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¿Cómo tenemos que plantearnos los gastos en seguros?

En primer lugar vamos a definir formalmente qué es un seguro: es un contrato de cobertura de riesgos, mediante el cual los transferimos parcial o totalmente a una aseguradora que se va a encargar de garantizar o indemnizar todo o parte del perjuicio producido por la aparición de determinados sucesos.

La pregunta inmediata es: ¿por qué la aseguradora acepta asumir nuestro riesgo? La respuesta se resume en un concepto: probabilidad.

Simplificando al máximo, todos los asegurados estamos pagando una aportación que servirá para cubrir los costes de aquellos de nosotros que necesiten hacer uso del servicio en un momento dado. Pero estadísticamente se estima qué probabilidad tiene el suceso, y en base a ello es lo que la aseguradora nos cobra por nuestro riesgo (más un margen, lógicamente). De hecho, el concepto de mutua es ese: mutualizar los riesgos y asumirlos entre todos.

Actualmente tenemos seguros de todo tipo: de hogar, de coche, de vida, de decesos, de viaje, de mascotas, etc.

El precio de la tranquilidad

Para los asegurados, lo que hacemos cuando contratamos un seguro es comprar tranquilidad y seguridad. Cada tipo de seguro tiene una prima diferente, y en muchos casos se obtiene de forma personalizada en base a nuestro perfil de riesgo.

¿Son gasto o inversión?

La diferencia entre gasto e inversión es que cuando invertimos en algo esperamos un beneficio o retorno futuro. En cambio, un gasto es una adquisición que se usa, pero de la que no se espera una rentabilidad. En el caso del seguro muchos pueden considerar que es un gasto, pues no esperan obtener un beneficio por ello.

Pero en el supuesto de asegurar nuestra vivienda, y que mañana por ejemplo se incendie, disponer o no de un seguro adecuado marcará la diferencia entre mantener intacto nuestro patrimonio o sufrir una pérdida importante.

Seguros obligatorios

Cuando hablamos de seguros obligatorios, rápidamente se nos viene a la cabeza el seguro del automóvil yo de la moto, pues son dos contratos que la ley nos obliga a adquirir. Otros son también obligatorios en base a otros contratos; el más habitual el seguro de vida, vinculado al préstamo hipotecario para que el banco mitigue el riesgo de impago en caso de defunción.

La importancia de asegurar correctamente

En nuestra mente, nuestra lógica nos dice que asegurar por más importe y más cobertura nos aporta un plus de tranquilidad en caso de que suceda algún imprevisto. Sin embargo, en los seguros es muy importante adecuar la cobertura a la realidad.

El motivo es que la aseguradora nos cubrirá en función del valor del bien asegurado, ni más ni menos.

Si aseguro por más valor ocurre lo que se conoce como sobreseguro. Un ejemplo rápido: supongamos que aseguro mi vivienda por 100.000€, pero sólo vale 50.000€. Por ello pago el doble de prima. Sin embargo, si se incendia, sólo recibiré indemnización por lo que realmente vale, los 50.000€, por tanto he estado pagando el doble de prima para nada.

Lo mismo sucede con el caso contrario, el infraseguro. Alguien podría pensar que si en el mismo caso anterior aseguro por 25.000€, cobraría indemnizaciones hasta ese importe. No es así. En el ejemplo anterior, si tengo una vivienda de 50.000€ y tengo unos daños de 25.000€, sólo cobraría el 50%, ya que en realidad, yo sólo había asegurado el 50% de los daños.

Por ello, es importante valorar correctamente nuestros riesgos, y para ello puede ser de gran ayuda un mediador que nos asesore.

Las Aseguradoras

El sector de los seguros actualmente tiene un gran volumen de contratación por internet, incluso con modelos de negocio low cost. Las ventajas son que se minimizan los costes y se gana en rapidez. Las desventajas son que se pierde el asesoramiento directo y se suelen ofrecer productos cerrados.

Es fácil que, cuando vemos las coberturas del seguro, nos encontremos con seguros de asistencia informática, seguros de mascotas, etc. Y es posible que yo no necesite ninguno de esos conceptos, pero la compañía no me permite modificar la base de su producto. Estamos pagando coberturas que no necesitamos.

Lo mismo sucede con otros tipos de seguro, como los seguros de salud. Por eso es importante revisar completamente todas las coberturas y los importes de las mismas y buscar aquel producto que más se ajuste a nuestras necesidades.

El precio

Una variable importante sin duda es el precio. Pero realmente lo que tendríamos que tener en cuenta es la variable calidad/precio. Un seguro es un producto del que realmente sólo valoraremos su calidad en caso de siniestro. Y si se produce ese hecho, podemos lamentar enormemente ahorrarnos un 10% en la prima. Por ello, es recomendable pedir presupuesto a varios mediadores diferentes, en primer lugar para que nos asesoren con diversas visiones y en segundo porque una misma compañía puede tener precios diferentes o productos diferentes en función del mediador.

Conclusión

Los seguros son una inversión en tranquilidad y en un momento dado, pueden ser un salvavidas imprescindible para resolver situaciones límite. Es importante contratar los seguros que se ajusten a nuestras necesidades y para ello, debemos revisar continuamente nuestros contratos e intentar reducir el precio en aquello que no necesitamos, pero siempre buscando aquel que tenga una mejor relación calidad/precio; el precio por si sólo nos dice poco en un contrato de seguros.

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