Situación del endeudamiento público en España
La coyuntura global continúa marcada por la evolución de la pandemia y por el impacto en la actividad socioeconómica de las restricciones de movilidad adoptadas por los gobiernos para controlar su propagación. Tras las caídas históricas del PIB registradas en la primera mitad de 2020 ante el gran confinamiento de la población, el papel de la política fiscal ha sido clave para mitigar las consecuencias de la crisis sanitaria, con medidas dirigidas a reforzar los sistemas sanitarios, garantizar la liquidez de las empresas, preservar el empleo y apoyar a las familias.
La adopción de estímulos fiscales sin precedentes en las economías avanzadas ha contribuido significativamente a reducir la pérdida de renta disponible de los hogares, pero también ha provocado un fuerte repunte de la deuda de los Estados. En este entorno, la recuperación estará condicionada no sólo por la efectividad de las vacunas para controlar la crisis del covid-19 y por el grado de destrucción real de tejido empresarial y empleo, sino también por unos elevados niveles de endeudamiento tanto públicos como privados.
En 2020, se proyecta que la ratio de deuda pública de la Eurozona repunte por encima de un 98% de su PIB, según el BCE, +14 pp respecto a la de 2019. Un incremento explicado tanto por la contracción del PIB como por el aumento del gasto público y la significativa caída de la recaudación tributaria. Esta situación ha llevado a los gobiernos de la zona monetaria a emitir grandes volúmenes de deuda, estimándose un importe superior a 1,2 billones de € en el conjunto del año 2020.
En el caso de España, en noviembre el saldo de la deuda de las Administraciones Públicas (AAPP) según el Protocolo de Déficit Excesivo alcanzó 1,313 billones de €, su mayor cifra histórica, incrementándose un 10,5% respecto a sus niveles del mismo periodo de 2019 (+124.606 millones de €). Así, desde la disrupción de la pandemia el pasado mes de marzo, la deuda total de las AAPP aumentó un 9,2%.

Por subsectores, el mayor crecimiento respecto a noviembre de 2019 se produjo en el saldo de deuda de las Administraciones de la Seguridad Social, con un fuerte repunte de un 55,1% interanual hasta 85.354 millones de €, registrando un nuevo máximo histórico. Una evolución que se explica principalmente por los préstamos concedidos por el Estado a la Tesorería General de la Seguridad Social para financiar su desequilibrio presupuestario y el pago de pensiones.
Por su parte, el endeudamiento del Estado ascendió a 1,167 billones de € (+11,1% interanual), representando un 89% del pasivo total de las AAPP, mientras que el de las CCAA experimentó un aumento más moderado hasta 304 millones de € (+2,3% interanual), alcanzando un 23,2% del saldo del conjunto de las Administraciones. En contraste, la deuda de las Corporaciones Locales (CCLL) se redujo un 7,8% respecto a noviembre de 2019 hasta 22,7 millones de €.

En términos de PIB, tras alcanzar la ratio de deuda del conjunto de las AAPP un 114,1% del PIB en el 3T de 2020, los organismos nacionales e internacionales proyectan que a cierre de 2020 se sitúe en torno a un 120% del PIB (vs. 95,5% en 2019), su mayor nivel desde comienzos del siglo XX.
Ante este fuerte incremento de las necesidades de financiación, en 2020 el Tesoro español emitió en torno a 110.000 millones de € de deuda, la segunda mayor cifra histórica de emisiones netas tras la de la crisis financiera de 2009. Todo ello en un contexto en el que los costes de financiación y, por tanto, la carga financiera del Estado, se redujeron significativamente, registrándose nuevos mínimos históricos.
En concreto, el coste medio de la deuda del Estado en circulación se situó en un 1,86%, frente a un 2,19% en 2019, y el de las nuevas emisiones descendió hasta un 0,18% (vs. 0,23% el año anterior), tras adjudicarse más de la mitad de la deuda emitida por el Tesoro a tipos negativos. Un hecho apoyado por las compras de activos del BCE, que hasta noviembre había adquirido en torno a 111.000 millones de € en deuda soberana española bajo sus programas PSPP y PEPP (Public Sector Purchase Programme y Pandemic Emergency Purchase Programme, respectivamente), una cantidad superior a la emisión neta total del Tesoro. A su vez, se estima que esta cuantía podría haber superado los 120.000 millones de € a finales de 2020, cifra ligeramente inferior a los fondos que recibirá España del fondo Next Generation EU durante los próximos años. Paralelamente, el total de deuda del Estado que posee el organismo monetario europeo ascendía en noviembre a 370.000 millones de €, equivalente a un 30% del PIB de 2019.
En 2021, en un escenario de recuperación económica apoyado, entre otros factores, por la incorporación de los fondos comunitarios y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno, el Tesoro ha anunciado un programa de financiación neta prevista de 100.000 millones de €. En concreto, ha rebajado las estimaciones de necesidades de financiación totales incluidas en los Presupuestos Generales del Estado en aproximadamente 10.000 millones de € ante las mejores perspectivas de recaudación en el segundo semestre de este año, condicionadas a que se cumpla el escenario macroeconómico presentado por el Gobierno.

