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Actualización escenario macroeconómico ante la guerra de Ucrania

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Estanflación

Una crisis con múltiples canales y elevada incertidumbre, en la que surge con fuerza el riesgo de la estanflación.

Canal financiero

Canal económico y empresarial

Canal social y sentimiento económico

Canal Commodities

La combinación de esa menor demanda, menor inversión y menor crecimiento económico, junto con la presión inflacionista, aumentan  el  riesgo  de estanflación.

Ante este entorno, el BCE ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento de la zona monetaria a corto plazo en 0,5 pp a un 3,7% anual (vs. 4,2% estimado en diciembre) y a un 2,8% anual en 2023 (vs. 2,9% anterior). A su vez, ha confirmado el repunte de las perspectivas de inflación al situarlas en un 5,1% anual en el conjunto de 2022 frente a un 3,2% proyectado anteriormente, que se moderaría a un 2,1% anual en 2023. En su escenario más adverso, el crecimiento en la Eurozona podría reducirse a un  2,3% anual este año y la inflación situarse en 7,1% en el promedio del año.

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Por su parte, la Fed ha revisado a la baja en 1,2 pp sus previsiones de avance del PIB a un 2,8% este año, situándose ligeramente por encima de su crecimiento previo a la pandemia de un 2,3% en 2019.

En un primer análisis, elaborado por Oxford Economics, en un escenario adverso, en el que la guerra se prolongue hasta 2023 y continúen las sanciones a Rusia aumentando el riesgo de una reducción de su suministro de gas, el ritmo del crecimiento de la economía global podría volver al entorno del 3% anual (a niveles prepandemia) y reduciéndose en 1,30 puntos porcentuales su avance esperado en los próximos dos años. Esto sin olvidar que, en el caso de la Eurozona, este recorte podría ser del 3%, y donde no debemos descartar periodos puntuales  de  recesión  económica,  mientras  que  EEUU  y  China presentarían un impacto menor de 0,5 pp.

Política monetaria y fiscal

Shock de oferta y geopolítico que limita la capacidad de los bancos centrales para controlar las crecientes presiones inflacionistas.  No  obstante, continuarán con la progresiva normalización de la política monetaria, con  el objetivo de anclar las expectativas de inflación y evitar los efectos de segunda ronda.

Será trascendental las medidas que adopten los gobiernos de forma consensuada con las empresas y en el seno de la UE y entre los países aliados para evitar un aterrizaje más severo de la economía.

Nuevo orden mundial

Hasta ahora las únicas certezas son el elevado coste que pagará  Ucrania  por defender su independencia, que preservar los valores democráticos es otro de los principales retos de este siglo, y que la estrategia geopolítica de la UE irá asociada a una mayor seguridad energética, a través del despliegue de las energías renovables y el uso de la energía nuclear, y la defensa del proyecto Europa. Todo ello unido a que se abre un escenario de menor globalización y de un mundo configurado en bloques, que tendrán que diseñar  un nuevo orden mundial para hacer frente a retos geopolíticos, sanitarios, climáticos y de ciberseguridad.

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