Los dividendos de acciones son un componente fundamental a la hora de obtener rendimiento de una inversión. La estrategia de inversión por dividendos es una de las más sencillas de entender: es una manera de recibir ingresos pasivos de manera periódica.
No obstante, hay que tener en cuenta que toda inversión supone un riesgo —por ello, se obtiene una rentabilidad—, por lo que además de buscar compañías con buenos fundamentales, sólidas y a un precio razonable, es aconsejable realizar una adecuada diversificación del riesgo; para lograrlo, dentro de la cartera de inversión pueden incluirse acciones de empresas extranjeras; y de hacerse así, existen algunas particularidades que conviene tener en cuenta.
¿Cómo se declaran los dividendos de acciones?
Comenzaremos recordando cómo tributan los dividendos. De forma general, lo hacen en la renta del ahorro, estando sujetos a una retención. Por tanto, el importe que se ingresa ya tiene una parte descontada, igual que ocurre, por ejemplo, con los intereses de una cuenta corriente o de un depósito.
Como norma general, la retención es del 19%; si se superan los 6.000 euros y hasta 50.000 se aplicaría el 21%; entre 50.000,01 y 200.000, el 23%; y por encima de 200.000, el 26%.
¿Qué es un dividendo en acciones?
En los últimos años también se ha convertido en habitual el dividendo en acciones (también llamado scrip dividend). Consiste en retribuir al accionista mediante la entrega de acciones nuevas en vez de hacerlo en efectivo.
Doble imposición por dividendos
En el caso de dividendos de empresas extranjeras, es importante considerar que podemos sufrir una doble imposición, es decir, que se nos cobren impuestos dos veces: una, en el país de origen, y otra, la retención que se practica en España.
Por ejemplo, si nos corresponde un dividendo de 100 por unas acciones que tenemos en Estados Unidos, es posible que nos apliquen un 15% en origen, con lo cual solo cobraríamos 85, a los cuales se les aplicaría en España el 19% (16,15). De esta manera, en nuestra cuenta sólo se ingresarían 68,85. Es decir, que de los 100 iniciales nos habrían retenido 31,15. Nota: para hacer más sencillo el ejemplo, hemos obviado el cambio de divisa.
En principio no se debería pagar dos veces por el mismo hecho imponible, y es por ello por lo que existen maneras de recuperar, al menos, parte de la factura impositiva.
¿Cómo evitar la doble imposición?
En principio, la doble imposición no se puede evitar; o dicho de otra manera, por defecto, se aplican las dos retenciones: en origen y en destino. Sin embargo, los convenios de doble imposición que tiene la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) con otras administraciones tributarias permiten recuperar parte de lo aplicado por el otro país.
¿Cómo se recupera la retención?
Para recuperar la retención, deberemos saber si el país en cuestión tiene un convenio de doble imposición con España; en la mayor parte de los casos es así, incluyendo países europeos, Estados Unidos, Canadá, Australia, Argentina, Brasil, China, Singapur o la Federación Rusa (se puede consultar el listado completo en la web de la AEAT).
Cómo recuperar la retención del extranjero en el IRPF
Si es así, se puede recuperar la retención realizada en el extranjero cubriendo el apartado correspondiente en la declaración de la renta: Deducciones por doble imposición internacional (en la renta de 2021, en la casilla 588).
Esto nos habilita para rescatar el importe de la retención hasta un 15%; si fuera superior, habría que reclamar la diferencia a la Hacienda del país correspondiente.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, si recuperamos ese 15%, deberemos pagar a la hacienda española el impuesto correspondiente sobre esa parte; es decir, siguiendo con ejemplo anterior, sólo nos habrían retenido 16,15 cuando nos tendrían que haber retenido 19 (el 19% de los 100), por lo cual tendríamos que pagar otros 2,85; de esta manera, el saldo recuperado finalmente sería de 12,15.
Retenciones en los principales países
La retención aplicada en los países de origen puede diferir mucho de la española. Además, también hay que tener en cuenta que, en muchos casos, la retención que se aplica puede ser diferente en función de si la persona reside allí o en el extranjero.
Estados Unidos
La retención tipo en Estados Unidos es del 30%, pero tramitando el formulario W-8BEN y declarándonos como no residentes, se nos aplicaría un 15% (que coincide con el importe recuperable por doble imposición a través del IRPF).
Alemania
En la primera economía europea, el tipo general que se aplica en las retenciones es el 26,375%, por lo que se podría recuperar el 15% mediante el IRPF; para el 11,375% restante, se podría solicitar la devolución a la agencia tributaria alemana, a través del DBA-Spanien/Kapitalerträge.
Reino Unido
En el Reino Unido, la retención a los dividendos es del 0%, tanto para residentes como para no residentes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se descuenta un 10% como crédito fiscal, que los residentes allí pueden recuperar, pero no así los no residentes, por lo que, en la práctica, se recibe un 90% del dividendo.
Singapur
En el caso de Singapur, por ejemplo, el tipo habitual es el 15%, pero para los no residentes es el 0%.
Países Bajos
El país europeo aplica un 15% de retención a los no residentes, que coincide con el porcentaje recuperable mediante el apartado de doble imposición en el IRPF.