Ahorrar. Nos trae a casi todos de cabeza. Porque es el objetivo que la mayoría tenemos todos los meses cuando cobramos la nómina o recibimos los pagos de nuestros clientes, pero casi nunca acabamos cumpliéndolo. O. al menos, no en la forma que nos gustaría.
Prácticamente todos los españoles les encantaría ahorrar cada mes o cada año cierta cantidad de dinero y saber que cuentan con ese respaldo financiero en su haber, algo que les aportaría una enorme tranquilidad. Pero, por desgracia, España es de los países europeos con menos cultura del ahorro, vivimos muy al día y es algo que nos hace muy vulnerables cuando vienen épocas de crisis, como ya hemos visto.
Por eso, cada vez más, desde distintos ámbitos, públicos y privados, se están haciendo mayores esfuerzos para poner su granito de arena a la hora de formar a los ciudadanos en la cultura del ahorro, pues, a mayor ahorro, mayor bienestar social. Al final, el objetivo de todo ciudadano es vivir mejor sin tener que pasar preocupaciones económicas ni situaciones dramáticas.
Aunque, desafortunadamente. todavía nadie ha dado con esa fórmula mágica que nos convierta a todos en ahorradores efectivos de golpe. Ni nunca sucederá, porque ahorrar es una carrera de fondo, implica tener una disciplina y un objetivo muy claro. Es muy importante crear el hábito del ahorro, y aunque en una primera fase puede parecer un mundo, llegará un día en que ni te suponga un esfuerzo porque lo tendrás interiorizado. O mejor dicho, automatizado.
Cómo ahorrar programando mi ahorro
En la actualidad, prácticamente todo lo que hacemos a lo largo del día está programado. Programamos la alarma del despertador en el móvil, para que nos despierte a la hora cada mañana; programamos el tiempo que vamos a dejar el café en el microondas; programamos la lavadora y la climatización para que se pongan a una hora determinada…
Si ya lo hacemos con todas esas actividades diarias de forma programada… ¿Por qué no hacer lo mismo con el ahorro? Sí, aunque suene extraño de primeras, el ahorro también se puede programar, nos va a facilitar mucho la tarea y pronto conseguiremos ahorrar sin tan siquiera darnos cuenta.
Y… ¿cómo hacerlo? Pues muy fácil, gracias a la tecnología. Como todos hemos comprobado, en nuestro día a día la evolución tecnológica nos ha facilitado la vida de múltiples formas. Internet y todo el desarrollo que hay detrás permiten que podamos hacer las cosas en menos tiempo, sin esfuerzo en muchos casos y de forma automática. Y esto lo podemos trasladar también al ahorro.
Banca online, el gran aliado del ahorro programado
Las finanzas y la tecnología hace ya tiempo que van de la mano y, al igual que existen aplicaciones para hacer la compra, leer el periódico, contar nuestro rendimiento deportivo etc., las hay para ayudarnos a ahorrar. Por aquí hemos hablado muchas veces de ellas y de cómo dar ese impulso que necesitamos para organizar nuestras finanzas personales con ellas. Porque, sin duda, es más fácil ahorrar gracias a ellas.
Es muy sencillo. En una de estas apps, la que mejor nos venga, programamos el ahorro mensual que queremos lograr, y lo llevamos a cabo moviendo cada mes una suma concreta, elegida por cada uno, a la cuenta de ahorro. El objetivo es que esa cantidad ni la veamos ni la gastemos.
De igual forma, esto mismo se puede programar directamente con el banco, que hará esa gestión por nosotros mediante transferencias automáticas. Así que, de nuevo, no nos supondrá tanto esfuerzo, ya que estará planificado de antemano.
Porque, aunque decidamos hacerlo de la forma tradicional, guardando nosotros cierta cantidad cada mes en nuestra casa, en la clásica hucha, sabemos que con el ritmo de vida actual es mucho más difícil. Y aunque lo logremos, el hecho de que ese dinero esté cerca de nosotros, a nuestra disposición, podría hacerlo peligrar.
Por tanto, para no caer en tentaciones ni derroches que rompan esa bonita senda de ahorro, sería recomendable que estuviera en el banco, en una cuenta sin tarjeta asociada, para que solo podamos gastarlo de forma consciente, cuando realmente lo necesitemos. De este modo, tendremos nuestra cuenta del día a día, en la que se harán los ingresos y los gastos pertinentes (incluidos esos caprichos que, de vez en cuando, también nos merecemos darnos), mientras que la cuenta de ahorro quedará reservada solo para ese fin.
Así, vemos cómo programar un ahorro concreto cada mes no tiene que ser una misión imposible; es más, está muy al alcance de nuestra mano. Ahora es decisión personal es si dar ese paso cuanto antes y programarlo ya mismo, o hacernos todavía más los remolones.