En los últimos quince años han cambiado muchas cosas. El nuevo siglo ha traído grandes progresos en el ámbito tecnológico, con el desarrollo de Internet y las redes sociales, la mejora en la potencia y la usabilidad de los dispositivos (smartphones, tabletas…), y un largo etcétera.
Todos estos avances han propiciado a su vez la difusión del conocimiento y la evolución de muchos sectores de la economía y, sin duda, la inversión es uno de los que claramente más se ha beneficiado.
Cómo invertíamos hace 15 años
Hace década y media, los españoles no contábamos con una cultura de inversión muy arraigada. A la hora de invertir, lo habitual era dirigirse a la oficina de la entidad bancaria con la que trabajábamos y hablar con un gestor, el cual nos ofrecía algunos productos de ahorro o la posibilidad de comprar algún fondo de inversión gestionado por ellos.
Si nos decidíamos por la adquisición de acciones nos lo gestionaban, preferentemente en el mercado español. Si un cliente pretendía invertir, por ejemplo, en alguna acción estadounidense, el proceso se complicaba: podían pasar varios días para confirmar una operación, además de las elevadas comisiones que se originaban. Y adquirir acciones de mercados más exóticos, podía ser literalmente imposible.
Otra diferencia es que, hace años, muchas veces las inversiones se planteaban a largo plazo. Seguro que conocemos más de un caso de acciones que han pasado de abuelos a padres, acciones que se compraron hacía muchos años como una manera más para ahorrar Periódicamente (habitualmente cada trimestre, o cada año) recibíamos alguna información acerca de cómo evolucionaba nuestra inversión, y ése era el único seguimiento que hacía la mayoría de la gente al no disponer de otras herramientas. También resultaba complicado el seguimiento de otros indicadores de la economía y de la Bolsa, que nos podrían haber servido para evaluar si debíamos invertir o desinvertir.
Qué ha cambiado en este tiempo
Hoy en día, contamos con más conocimientos financieros. La difusión de Internet y el surgimiento de multitud de herramientas para controlar las finanzas hacen posible que muchas personas puedan gestionar personalmente sus inversiones de un modo sencillo.
A la hora de controlar la inversión, tenemos multitud de posibilidades. ¿O acaso era posible hace unos años contar con sistemas para dar órdenes que nos permitieran dar una orden de compra a un precio y a la vez establecer dos niveles de venta, uno con beneficios y otro para protegernos de pérdidas imprevistas? Hoy no solo es posible, sino que muchas entidades ofrecen órdenes condicionadas, stop loss….además de otras herramientas de gran utilidad, como alertas, para tener vigilada nuestra inversión sin que ello supongo estar todo el día pegados a la pantalla del móvil o del ordenador. También podemos disponer de la información en tiempo real y realizar operaciones de manera inmediata en multitud de mercados, conociendo de antemano las comisiones que nos van a cobrar. Sin olvidar que los costes se ha reducido mucho, gracias al aumento de la competencia, el abaratamiento de los sistemas…. ¿Y los productos? Ahora podemos acceder a productos que antes estaban reservados únicamente a los profesionales de la Bolsa, como los CFDs, las divisas, los mercados de materias primas y los Futuros (no obstante, conviene reseñar que esta operativa está dirigida a inversores con experiencia y conocimientos suficientes para invertir en este tipo de productos, y que conllevan un riesgo elevado que nos puede llevar a perder parte o toda nuestra inversión).
Por otra parte, contamos con una mayor seguridad a la hora de invertir. La CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) supervisa e inspecciona los mercados de valores en España, y en su web podemos consultar el registro de sociedades autorizadas. Además, desde 2007 está en vigor en nuestro país la normativa MiFID, que obliga a las empresas financieras a ofrecer los productos en función de las características, conocimientos y perfil de riesgo de los clientes.
¿Cómo se distribuye la propiedad de las acciones que cotizan en la Bolsa española? La internacionalización de nuestra economía también ha traído cambios en este siglo, ya que se ha incrementado en cinco puntos el peso de los inversores extranjeros, hasta un 40% del total. En cuanto a la participación de las familias españolas, tras unos años en que a consecuencia de la crisis, vuelve a aumentar hasta el 26%, mientras que las empresas no financieras continúan rozando el 20%.