Hace algunos años, los ahorradores disponían de diversas posibilidades al acudir a una entidad bancaria. Los depósitos eran el producto estrella, al estar garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos y ofrecer rentabilidades que rondaban el 3-4%.
Sin embargo, la llegada de la crisis provocó la caída del Euríbor, y esto no sólo benefició a los poseedores de un préstamo a tipo variable (mayoritariamente, de hipotecas por la compra de viviendas), sino que también conllevó la disminución de la rentabilidad que obtienen los ahorradores.
De esta manera, la cantidad de dinero en depósitos bancarios de los hogares españoles se ha estancado desde hace seis años en poco más de 700.000 millones de euros, por su (casi) nula rentabilidad —con honrosas excepciones— y la atención ha pasado a centrarse en un elemento fundamental en la relación entre los bancos y sus clientes: la cuenta nómina.
Qué es una cuenta nómina
Cuando comenzamos a trabajar, la empresa nos pregunta en qué cuenta va a ingresar la nómina. De esta manera, esa cuenta pasa a ser nuestra primera cuenta nómina. Habitualmente, las cuentas nómina ofrecen determinadas ventajas a sus poseedores, por lo cual es importante indicarle a nuestra entidad esta circunstancia, para que las aplique.
A continuación te explicamos algunos aspectos a tener en cuenta (¡nunca mejor dicho!).
Cuestiones previas a tener en cuenta
La primera cuestión que debemos tener presente es la de los ingresos mínimos que requiere la entidad. Aunque no suelen ser cifras muy elevadas, es importante que lo tengamos claro, ya que si no lo cumplimos, no tendríamos las ventajas asociadas a la cuenta.
Relacionado en cierta manera con el anterior, está el requisito de un volumen mínimo de compras para tener la/s tarjeta/s gratuita/s: si nuestros ingresos no son muy elevados, es posible que el volumen mínimo exigido sea difícil de alcanzar.
Compromiso de permanencia: suele estar asociado a algún regalo o incentivo que se ofrece por la apertura de la cuenta. Si es así, conviene analizar hasta qué punto queremos estar atados a esa cuenta, o si las ventajas que ofrece son suficientes para querer estar con ella, al menos, durante ese tiempo (evidentemente, si las condiciones son buenas, esto no tiene por qué importarnos).
Qué ventajas suele tener una cuenta nómina
Dependiendo de la entidad, la cuenta nómina puede tener diferentes características:
- En algunos casos, se nos ofrece algún regalo o incentivo por abrir la cuenta nómina. En estos casos, es importante —como siempre recomendamos— leer la letra pequeña, para ver si cumplimos los requisitos y qué se nos pide a cambio, en forma de permanencia o de contratación de otros productos.
- Rentabilidad: aunque hoy en día, como indicábamos al principio, ésta se ha reducido prácticamente a cero, posiblemente en el futuro, cuando suba el Euríbor, el tipo de interés de la cuenta vuelva a ser una cuestión a tener en cuenta.
- Domiciliación de recibos: las cuentas nómina suelen ser utilizadas para la domiciliación de recibos (hay otras cuentas que no admiten esta domiciliación), con lo cual resultan muy cómodas en este aspecto.
- Comisiones: una de las quejas de muchos usuarios de banca es las comisiones que les cobran. Si este es tu caso, te recomendamos que mires en más entidades (y aproveches las ventajas de la diversificación), y busques una cuenta nómina sin comisiones; evita los gastos de apertura, mantenimiento, cancelación o por transferencias, y ahorrarás un montón de euros cada año, además de evitar enfados innecesarios (más del 15% de las reclamaciones al Banco de España están relacionadas con las comisiones).
- Tarjetas: disponer de una tarjeta de crédito o de débito resulta muy útil hoy en día. En algunos países del norte de Europa, como Suecia y Dinamarca, el dinero en efectivo ya está desapareciendo, y en España, el uso del pago electrónico también está en claro aumento, hasta el punto de que el volumen de dinero físico ha caído un 30% en los últimos ocho años.
Las cuentas nómina suelen tener aparejada, al menos, una tarjeta de crédito y/o una de débito. En algunos casos, estas no incluyen comisiones, con lo cual nos podemos ahorrar también un buen “pico”. Hay que fijarse si la gratuidad de las tarjetas lleva asociada alguna condición que haya que cumplir (por ejemplo, un volumen mínimo de compras, o la contratación de algún otro producto).
- Cajeros: en cualquier caso, si prefieres sacar dinero en efectivo, es importante que dispongas de cajeros para ello, y que no te cobren comisiones por disponer de tu dinero. En algunos casos, esto depende del importe que se saque (es decir, que hay un mínimo por debajo del cual se cobra una comisión).
- Transferencias: para los que prefieren la comodidad de hacerlas desde su ordenador, hay varias entidades que ofrecen las transferencias gratuitas. Además, en algunas de estas, incluso se hacen en el mismo día si se hace antes de la una de la tarde.
- Avisos por descubierto: las comisiones por descubierto suelen ser muy cuantiosas. Si alguien tiene algún despiste o se le retrasa algún ingreso y se queda con la cuenta en números rojos, la comisión puede ser considerable (se calcula una media de 50 euros, de los cuales, 30-35 euros son fijos, independientemente del importe adeudado). Por ello, algunas cuentas nómina ofrecen un servicio de aviso de descubiertos, que le da al usuario la posibilidad de subsanarlo en los días siguientes, sin coste para él.
Si ya tienes una cuenta nómina, revisa todas estas características y compáralas con otras, es posible obtener todas las ventajas que hemos citado con la cuenta nómina de Self Bank. Aunque tu banco actual te ofrezca algunas, mira, compara e intenta mejorar, vale la pena.