Dice el refrán que no hay nada más peligroso que una persona aburrida, y tiene mucho de verdad. Al menos, en el caso de las finanzas personales. Hoy en día, cuando estamos aburridos o sin nada que hacer, cogemos inmediatamente el teléfono móvil y entramos, casi sin excepción, en nuestras redes sociales.
¿Y qué nos encontramos ahí? Pues, además de las publicaciones de nuestros amigos y contactos, mucha publicidad. Con ella irremediablemente, aparecen nuevas necesidades que realmente no son tal. Y puede que esos momentos de atonía nos lleven descontroladamente a realizar compras indeseadas.
Admitámoslo, el smartphone nos ha hecho la vida más fácil, pero también nos lo pone todo demasiado fácil para gastar dinero. A golpe de click hoy se consigue cualquier cosa, incluso hacer la compra en el super, reservar vuelos, restaurantes o las vacaciones. Pero cuidado, porque la mayoría o muchas de esas compras son por impulso, que implica gastar de más sin necesidad alguna.
No hay duda, el aburrimiento hoy en día, de la mano de la tecnología, amenaza a nuestras finanzas personales. No es difícil tirar por la borda en tan solo media hora de inactividad el objetivo de ahorro que nos ha costado meses lograr. Toma buena nota de estos tips para que, en caso de aburrimiento, no caigas en la tentación.
Aburrirte o ahorrar, dos alternativas en tu mano
Aburrirse es algo evitable. Hay ratos en los que uno ni sabe qué hacer ni tiene nada con qué entretenerse. Pero entonces no todo pasa por coger el móvil, la tablet o el portátil.
Sin el teléfono en la mano en momentos de aburrimiento, alejamos la tentación de comprar por comprar, y gastar por gastar. Esos gastos innecesarios acumulados a lo largo de las semanas arruinan toda posibilidad de ahorrar y tener ordenadas las finanzas personales. Por lo tanto, vamos a ver qué podemos hacer para que, cuando el tedio llegue, que llegará, no se traduzca en un agujero en nuestras cuentas.
Viajes en transporte público
Uno de esos momentos en los que el aburrimiento nos conduce irremediablemente al móvil es al viajar en transporte público. Si nos fijamos, la mayoría de pasajeros va atento a su smartphone o tablet, y las redes sociales son el principal objeto de esas miradas. Para evitar caer en esta costumbre, acostumbrémonos a pasar el trayecto leyendo algún libro -algo que antes era lo habitual-, el periódico, o hablando por teléfono con nuestros familiares o amigos. Aunque lo mejor es tener el aparato bien guardado en el bolso para que no tengamos que mirarlo más allá de lo necesario.
En casa
En casa, aprovechamos el rato de sofá para estar con los dispositivos encima, sobre todo por la tarde- noche, cuando regresamos a casa. Y es precisamente cuando más compramos los españoles por internet. Así lo revela la consultora Nielsen: la mitad de los consumidores se va de ‘shopping online’ entre las 18.00 horas y las 22.00. Coincide con el momento del día en que estamos más cansados y menos resistencia ponemos a los estímulos publicitarios.
No te aburras, tu capacidad de ahorrar está en juego
Por ello, dedica estos ratos para hacer otro tipo de actividades en casa. No se trata de ponerse a ordenar y limpiar a diario, también puedes aprovechar para ver una película, una serie, leer, cocinar o simplemente estar con tu familia charlando. Ya pasas demasiado tiempo en el trabajo conectado, no es necesario que prosigas al llegar a casa, que es precisamente cuando puedes desconectar.
Pero si eres incapaz de dejar el smartphone en cualquier tesitura, lo mejor que puedes hacer para salvaguardar tus ahorros es poner límite a tu tarjeta de crédito, o mejor aún, no recurrir nunca a un crédito. De este modo, tengas el móvil en la mano o no, no podrás gastar más de lo establecido. Aunque esta medida, fuera del aburrimiento, deberíamos tomarla todos, porque estamos tan habituados a pagar casi todo con tarjeta, que tirar de ella más de lo recomendable es demasiado sencillo.
Otro punto a tener en cuenta en estos momentos de aburrimiento puede ser tener una lista de tareas hecha que podamos seguir cuando nos sintamos así. Si lo pensamos, siempre tenemos algo que hacer, pero lo vamos posponiendo. Sé eficiente y dedica los momentos de asueto a esas cosas que no son tan divertidas, pero sí necesarias. Ordenar tu armario, limpiar a fondo alguna estancia de la casa, cocinar…
Igualmente, hay otra serie de actividades más lúdicas de esas que nunca “encuentras tiempo”, aunque realmente sí lo puedes sacar. Por ejemplo, si te gusta escribir, es el momento, o de hacer alguna manualidad, incluso un puzzle. O, por ejemplo, aprender algo nuevo. ¿Por qué no dedicas ese dinero que malgastas en paliar tu aburrimiento a clases de idiomas, música, teatro, fotografía…? O hacer deporte, con salir a caminar basta para mantenerte en forma.
Hay muchas maneras de convertir el aburrimiento en algo productivo y que no suponga un gasto extra. Debemos ser conscientes de que no podemos gastar sin parar. Hay que establecer un orden de prioridades. En un momento en el que el consumo está cambiando completamente, debemos actuar en consecuencia y dejar de acumular cosas sin sentido en lugar, de acumular ahorros.
En España solo ahorramos menos del 5% de nuestra renta disponible, según las cifras del Banco de España, mientras que la media de la Eurozona es de más de 12%. Unos datos que deberían concienciarnos de que no vamos por buen camino, sobre todo cuando hace muy poco la crisis nos dejó claro que no éramos suficientemente precavidos con nuestras finanzas. Ya sabes, cuando te aburras, recuerda ese dato, y olvídate de compras.