El significativo incremento de la deuda de las Administraciones Públicas, unido al crecimiento de la deuda privada, sitúa el volumen total de endeudamiento de la economía española por encima de los 3 billones de € en 2020. Según las Cuentas Financieras de la Economía Española publicadas por el Banco de España, en el 3T la deuda consolidada de las empresas y los hogares alcanzó 1,643 billones de €, equivalente a un 143,2% del PIB, incrementándose en 21.000 millones de € y 11,9 puntos respecto al 3T de 2019.
Evolución del mercado bursátil de la región Asia-Pacífico
El Banco Mundial, en su último escenario macroeconómico, estima una recuperación del PIB global de un 4,0% anual en 2021, apoyada principalmente en la rápida reactivación de los países de Asia Oriental y Pacífico (+7,4% anual). Esta evolución esperada estará liderada por China (+7,9% anual), tras configurarse como la única entre las principales economías que no sufrió una contracción de su producción el año pasado.
En este contexto, las bolsas de la región Asia-Pacífico registraron una evolución positiva en 2020, con algunas excepciones, recuperando la mayor parte de ellas sus niveles previos al inicio de la pandemia.
En concreto, en el conjunto del año 2020 únicamente mostraron pérdidas los índices de Australia (-12,5%), lastrado por la apreciación de su divisa (+9,6% frente al $ estadounidense), Indonesia (-5,1%) y Hong Kong (-3,4%). En contraste, el Kospi de Corea del Sur acumuló la mayor ganancia (+30,8%), en un escenario de positivo control de la crisis sanitaria a nivel nacional. Paralelamente, el MSCI de Asia-Pacífico se revalorizó un 16,8%, avance ligeramente superior al registrado por los índices de Japón (+16,0%), India (+15,8%) y China (+13,9%).
Desde comienzos de 2021 los índices bursátiles de Asia-Pacífico han continuado con su tendencia alcista (MSCI Asia Pacífico: +5,7% YTD, year-to-date), a excepción del Bursa 30 de Malasia (-1,6% YTD). Así, destaca la revalorización del HSI hongkonés, acumulando hasta el 19 de enero una subida de un 8,9%, seguido del Kospi de Corea del Sur (+7,6% YTD) tras su significativa revalorización del año pasado, reflejando su mayor resiliencia ante el impacto de la pandemia. Al mismo tiempo, los índices bursátiles de China, India y Japón registran avances más moderados en un rango de un 2% a un 5% YTD, inferiores a las ganancias del MSCI Asia-Pacífico.

La positiva evolución de las bolsas de Asia-Pacífico se sustenta no sólo en las mejores perspectivas económicas de la región, sino también en la distribución sectorial de sus índices.
En concreto, en un año 2020 marcado por la aceleración de tendencias como la digitalización o la inteligencia artificial ante la crisis del covid-19, la elevada exposición del Kospi de Corea del Sur al sector tecnológico (36,1% de su capitalización total) explica, en parte, su fuerte revalorización. A este factor se une el reducido peso en la composición del índice de valores del sector de energía (1,9%) e inmobiliario (0,3%), que mostraron un peor comportamiento en el conjunto del año pasado a nivel global.
Adicionalmente, en los mercados de renta variable de la región destaca el elevado protagonismo del sector financiero, siendo el sector con mayor ponderación en 5 de los 8 principales índices. En este sentido, el mayor peso se concentra en economías emergentes como Indonesia (36,6%), India (31,5%) y Malasia (28,0%), mientras que se reduce a un 7,1% en Corea del Sur y a un 9,4% en Japón.
Por otro lado, a excepción del Bursa 30 de Malasia (+15,1%), ningún otro índice de la región muestra un peso superior el 15% en el sector salud, frente a la mayor exposición del MSCI World (13,1%), en un contexto de menor desarrollo de esta rama de actividad respecto a otras zonas geográficas (especialmente EEUU y Europa).

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