Mercado laboral en España: nueva caída del empleo en el primer trimestre
El año 2021 ha comenzado marcado por las restricciones de movilidad para hacer frente a la tercera ola de casos de covid-19, en un contexto de crecientes expectativas de recuperación económica a partir del segundo semestre a medida que avanza el plan de vacunación nacional. En esta coyuntura, la Encuesta de Población Activa (EPA) del 1T de 2021, elaborada por el INE, ha mostrado el impacto de esta situación con una interrupción en la senda de creación de empleo en España tras su positiva evolución en la segunda mitad del año pasado.
En concreto, entre enero y marzo se registró un descenso del número de ocupados de 137.500 personas respecto al 4T de 2020 (-0,71% trimestral), situándose la población total ocupada en 19,2 millones de personas, un 2,41% por debajo de su nivel del 1T de 2020 (-474.500 personas).

La destrucción de puestos de trabajo en el 1T se concentró en el sector servicios (-83.400 personas respecto al 4T de 2020) y, en menor medida, en industria (-51.500) y construcción (-18.500). Las actividades asociadas al consumo social nuevamente fueron las más afectadas por las limitaciones de movilidad, horarios y aforos, lo que provocó una reducción del empleo de un 5,1% en hostelería y de un 10,6% en ocio y entretenimiento.
En contraste, el desempleo mostró una mejor evolución en el 1T, disminuyendo un 1,8% frente al último trimestre de 2020 (-65.800 personas). No obstante, este descenso, al igual que la caída de la ocupación, están afectados por la pérdida de población activa (-203.300 personas), reduciéndose la tasa de actividad 0,26 pp a un 57,69%.
En comparación con el mismo periodo del año 2020 el número total de desempleados se incrementó un 10,3% interanual (+341.000 personas), si bien se observó una significativa moderación de su tendencia al alza respecto a los dos últimos trimestres del año pasado. Así, el número de personas en situación de paro ascendió a 3.653.900, reduciéndose ligeramente la tasa de desempleo a un 15,98% de la población activa (vs. 16,13% anterior).

Sin embargo, la tasa de paro no recoge los trabajadores afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que, según la metodología de la EPA, se incluyen como ocupados. A pesar de la tendencia a la baja de los ERTEs en el último trimestre (-80.000 según el INE), los trabajadores ocupados ausentes de su empleo ascendieron a 1.964.700, un 4% más que en el 4T de 2020, debido entre otros factores al efecto del temporal Filomena y al aumento de las personas que no han podido buscar empleo a pesar de estar en condiciones de trabajar. Un colectivo que ascendió a 1.096.200 personas en el 1T, 162.500 más que en el trimestre anterior.
Incorporando los trabajadores ocupados que no han trabajado y a los afectados por ERTEs, la tasa de desempleo se situaría por encima de un 24,5% de la población activa en el 1T.

Fuerte repunte de la deuda pública de la UE a máximos históricos en 2020
La crisis del covid-19 ha provocado un fuerte deterioro generalizado de las cuentas públicas de los países de la UE. Desde la disrupción de la pandemia en marzo de 2020, la paralización de la actividad socioeconómica llevó a los gobiernos a introducir medidas de apoyo a familias, trabajadores y empresas a través de planes de protección de empleo (ERTEs en España) y líneas de liquidez con el objetivo de mitigar el impacto económico. Según la Comisión Europea (CE), estos estímulos fiscales sin precedentes representan aproximadamente un 8% del PIB de la UE de 2020 y las medidas de liquidez un 19% de su PIB, estimando que hayan contribuido a amortiguar la contracción de la producción en torno a 4,5 pp en el conjunto del año pasado.
En este contexto, el 20 de marzo de 2020 se suspendieron las reglas fiscales comunes de la UE mediante la activación de la “cláusula de escape general”. Esta medida temporal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha permitido a los Estados miembros incrementar su gasto para hacer frente a la crisis sanitaria sin la necesidad de cumplir con los requisitos de ajuste fiscal del marco europeo: déficit público inferior al 3% del PIB y deuda por debajo del 60% del PIB.
En el último trimestre de 2020, el déficit público alcanzó un 7,5% del PIB en el conjunto de la UE y un 8,0% del PIB en la Eurozona, siendo en ambos casos el segundo mayor registro de sus series históricas tras el saldo negativo sin precedentes del 2T (12,2% y 11,8% del PIB, respectivamente).

