Los productos financieros de renta fija son demandados por gran cantidad de inversores con diferentes objetivos financieros. Pueden ser utilizados tanto para aplicar estrategias de carácter conservador como para reducir la volatilidad en una cartera de inversión con mayor peso de la renta variable. De entre los diferentes productos financieros de renta fija que existen, uno de los más conocidos es el bono.
Un bono es un producto financiero a través del cual el inversor obtiene una rentabilidad que conoce de antemano (antes de comprarlo ya sabe cuánto dinero va a obtener por su inversión) durante un periodo de tiempo determinado.
Dicho de una manera sencilla, un bono es un dinero que le prestamos a una empresa o a un organismo público, durante un plazo determinado, y por el cual cobramos un tipo de interés.
Lo que determina la ganancia que obtendrá el inversor de renta fija es el cupón, que no es más que la rentabilidad que ofrece el emisor por la compra de bonos a un determinado plazo de inversión.
Así, si un bono del Estado con vencimiento a 5 años nos ofrece un cupón del 4%, nos estará diciendo que por cada bono que compremos obtendremos el 4% del capital invertido cada año durante los 5 años de vida del bono, recibiendo en el último año la devolución del capital invertido.
Una de las características fundamentales de los bonos es la relación inversa que existe entre precio y rentabilidad. En un contexto de subidas de tipos de interés, el precio de los bonos subirá, mientras que en un contexto de bajada de tipos de interés el precio de los bonos caerá.
Una confusión habitual al hablar del mercado de renta fija es la de asumir que en este mercado los inversores no pueden tener pérdidas. Nada más lejos de la realidad.
La renta fija no es fija y podemos perder dinero si nos deshacemos de los bonos que compramos antes de su vencimiento. Si, por ejemplo, decidimos vender nuestro bono a 5 años a los 3 años de comprarlo habiendo subido los tipos de interés, el precio al que lo venderemos será menor y perderemos dinero (aunque si al venderlo los tipos de interés han bajado, ganaremos dinero).
Por último, es necesario tener en cuenta que existirá un mayor riesgo en aquellos bonos con un mayor plazo de vencimiento (existe más riesgo de impago a 10 años que a 5 años), algo que debemos tener en cuenta a la hora de diseñar nuestra estrategia de inversión en renta fija.