuellos de botella) y la crisis energética.

Desde una perspectiva económica, será clave no sólo su duración y cómo se desarrollen las negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz, sino también la posible respuesta de Rusia en su suministro de gas natural, el impacto de las sanciones económicas, y el desarrollo de la estrategia de la UE para lograr una mayor diversificación del suministro energético en los próximos meses. Al mismo tiempo, se desconoce cuándo Ucrania logrará normalizar su producción y distribución de materias primas clave industriales y alimenticias. De ahí que se mantengan a corto plazo los riesgos sobre la senda de inflación y las expectativas a la baja del crecimiento, que serían más limitados si se estabilizan a la baja los precios del petróleo y el gas natural en la segunda parte del año. 

En este contexto, el indicador de incertidumbre de la Comisión Europea ha repuntado con fuerza 11,1 puntos hasta 26,8 puntos en la Eurozona, alcanzado en el caso de los consumidores nuevamente valores observados al comienzo de la pandemia. A su vez, se ha confirmado el deterioro de la confianza de los hogares y las empresas, creciendo el sentimiento de que la economía podría afrontar escenarios más adversos frente a las positivas perspectivas reflejadas a comienzos del año.

Por su parte, el indicador de Sentimiento Económico (ESI) de la Comisión Europea ha mostrado en marzo una significativa caída en la Eurozona de 5,4 puntos hasta 108,5 puntos, destacando el deterioro de la confianza de los consumidores. Entre sus Estados miembros, los mayores retrocesos en el sector privado se han producido en Francia (-7,1), España (-6,1) y Alemania (-4,3), registrándose únicamente un ligero repunte en Países Bajos (+0,5).

industria

Paralelamente, se ha constatado el fuerte impacto de la guerra de Ucrania sobre los costes de producción y la cesta de la compra de los consumidores europeos. Una combinación de factores que, unida a las incertidumbres en torno a la invasión de Ucrania, han lastrado las expectativas del tejido empresarial europeo, especialmente en el comercio minorista (-4,9 puntos) y en la industria (-3,4 puntos). En contraste, el sector servicios ha mejorado sus perspectivas (+1,3 puntos) apoyado en la retirada de las medidas de restricción de la movilidad.

Todo ello en un escenario en el que las empresas de la zona monetaria europea proyectan una caída de su actividad en los próximos 3 meses, que iría acompañada de un previsible incremento de sus precios finales de venta.

Las perspectivas empresariales se ven lastradas no sólo por el repunte de los costes de producción, sino también por la pérdida de renta disponible de los hogares ante el acusado incremento del IPC, que se ha visto agravado en marzo.

europa

El incremento del precio del petróleo, el gas natural, la electricidad y la alimentación ha elevado en marzo la inflación de las principales economías de la Eurozona:

  • En España ha alcanzado un 9,8% anual (vs. 7,6% en febrero), su mayor registro desde 1985.
  • En el caso de Alemania, la primera estimación refleja un crecimiento del IPC de un 7,3% anual (frente a un 5,1% en febrero), su récord histórico desde la reunificación en 1990.
  • La inflación de Italia se ha situado en un 6,7% anual (vs. 5,7% anterior).
  • En Francia, los niveles de precios han crecido un 4,5% anual (vs. 3,6% anterior).

En el conjunto de la Eurozona, la tasa de inflación general ha escalado 1,6 pp a un 7,5% anual en marzo, constatando los riesgos sobre la competitividad de la economía española y sobre la industria alemana a corto plazo por su mayor exposición a los suministros energéticos de Rusia. Por su parte, la evolución más moderada de los precios en Francia refleja una mayor resiliencia tanto a las presiones inflacionistas generadas por la pandemia como a las derivadas de la guerra en Ucrania.

La guerra de Ucrania deteriora las perspectivas de Alemania

alemania

La invasión de Rusia a Ucrania y las crecientes tensiones inflacionistas han revertido las expectativas de aceleración del crecimiento esperado a partir del 2T, una vez normalizada la actividad socioeconómica en las economías avanzadas ante la retirada de las medidas de distanciamiento social introducidas a raíz de la pandemia. De esta forma, los indicadores adelantados de confianza empresarial en marzo han confirmado el mayor impacto del conflicto bélico sobre el continente europeo frente a EE.UU. y las principales economías avanzadas de la región Asia-Pacífico

El PMI manufacturero de la Eurozona en marzo ha sufrido una nueva caída de 1,2 puntos hasta 57,0 puntos, su menor nivel desde febrero de 2021, debido a los mayores costes en las materias primas y los retrasos en la cadena de suministros. En contraste, ha mantenido su senda al alza en Japón (50,3 puntos), Australia (57,3 puntos) y en EEUU (58,5 puntos), donde se sitúa en su mayor registro desde octubre del año pasado ante la mejora de las condiciones operativas y el repunte de las nuevas órdenes de pedido.

Los crecientes riesgos geopolíticos, el incremento del coste de las materias primas, la crisis energética y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores han deteriorado las perspectivas empresariales de las principales economías de la zona monetaria europea. En el caso de Alemania, el índice de clima empresarial IFO ha retrocedido significativamente en marzo hasta 90,8 puntos (vs. 98,5 puntos el mes anterior).

