Aprovechando la celebración del Día del padre os vamos a hablar de Hacienda y del programa PADRE, ¡que no, es broma! Nunca seríamos tan crueles como para aburriros con impuestos en una fecha tan familiar. Sin embargo sí lo haremos a medida que se acerque el inicio de la campaña de la Renta 2016, que comienza el día 6 de abril.
En vez de eso vamos a comentar un libro que quizá ya conozcas: Padre Rico, Padre Pobre (de Robert Kiyosaki)
Dos padres, dos diferentes filosofías…y dos maneras de interpretar el mundo de las finanzas:
- Uno de los padres a los que hace referencia en el libro es su propio padre, que fue un hombre con buena formación y muy trabajador, con un sueldo aceptable pero que nunca llegó a prosperar financieramente hablando. Tenía una visión tradicional del dinero y carecía de la habilidad para invertir correctamente sus ahorros.
- El otro padre, al que denomina “Padre rico” es el papá de un amigo suyo y el que le enseñó las claves para lograr la libertad financiera. También fue un hombre trabajador en sus inicios aunque en este caso no tenía demasiados estudios, pero sí una manera de interpretar las finanzas que le llevó a ser una persona muy adinerada.
El libro explica de una manera muy didáctica cómo una persona puede llegar a vivir de las rentas y permitirse el lujo de no tener que trabajar para poder vivir. A su modo de ver, el ahorro y la capacidad de invertir en activos que proporcionen unas rentas periódicas es la clave del éxito. Recalca en la idea de que cada euro gastado en un capricho es un euro que nos ha dejado de generar una rentabilidad, privándonos del efecto exponencial del interés compuesto.
A modo de reflexión, nos gustaría compartir con vosotros una anécdota que fue escuchada en la radio hace unas semanas y que sirve de ejemplo para lo que queremos contar. José Ramón de la Morena entrevistaba a Manuel Ruiz de Lopera, uno de los presidentes de equipos de fútbol más carismáticos de la década de los 90. En un momento de la entrevista, el que fuera dirigente del Betis habló del empeño que tenía en aquella época de advertir a sus jugadores de lo corta que era la carrera de un futbolista.
Les aconsejaba que tuvieran cabeza, que invirtiesen en pisos parte del dinero que ganaban (que era mucho) y que no se compraran coches deportivos. Veinte años después, Lopera comenta que ahora muchos de esos futbolistas que no le hicieron caso se encuentran en una situación precaria y le suplican que les consiga un trabajo en el club.
Este Porsche de 1992 era probablemente uno de los coches que se compraban estos jugadores. Para hacernos una idea de la diferencia entre consumo e inversión, pongamos un ejemplo:
Suponiendo que este deportivo les costara 15.000.000 de pesetas (90.000 euros) cabe decir que si en vez de utilizar ese dinero para darse un capricho lo hubieran invertido en el Ibex con dividendos, a día de hoy esa cantidad se habría multiplicado por más de 9 veces. Es decir, esos 90.000 euros se habrían convertido en 830.000 euros. (Fuente: Bloomberg; Datos entre 1992 y marzo de 2017)
Robert Kiyosaki, el autor del libro no sabrá ni qué es el Betis, pero este ejemplo es perfecto para demostrar cómo un buen sueldo no sirve de nada si no sabes invertirlo correctamente.
Así que si aún no has leído este libro, te animamos a que lo hagas. Si ya lo has hecho, te invitamos a que descubras la variedad de productos financieros como fondos de inversión, ETF o acciones que ofrece Self Bank y que te permitirán invertir a largo plazo para alcanzar la libertad financiera.