Una de las estrategias de inversión más atractivas para los gestores profesionales en los mercados financieros es la denominada estrategia Global Macro.
Esta estrategia de inversión se caracteriza por llevar a cabo una estrategia global, es decir, en la que se tienen en cuenta activos y mercados de todo el mundo para crear una cartera de inversión que nos permita ganar a la media del mercado.
Los criterios de selección de activos y de estrategias se basan en el análisis macroeconómico y en el consiguiente impacto de las variables económicas más importantes (tipos de interés, inflación, tipo de cambio…) sobre los diferentes mercados financieros.
La clave para obtener enormes beneficios en este tipo de estrategias es el adelantarse al evento que el gestor prevé que podría ocurrir, lo que implica incurrir en unos mayores niveles de riesgo dado que el análisis sobre qué va a ocurrir puede ser erróneo.
Así, si un gestor de un hedge fund global macro estima que el tipo de cambio del euro frente al dólar va a alcanzar la paridad en los próximos meses, tomará posiciones cortas en el cruce EURUSD aún cuando en la actualidad la tendencia de dicho cruce de divisas sea la contraria. El objetivo será obtener el máximo beneficio posible, por lo que la razón de adelantarse a la tendencia prevista es entrar en ella desde el principio, aunque sea asumiendo pérdidas temporales.
Es muy habitual que los analistas de los fondos que llevan a cabo una estrategia global macro basen su análisis en modelos cuantitativos. Los modelos cuantitativos que se utilizan en la gestión de carteras de inversión mezclan conceptos estadísticos y económicos.
Estos modelos tratan de establecer una relación numérica entre una determinada variable y otras que la determinan, como por ejemplo el PIB y sus componentes (consumo, inversión, gasto público y saldo comercial), y tratan de obtener una determinada información numérica (tasa de variación esperada, por ejemplo). Toda esta información es interpretada de forma que se busca detectar alguna tendencia importante del mercado en un futuro más o menos cercano.
A la hora de tener en cuenta esta estrategia de inversión cabe preguntarse cómo puede un inversor minorista implementarla en su plan de inversión.
La forma más sencilla de acceder a este tipo de estrategia es a través de un fondo de inversión, concretamente adquiriendo participaciones de un hedge fund. El problema aquí radica en que no todo el mundo puede acceder a este tipo de vehículo de inversión debido a que las condiciones de acceso a un hedge fund son bastante restrictivas.
En primer lugar, para poder comprar participaciones de un hedge fund la gestora nos tiene que consideran como “inversor cualificado”, lo que supone que la persona en cuestión debe tener unos amplios conocimientos financieros.
Además, la entrada en un hedge fund no es para todos los públicos, sino que normalmente tienen un capital mínimo de inversión que suele rondar los 50.000€.
Un inversor particular también puede intentar adelantarse a las tendencias de determinados mercados mediante la previsión personal acerca de qué va a hacer una determinada variable o un determinado activo. Para ello puede tomar posiciones con productos apalancados antes de que se inicie la tendencia que prevé. Obviamente este tipo de estrategia es altamente arriesgada, por lo que solo es recomendable realizarla si somos expertos en el mercado en cuestión, y aun así estaríamos asumiendo elevado riesgo.
Son muchos los grandes inversores que han labrado su fortuna a través de una estrategia de inversión global macro. Posiblemente el más conocido sea George Soros, el cual en el año 1992 apostó fuertemente por una depreciación de la libra esterlina. Poco a poco había tomado posiciones compradoras en libras frente al marco alemán a través de productos derivados, y posteriormente vendía todas sus posiciones de golpe provocando el hundimiento de la moneda británica y llegó a embolsarse más de 1.000 millones de dólares en un solo día.