En el caso de la zona monetaria, se observó un aumento del déficit de 1,6 pp respecto al 3T de 2020 debido principalmente al incremento del gasto público total. En concreto, éste alcanzó un 54,8% del PIB, repuntando significativamente frente al 52,7% registrado entre julio y septiembre (+2,1 pp). En términos de volumen (ajustado estacionalmente) creció en torno a 61.000 millones de € ante la extensión y aprobación de nuevas medidas de política fiscal para mitigar el impacto económico y social de la pandemia.
Por su parte, en el 4T la ratio de ingresos públicos totales se redujo ligeramente a un 46,8% del PIB (vs. 46,2% del PIB anterior). Una evolución que refleja la contracción de la producción, mientras que el volumen de ingresos se elevó en aproximadamente 17.000 millones de € en comparación con el trimestre anterior.
El saldo presupuestario negativo entre octubre y diciembre de 2020 fue generalizado en todos los Estados miembros, si bien se observaron importantes diferencias en su evolución:
- España multiplicó por cuatro su déficit público respecto al 4T de 2019, alcanzando un 11,9% del PIB. Una cifra que representa el tercer mayor registro entre los países miembros de la UE tras Hungría (15,1%) y Austria (14,2%). Así, amplió su diferencial respecto al promedio de la Eurozona a 3,9 pp (vs. 2,2 pp en el 4T de 2019).
- En Francia el déficit presupuestario alcanzó un 11,7% del PIB, frente a un 3,9% del PIB en el 4T del año anterior.
- Alemania revirtió su saldo positivo de 2019, si bien registró uno de los déficits más reducidos entre los países de UE (3,1% del PIB).
- Únicamente dos países cerraron el último trimestre del año con un déficit inferior al umbral del 3% del PIB: Polonia (2,8%) y Dinamarca (2,5%), ambos no pertenecientes a la Eurozona.

Paralelamente, la evolución del saldo presupuestario ha impulsado los niveles de endeudamiento público a máximos históricos ante el fuerte aumento de las necesidades de financiación. En el 4T de 2020, el incremento del volumen de deuda y la contracción del PIB situaron la ratio de deuda pública de la Eurozona en un 98,1% del PIB, 14,1 pp superior a la del mismo periodo del año anterior (84,0% del PIB). En la UE, este porcentaje aumentó del 77,6% en el 4T de 2019 al 90,8% del PIB.
Entre los Estados miembros, los mayores niveles de endeudamiento público en el último trimestre de 2020 se registraron en Grecia (205,6%), Italia (155,8%), Portugal (133,6%) y España (120,0%). En contraste, Estonia (18,2%), Luxemburgo (24,9%) y Bulgaria (25,0%) presentaron ratios significativamente más reducidas.

En comparación con el 3T de 2020, la deuda pública se incrementó en 0,8 pp en la Eurozona y 1,0 pp en la UE, destacando las siguientes tendencias a nivel geográfico:
- 16 de los 27 países miembros de la UE aumentaron su endeudamiento respecto al trimestre anterior en un contexto de crecientes necesidades de financiación ante los fuertes estímulos fiscales y una contracción generalizada del PIB debido a la situación epidemiológica.
- Los repuntes más acusados se registraron en Hungría (6,5 pp), España (6,0 pp) y Grecia (5,8 pp). En la economía española, este incremento reflejó un aumento del volumen de deuda de un 2,9% frente al 3T, mientras que el PIB se mantuvo estable en términos trimestrales (0,0%).
- Las dos mayores economías europeas, Alemania y Francia, moderaron ligeramente su ratio de deuda pública (-0,2 pp y -0,1 pp, respectivamente). No obstante, en el caso de la economía francesa ésta superó en 18,2 pp el promedio de la Eurozona, mientras que en Alemania se situó en un 69,8% del PIB.
- Irlanda destacó con una reducción de su endeudamiento público de 2,8 pb apoyado en una disminución del volumen de su deuda de un 4% respecto al 3T, que compensó la significativa caída de su PIB de un 5,1% trimestral.

En este entorno, la evolución del endeudamiento público en el conjunto del año 2021 estará condicionada al proceso de vacunación, el control de la situación epidemiológica, la normalización de la actividad, el despliegue de los fondos europeos y el ritmo de recuperación económica. Todos ellos factores que determinarán la progresiva eliminación de los estímulos fiscales y la flexibilidad de las reglas fiscales de la UE. En este sentido, la suspensión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento podría prolongarse a 2022, sujeta a la evaluación de la CE a partir de sus previsiones de primavera que se publicarán el próximo mes de mayo.
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