Al mismo tiempo, la caída esperada de la demanda externa ha provocado un fuerte retroceso del sentimiento entre los exportadores alemanes de 19,3 puntos a -2,3 puntos (vs. 17,0 puntos en febrero), su segundo mayor descenso de la serie histórica tras el sufrido en abril de 2020 ante la disrupción de la pandemia (-31,2 puntos). De esta forma, las empresas manufactureras proyectan una peor evolución de las exportaciones en los próximos 6 meses, especialmente significativo en el caso del sector del automóvil y del caucho y plástico. En contraste, las compañías del sector eléctrico y de electrónica prevén un aumento de las órdenes de pedidos internacionales.

precios

La menor demanda externa, la erosión de la renta disponible y la mayor exposición comercial y energética de Alemania a Rusia, junto al impacto en la actividad de las diferentes olas del coronavirus sufridas durante el último trimestre de 2021 y el 1T de este año, explican las menores expectativas de crecimiento de la mayor economía de la Eurozona. Todo ello en un entorno previamente marcado por unos niveles de inflación en máximos desde la reunificación en 1990, impulsados principalmente por el incremento del coste de la energía y de los alimentos, con un impacto directo sobre capacidad de compra y de ahorro de los consumidores. En concreto, no sólo se estima que el avance de los precios entre enero y marzo habría reducido el poder adquisitivo de los alemanes en torno a 6.000 millones de €, sino que también se observa una progresiva normalización de su tasa de ahorro.

Así, el significativo incremento del precio de las commodities, la crisis energética, las sanciones, la falta de suministros de materias primas y productos intermedios procedentes de Rusia y Ucrania, la pérdida de poder adquisitivo de los hogares y los mayores niveles de incertidumbre condicionan a la baja las previsiones de crecimiento de Alemania. Ante esta combinación de factores, el IFO Institute en su escenario base ha rebajado el avance del PIB en 0,6 pp a un 3,1% anual en 2022 (vs. 3,7% anterior), al mismo tiempo que proyecta que la inflación promedio anual se sitúe en un 5,1% frente a un 3,3% estimado anteriormente.

Paralelamente, en caso de que los precios de la energía continuaran su tendencia al alza sin alcanzar máximos en la primera parte del año, en su escenario alternativo reduce el repunte de la producción este año a un 2,2% anual, mientras que el incremento del nivel de precios lo eleva a un 6,1% en el conjunto de 2022.

tierra

Una evolución que estará también sujeta a diferentes factores como:

  • La duración y el escenario final de la guerra en Ucrania, que pueden agravar la crisis humanitaria y de refugiados y la falta de suministro de materias primas básicas (metales y alimentos).
  • Las futuras sanciones contra Rusia que se puedan adoptar en el seno de la UE, especialmente si se decide prohibir la importación de petróleo de Rusia.
  • La eficacia de las medidas fiscales que ha adoptado el Gobierno alemán para paliar el impacto del repunte de los precios de la energía en los consumidores y empresas, con el objetivo de moderar la caída del consumo y frenar el incremento de los costes de producción.
  • Las implicaciones sobre el sistema energético alemán y sus precios de la reducción de su exposición en este ámbito clave a Rusia. En concreto, desde el inicio de la invasión de Ucrania se han reducido las importaciones de carbón de un 50% a un 25%, de crudo de un 35% a un 25%, y de gas natural de un 55% a un 40%. Todo ello en un contexto en el que existe el riesgo de que Rusia reduzca el suministro de gas, lo que ha llevado al Gobierno alemán a diseñar un plan de emergencia y a recomendar a sus empresas que busquen proveedores alternativos.
  • El escenario final de normalización de las cadenas de valor globales, que se están viendo afectadas tanto por la invasión de Ucrania como por las medidas de confinamiento de la población de importantes núcleos industriales, logísticos y financieros de China. Una situación que puede impactar negativamente en el sector industrial que actualmente ya se encuentra afectado por los retrasos en el suministro de componentes básicos y el incremento de los costes de producción. 
  • La desaceleración de la economía china, que afronta una coyuntura marcada por los desequilibrios de su sector inmobiliario y la política zero covid del Gobierno, que condicionan a la baja el consumo de los hogares y las decisiones de inversión. 

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Autor

Economista jefe de Singular Bank. Entre 2013 y 2019 fue Directora del departamento de Economía del Círculo de Empresarios. Es Doctora en Economía por la Universidad San Pablo-CEU. Ha sido coordinadora del área académica de grado y es profesora de grado y de post grado de ESIC Business & Marketing School, donde imparte clases de Teoría Económica y Análisis del Entorno Económico. Ha publicado numerosos artículos en prensa y en diferentes libros sobre cuestiones relacionadas con la sociedad de la información y aspectos sociales de la política económica, entre otros temas. Su ensayo “Europa e Internet” recibió en 2000 el Premio del Instituto de Estudios Europeos, de la Universidad San Pablo-CEU, y Telefónica. Ha sido seleccionada como directiva de la iniciativa “Women to Watch” de PWC y es miembro de su Consejo Asesor.