Las palabras de Draghi fueron un jarro de agua fría para la renta variable la semana pasada. El presidente del BCE, aunque anunció una ampliación del plazo del programa QE, no anunció el aumento de su cantidad hasta los 70.000 Mn€ – 75.000 Mn€ que descontaban los mercados, desde el actual nivel de los 60.000 Mn€. La reacción más inmediata fue el repunte del euro sobre el dólar, situándose a día de hoy el cambio eurodólar en 1,082 (1,057 hace una semana).
También las bolsas europeas sufrieron notables descensos. El Eurostoxx arranca esta semana en torno a los 3.300 puntos, y el Ibex 35 lucha por mantener los 10.000.
La renta fija no se escapó del efecto, especialmente la deuda soberana europea. La rentabilidad de la letra a 1 año de la eurozona recupera esta semana hasta -0,27% (-0,34% la semana pasada), y su bono a 10 años ofrece un 0,65% (0,48% la semana pasada).
Por su parte, la OPEP tampoco trajo buenas nuevas y rechazó el recorte en su producción, lo que produjo que el crudo continuará con descensos, cotizando hoy el barril Brent en los 41,89 US$ (42,98 US$ al arranque de la semana pasada).
Las turbulencias en la renta variable son siempre bien recibidas por el oro como valor refugio, que inicia esta semana cotizando su onza en los 1.084 US$ (1.056 US$ el lunes pasado).