En estos días del año tenemos el punto de mira puesto en las vacaciones, bien porque nos vamos en unos días o, todavía mejor, porque ya estamos disfrutando de ellas. Es el período de vacaciones más largo del año para la mayoría de los españoles, una pausa en el trabajo que dedicaremos al descanso, salir más, escaparnos unos días o a darnos algún caprichito, y claro, todo eso significa un mayor gasto.
Siguiendo los consejos del buen ahorrador, como los de Ahorrando que es gerundio, es muy posible que contemos con una cantidad ahorrada para estas fechas. Además, siempre tenemos a nuestra querida y a la vez temida tarjeta de crédito dispuesta a echarnos una mano.
Rompiendo el mito de que las tarjetas de crédito solo sirven para gastar más, ya vimos sus usos ahorrativos. Sin embargo, en vacaciones el uso más frecuente es pagar con su crédito, porque queremos aprovechar al máximo este tiempo de ocio. Y esto supone un coste que no siempre podemos asumir con los ahorros o la hucha para el verano.
Cuantificando el gasto extra en vacaciones
Es una realidad que somos más gastosos en estas fechas, así lo refleja la Encuesta Cetelem-Investmarket: un 25% gastaremos más de 2.500 euros en las vacaciones de verano y, de media, los españoles gastaremos 977 euros. Y no lo emplearemos todo en viajes, sino que los gastos más frecuentes en dicho estudio son, por este orden: comer en restaurantes, ir al cine, ir de compras y, en cuarto lugar, viajar por España.
Centrándonos en los viajes, recurrimos a los datos del estudio de tendencias de verano de Tripadvisor, donde se revela que el 15% de los españoles que viajan tienen un presupuesto de 1.001 a 1.500 euros, un 14% se sitúa entre 501 y 800 y un 13% gastará más de 3.000 euros.
Consejos para contener el gasto con tarjeta de crédito
Que las tarjetas están presentes en los viajes es un hecho. Según Mastercard, el 96% de los encuestados llevan las tarjetas a las vacaciones y un 37% las usa a diario. Por su parte, los datos de Visa indican que el 35% de los españoles que viajan al extranjero planean usar su tarjeta para la mayoría de los pagos.
En todo caso, no debemos olvidar que, tras el parón vacacional, pronto estaremos en septiembre y con él, el temido cargo de la tarjeta de crédito correspondiente al mes de agosto. Para evitar sustos en nuestras finanzas personales cuando llegue septiembre, nos pueden ser útiles los siguientes consejos:
Repasar nuestro estado financiero: presupuesto para las vacaciones sin crédito
Como si rompiésemos la hucha y contásemos las monedas, antes de empezar las vacaciones es clave mirar las cuentas bancarias, consultando el disponible y cuándo tendremos los próximos cargos y abonos. De esa forma, fácilmente podemos estimar nuestro presupuesto.
¿Presupuesto + crédito de las tarjetas?
Ese presupuesto sería más amplio si incluimos el crédito de las tarjetas en el presupuesto para las vacaciones. Pero no olvidemos que ese extra tendremos que pagarlo en la liquidación mensual siguiente, a primeros de septiembre. O en vez de pagarlo el día fijado por el banco, también podríamos aplazarlo, aunque tendríamos que asumir el correspondiente tipo de interés.
¿Modificamos el límite?
Es posible cambiar el límite de la tarjeta de crédito, solicitando a nuestra entidad que nos lo reduzca, para así ajustar mejor el gasto y no excedernos en el siguiente recibo. Otras veces puede interesar ampliarlo, como en el caso de que vayamos a alquilar un vehículo, si nos exigen una fianza superior al límite que tenemos concedido.
La mejor opción: controlar el gasto
Considerando que hayamos decidido recurrir al crédito de las tarjetas, es fundamental controlar cuánto vamos gastando durante las vacaciones.
Existen aplicaciones de control de gastos para el smartphone muy útiles. Entrando en la App Store o en Google Play encontramos muchas alternativas. Es tan simple como, una vez instalada la que más nos guste, empezar a crear categorías y a registrar los gastos.
Lo más útil y cómodo: consultar extracto de las tarjetas
Aunque la opción anterior es la que mejor nos permite ajustarnos a nuestro presupuesto, es tedioso estar anotando cada gasto y puede que terminemos abandonando al poco tiempo.
Además, es habitual disponer de más de una tarjeta de crédito, con diferentes límites. Unas veces sacamos efectivo y vamos pagando con eso, otras usamos las tarjetas de débito, otras las de crédito; unos pagos los aplazamos, otros no… parece que vamos sin remedio al descontrol de gastos. ¿Cómo saber en todo momento cuánto hemos gastado y cuánto nos queda para disfrutar del resto de vacaciones?
La tecnología vuelve a echarnos una mano: las entidades bancarias cuentan con aplicaciones para iOS y Android donde consultar al instante el disponible de nuestras cuentas y el extracto de operaciones con las tarjetas.
Viajar con tarjeta y conocer las comisiones
No seamos drásticos y nos planteemos dejar la tarjeta de crédito en un cajón para frenar nuestro gasto, pues resulta muy útil para viajar: nos la pedirán para reservar habitaciones de hotel o un vehículo de alquiler, podremos contar con los seguros incluidos, de viaje, de accidentes, de vida, etc. Y lo más básico: la seguridad que supone no llevar encima todo el efectivo que necesitamos durante el viaje.
Si somos del 96% de los españoles que se llevan la tarjeta de vacaciones, para no entrar en gastos innecesarios conviene conocer las comisiones por disponer de efectivo en una red de cajeros diferente. En caso de que salgamos de España, cuánto nos cuesta sacar en cajeros de la zona euro o fuera de ella y cuánto nos cobran por pagar con la tarjeta en establecimientos. Una llamada a nuestro banco y tendremos claro todo lo anterior.
Temido septiembre, o no tanto
Septiembre significa el final de las vacaciones, volver a la rutina, al ritmo intenso de trabajo y al temido momento de pagar el recibo de la tarjeta. Y hay que ser conscientes de que también hay mucho por hacer (y gastar) en septiembre. Sin ir más lejos, muchas familias, además tienen que enfrentarse al coste de la vuelta al cole.
Como conclusión, cabe señalar que conocer en cada momento cuánto hemos gastado es fundamental para no excedernos en nuestro presupuesto. Controlar el gasto es la mejor forma para disfrutar de las vacaciones, sin escatimar en ocio pero siendo coherentes con nuestras finanzas personales.