Hay negocios que oscilan fuertemente con el contexto económico, y negocios más resilientes a cualquier tipo de tormenta económica. Comprender bien las características de los negocios en los que invertimos nos ayudará a formar las expectativas adecuadas y a escoger la estrategia más apropiada para nuestra cartera.
No hay que olvidar que cuando compramos una acción estamos comprando parte de una empresa. Por tanto, a largo plazo la rentabilidad de nuestra inversión irá muy probablemente en concordancia con la evolución de la empresa y su negocio. Pero no todos los negocios son iguales.
¿Qué es una empresa cíclica?
En nomenclatura financiera denominamos empresas cíclicas a aquellas que están expuestas a las fluctuaciones del ciclo macroeconómico: la economía a gran escala atraviesa períodos de expansión, recesión y recuperación. Estos ciclos económicos se han observado a lo largo de toda la historia y hay multitud de explicaciones teóricas e hipótesis de por qué se producen. En cualquier caso, la realidad es que los ciclos económicos existen, y hay empresas que se ven más afectadas por ellos que otras.
Cuando la economía va bien, hay empleo, y los consumidores tienen recursos disponibles, las ventas de estas empresas crecen y ganan mucho dinero. Cuando viene una recesión y los consumidores deciden gastar menos, las ventas de las empresas cíclicas caen y sus resultados se resienten. Muchas de las empresas cíclicas operan en sectores que se consideran no imprescindibles para el consumidor.
Ejemplos de empresas cíclicas
Los ejemplos de libro de texto de empresas cíclicas son: fabricantes de coches, aerolíneas, fabricantes de muebles, textil, hoteles y restaurantes. Cuando la economía va bien la gente compra coches, redecora sus casas, se sale de compras y se viaja más. Pero cuando la economía se resiente, estos gastos discrecionales son algunos de los primeros en los que los consumidores recortan. En situaciones extremas las empresas cíclicas pueden llegar a quebrar si sus ventas caen excesivamente y no tienen una estructura de capital lo suficientemente robusta.
Estrategias de inversión en empresas cíclicas frente a empresas no cíclicas
Las empresas cíclicas evolucionan a la par de la economía. Algunos inversores intentan predecir el ciclo económico para invertir en estas empresas cuando están baratas (en tiempos de crisis económica) y venderlas en momentos de burbuja económica, cuando su precio es más elevado. El problema es que, aunque sabemos que la economía produce ciclos, estos son muy difíciles de prever exactamente en el tiempo.
Lo opuesto a empresas cíclicas son empresas no cíclicas. Estas son empresas que venden productos necesarios para sus clientes. En términos económicos se dice que tienen una demanda no elástica. Cuando una empresa tiene ventas aseguradas porque sus clientes no pueden vivir sin consumir sus productos, decimos que la empresa tiene un negocio no cíclico. Los negocios de estas empresas también son llamados defensivos, ya que en periodo de crisis los resultados de las empresas tienden a ser muy estables.
¿Si existen empresas que son más estables, por qué no invertir siempre en estas? Porque la realidad es que los negocios cíclicos pueden ser tremendamente rentables en momentos de expansión económica, y durante los periodos de bonanza económica las empresas cíclicas superan ampliamente las rentabilidades de las empresas más defensivas. De modo que aquellos inversores que quieran conseguir un crecimiento robusto de su cartera a largo plazo, evitando una volatilidad excesiva, tendrán que equilibrar su cartera con una mezcla de tanto empresas cíclicas como no cíclicas.
La importancia de la directiva de una empresa cíclica y sus márgenes operativos
Las empresas que tienen negocios cíclicos tienen que ser muy conscientes de ello y actuar y estructurarse de forma prudente para poder afrontar los periodos complicados. Un exceso de endeudamiento en el balance de este tipo de empresas puede ser tremendamente peligroso, ya que si las ventas e ingresos caen mucho pueden verse incapaces de pagar los intereses sobre su deuda y quebrar. La realidad económica siempre termina imponiéndose, y sólo aquellas empresas que saben comprender bien los posibles escenarios y situarse adecuadamente son capaces de perdurar en el tiempo.
El apalancamiento operativo también es un factor importante a tener en cuenta. Cuanto más flexibles sean los gastos operativos de la empresa, más fácil le resultará a la empresa ajustarse a las fluctuaciones de las ventas. Esto quiere decir que aquellas empresas que tengan una serie de gastos fijos fuertes, tenderán a comportarse de forma más cíclica. De nuevo, es la directiva de una empresa la encargada de comprender bien la evolución de su negocio y estructurar las operaciones de una empresa de forma adecuada al momento del ciclo económico. Una buena gestión y estrategia del grupo directivo de una empresa es fundamental para la supervivencia y la rentabilidad de cualquier negocio.
La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
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