La sesión de hoy ha dejado patente que la incertidumbre es una mala aliada la las bolsas. La compleja situación política que queda en España tras las elecciones ha sido el protagonista absoluto del día, y no solo en nuestro país. Medios de todo el mundo se han hecho eco de ello.
Las declaraciones de algunos miembros de los partidos implicados han aumentado la volatilidad que se ha vivido durante toda la sesión y dejan claro que será difícil formar un gobierno estable.
El Ibex ha cerrado en los 9.365 puntos tras perder un -3,62%, en lo que es la segunda mayor caída del año solo por detrás de la que vivió el fatídico 24 de agosto, día en que las dudas por China desataron el pánico en todas las bolsas del mundo.
Sin embargo, en esta ocasión la bolsa española se ha desmarcado del resto de índices, que han estado en verde durante casi todo el día pero se han dado la vuelta en la recta final. El Eurostoxx se ha dejado un -1,46%, el CAC francés un -1,30% y el DAX alemán un -1,04%.
Como era de esperar, las empresas del Ibex con más exposición a España han sido las peor paradas. Y de estas, las pertenecientes a los sectores más regulados como lo son la banca y las eléctricas. El farolillo rojo ha sido la entidad catalana Caixabank (-7,44%), seguido por AENA (-7,02%), Banco Popular (-6,90%) y Endesa (-5,30%).
Aunque las 35 del Ibex han finalizado en rojo, valores como Amadeus (-0,76%), FCC (-0,36%) e IAG (-0,25%) han aguantado mejor el tipo. La aerolínea IAG sigue agradeciendo los bajos precios del petróleo, que hoy vueleva bajar y ve prolongar su mala racha.
En el mercado de deuda la reacción ha sido menos dura. La prima de riesgo ha escalado 8 puntos básicos hasta los 122, lejos aún de los 161 que marcó en julio, en medio de las negociaciones sobre el rescate a Grecia.
A nivel macroeconómico sólo hemos podido destacar el dato adelantado de confianza del consumidor de la eurozona del mes de diciembre, que ha marcado una lectura de -5,7 (vs -5,9 estimado y anterior).