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¿Cómo será la educación de tus hijos o nietos?

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Educativo

El crecimiento del sector educativo invita a pensar en oportunidades de inversión. Sin embargo, para responder a la pregunta cómo será la educación de tus hijos o nietos tenemos que pensar en los avances de la digitalización. La educación del futuro pasará por la flexibilidad, la creatividad, la innovación, las habilidades interpersonales y la tecnología.

Por otro lado, puesto que la vida laboral se hace más larga y los conocimientos se quedan obsoletos antes, la universidad ya no es la parada final. De hecho, la necesidad de lograr nuevas habilidades se prolongará hasta la edad de jubilación.

Los expertos del banco suizo UBS consideran que el mercado educativo crecerá la próxima década, pero que la educación privada crecerá incluso más rápidamente, puesto que el sector público global carece de ese repunte en la demanda. El mercado de la tecnología para la educación parece el más beneficiado con tendencias claras en el e-learning, educación secundaria privada, idiomas y preparación de exámenes.

Para todos esos inversores interesados en este sector, UBS ve oportunidades en mercados públicos y privados a través de empresas que faciliten la educación, especialmente mediante tecnología, servicios auxiliares y empresas que tengan un histórico mejor que sus homólogas en el desarrollo y la formación de sus empleados.

En líneas generales, la formación va a cambiar qué aprendemos, cuándo aprendemos y cómo lo aprendemos. Lo repasamos.

¿Qué aprenderemos?

Digamos que la cuarta revolución industrial nos hará aprender cosas —áreas— que no pueden ser automatizadas con facilidad. Por lo tanto, aprenderemos más sobre flexibilidad, creatividad e innovación, así como en habilidades interpersonales. Los cambios en lo que aprenderemos impulsarán el atractivo de empresas en el sector EdTech o tecnologías para la educación o en servicios educativos.

El repunte de la economía de servicios precisa de inversiones significativas en capital humano y el aprendizaje especializado de los empleados. Hoy existe una brecha importante entre las habilidades que proporciona el sistema educativo y las demandas del mercado. Nos especializamos en algo muy concreto muy pronto en nuestras vidas y esperamos jubilarnos allí.

Pero la cuarta revolución industrial trae una mayor automatización y conectividad, por lo que el futuro de la educación pasa por centrarse en todas esas habilidades que no pueden ser automatizadas fácilmente. ¿Cuáles son esas habilidades?

¿Cuándo aprenderemos?

El aprendizaje cada vez estará más presente en nuestra vida, pues una esperanza de vida mayor prolongará la vida laboral, lo que hará imperativo un aprendizaje constante, pero también más personalizado, implicado y flexible.

Ya han pasado esos días en los que el aprendizaje era cosa de jóvenes. Las generaciones más maduras son perfectamente capaces de contribuir a la nueva economía con un aprendizaje constante, con su reeducación y la capacidad para trabajar más años. La edad cada vez será menos relevante a medida que las innovaciones en medicina nos hagan soñar con una vida más larga.

Por otro lado, con cerca de la mitad de la población en los países más desarrollados por encima de los 50 años, los sistemas de seguridad social no pueden justificar el fin de la vida laboral a los 65 años o antes.

Este cambio tecnológico implica que las habilidades de posgrado caducarán antes, lo que obligará a los trabajadores a lograr nuevas habilidades. Si un especialista necesita 10.000 horas para especializarse vía formación y práctica, una mayor esperanza de vida obligará a inversiones constantes para alimentar nuevos talentos. Puesto que crece la proporción de licenciados, una mayor longevidad laboral sugiere que crecerá la demanda de la educación de posgrado para las actualizaciones y las adaptaciones.

Aprender ya no será cosa de jóvenes sino de todos y la tecnología facilitará una educación menos intensiva en capital, pero más personalizada. Y todas estas tendencias le vendrán bien al sector educativo privado y a las plataformas de EdTech.

¿Cómo aprenderemos?

Es inviable pensar en que la educación se reduzca a la presencialidad, pues la tecnología hace posibles muchos otros canales, lo que ampliará el alcance de la educación y mejorará su calidad. Hasta ahora, el principal obstáculo para la educación era la necesidad de reunir a los estudiantes en un lugar, la universidad. Y eso tenía un precio.

Hoy, la tecnología permite una economía de escala en la educación y un coste inferior por alumno. De momento, el gran cambio es la llegada de la tecnología a la clase, lo que permitirá el inicio de  esos cambios. Y a medida que esas tecnologías para la educación se hagan globales, el aprendizaje ofrecerá más personalización, implicación y flexibilidad.

Por ejemplo, la Inteligencia Artificial (IA) puede hacer que la educación sea disponible a un coste relativamente bajo a través de procesos de grandes datos, análisis de los comportamientos de los usuarios o reconocimiento de voz, por poner algunos ejemplos.

Una mayor penetración de internet ampliará el acceso a la EdTech y permitirá a los estudiantes aprender dónde y cuándo quieran. Además, la EdTech también permite el aprendizaje durante toda una vida al acercar la educación a las necesidades de las empresas y de sus empleados.

Como resumen, UBS sugiere que se busquen oportunidades en mercados públicos y privados en empresas que proporcionen educación, especialmente tecnologías para la educación y servicios auxiliares, así como empresas que ofrezcan un registro histórico mejor que sus homólogas en el desarrollo y la formación de sus empleados.

A nivel global, las oportunidades en el sector incluyen empresas de contenidos educativos y de servicios tecnológicos, así como empresas que posean, desarrollen y gestionen infraestructuras para la educación, como las residencias para estudiantes.

La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.

Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión. 

Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad. 

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