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Analizando los ETF apalancados e inversos

En la actualidad disponemos de multitud de activos financieros para poder desarrollar una estrategia inversora apropiada a nuestras necesidades en cada momento. Desde hace unos años los ETF no han dejado de aumentar en popularidad y el volumen negociado de estos activos no deja de crecer.

Un ETF es un fondo cotizado, de manera que combina las ventajas de poder invertir en una cesta de activos, obteniendo la diversificación de un fondo, con la comodidad de poder comprar y vender al instante en un mercado cotizado.

ETF apalancados

Un ETF apalancado es aquel que intenta replicar el rendimiento de un activo pero aumentando la rentabilidad por un factor. Los ETF de este estilo suelen ir referenciados a un índice, como pueda ser el S&P500. Se suele indicar el factor por el que se multiplica la rentabilidad. Por ejemplo, si el ETF multiplica el rendimiento del subyacente por 2 (se suele expresar: 2x). Con un ejemplo lo podemos entender más fácilmente:

Un ETF referenciado al S&P500 con apalancamiento 2x, quiere decir que cada vez que el S&P500 suba o baje, el ETF obtendrá esa rentabilidad multiplicada por dos. Por ejemplo, si el S&P500 sube un 10%, el ETF S&P500 2x subirá un 20%. De la misma manera, si el S&P500 baja un 5%, el ETF bajará un 10%.

La composición de los ETF es 100% sintética, lo que quiere decir que su estructura está formada por derivados y se pueden ver como una alternativa a las opciones o futuros. Al no ser réplica física y contener derivados en su estructura como hemos comentado, están expuestos al riesgo de contraparte entre otros pero a diferencia de los futuros, una inversión en ETF apalancados no puede perder más de la inversión inicial.

ETF inversos

También existen fondos cotizados (ETF) conocidos como inversos. Éstos obtienen la rentabilidad contraria del activo subyacente. Por ejemplo en un ETF referenciado al S&P500 inverso, cuando el S&P500 sube un 10%, el ETF pierde un 10% de su valor. Igualmente cuando el S&P500 baja un 20%, el ETF inverso gana un 20%.

Los ETSs inversos son rebalanceados diariamente, por lo que son más útiles si quieres obtener el rendimiento inverso en un día y pierden exactitud de réplica en periodos mas largos. Lo veremos mejor con un ejemplo:

Imaginemos que el índice comienza en 100. El día uno baja un 5%, por lo que estará en 95, el ETF inverso estará en 105 y el doble inverso en 110. Al día siguiente vuelve a 100, por lo que gana alrededor de un 5,3%. El ETF inverso no volverá al punto de partida, ya que si baja un 5,3% desde 105 quedará en los 99,5 puntos. Tampoco lo hará el ETF doble inverso, que perdería un 10,6% de 110, bajando hasta aproximadamente los 98,3 puntos.

Existen también ETF que combinan este comportamiento inverso con el apalancamiento que hemos visto antes.

Cómo funcionan

Los ETF apalancados e inversos suelen ser de estructura sintética. Esto quiere decir que no suelen ser propietarios de los activos subyacentes, sino que utilizan instrumentos derivados para obtener el rendimiento correspondiente.

En el ejemplo del S&P500 esto quiere decir que el ETF no compra ninguna acción de las empresas que conforman el S&P500, sino que compran derivados, normalmente futuros y opciones, para replicar la rentabilidad que buscan con el apalancamiento necesario. Esto les permite obtener la misma rentabilidad que el subyacente que está intentando replicar, pero con unos costes mucho menores.

Cómo se pueden aprovechar: oportunidades

Los ETF inversos y apalancados suelen ser utilizados por traders a corto plazo más que por inversores a largo plazo. Esto es debido a que estos activos han sido creados con el objetivo de replicar a los índices subyacentes de manera diaria. De hecho, la rentabilidad a largo plazo de estos instrumentos suele desviarse bastante de lo que podríamos pensar, precisamente por este hecho de que el cálculo se hace de forma diaria, y el efecto del interés compuesto que esto produce en una serie larga de tiempo.

Dicho lo cual, para un inversor avanzado los ETF apalancados e inversos pueden ofrecer muchos aspectos interesantes para combinar en una estrategia inversora elaborada.

No sólo se pueden utilizar para realizar una apuesta direccional de algún mercado, sino que se pueden combinar con otros activos para obtener un hedge, y conseguir que nuestra inversión sea parcialmente neutra al movimiento general del mercado. Por ejemplo, si pensamos que Telefónica va a presentar hoy buenos resultados, pero al mismo tiempo tememos que haya una bajada general en el mercado, podríamos simultáneamente comprar acciones de Telefónica a la vez que compramos un ETF inverso referenciado al IBEX35. Esta apuesta será buena siempre y cuando Telefónica suba más que el IBEX35. La inversión podría ganar dinero incluso si ambos bajan, siempre y cuando Telefónica baje menos que el IBEX35.

¿Cuál puede ser su rentabilidad?

Lo interesante de los ETF, tanto inversos como apalancados, es que nos permiten implementar estrategias de inversión elaboradas que tengan en cuenta nuestra opinión direccional del mercado a corto plazo. Con instrumentos derivados podemos obtener el mismo tipo de exposición en los mercados, pero la compra y venta de futuros y opciones no siempre está al alcance de todos los inversores. Los ETF cotizan como una acción normal y pueden ser incorporados a nuestra estrategia de inversión más fácilmente.

Los ETF apalancados pueden tener volatilidad muy alta, especialmente los que tienen un alto grado de apalancamiento. Esto significa igualmente que los beneficios o pérdidas pueden ser muy elevados.

¿Cuál es su riesgo?

Como cualquier activo financiero avanzado, existe un riesgo elevado si no conocemos bien sus características. Los ETF apalancados son activos más volátiles que los subyacentes a los que van asociados y por tanto pueden suponer más riesgo, al multiplicar su variación. La mejor forma de evitar riesgos innecesarios es siempre entender bien las características del activo financiero, e incorporarlos a nuestra cartera de manera razonable y estratégica.

Conclusión

La utilización de ETF apalancados e inversos nos ofrece la opción de obtener la misma flexibilidad que otros instrumentos derivados más complejos, de forma fácil y económica, para poder implementar estrategias de inversión elaboradas. Como cualquier activo financiero avanzado, conviene conocer bien su funcionamiento y posibles riesgos para sacar el máximo provecho a todas sus posibilidades.

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