Tomar decisiones acertadas y hacerlo a tiempo es imprescindible en muchos ámbitos. En las finanzas puede suponer el éxito o el fracaso de una estrategia de inversión o de un plan para ahorrar. En lo social y en lo económico, las profecías autocumplidas y el efecto Pigmalión tienen mucho que decir, porque, como veremos, tanto quiso el escultor a su estatua, que esta cobró vida.
Profecía autocumplida: el efecto Pigmalion
El efecto Pigmalión podría ser el bonus track de los sesgos cognitivos que ya describimos con detalle en artículos previos. Si el entorno y la experiencia llevan al cerebro a errar en la toma de decisiones (sesgos cognitivos), la sucesión de decisiones influenciadas por una predicción o un hecho que podría ser real, acaba favoreciéndolo.
En el décimo libro de Las metamorfosis de Ovidio, Pigmaleón es un escultor chipriota que talló una escultura de mujer en marfil a la que llamó Galatea. El célibe artista se enamoró de la perfección de su creación y tánto la deseó que la diosa Afrodita intercedió para que el amor de su vida se hiciera de carne y hueso.
Profecía autocumplida: efecto Rosenthal
El efecto Pigmalion fue ampliamente estudiado en las aulas por el profesor Robert Rosenthal, en Harvard. En su libro “Pygmalion in the classroom” profundiza en el impacto de las expectativas de los maestros sobre el rendimiento de los alumnos.
Rosenthal y Jacobson realizaron un test de inteligencia al principio del curso. Seleccionaron un grupo de alumnos al azar y de ellos dijeron a los profesores que tenían mayor capacidad de aprendizaje. Transcurridos unos meses repitieron la prueba y, sorprendentemente, esos alumnos elegidos aleatoriamente habían mejorado su nivel, fruto de las mayores expectativas de sus maestros.
Hay evidencias en múltiples ámbitos de que el efecto Pigmalión, actuando sobre las expectativas de las personas, puede efectivamente transformarlas, aumentando su rendimiento y capacidades.
En el entorno empresarial, también se ha evidenciado este efecto. Los profesores Nicole Kierein y Michael Gold probaron que, si mejoran las expectativas de los directivos sobre sus subordinados, de alguna forma se transfieren a estos, aumenta su autoestima y les impulsa a mejorar en sus labores asignadas. Dicho de otro modo, los empleados rinden en base a las expectativas que sus supervisores ponen sobre ellos. Y también en sentido contrario, es decir, menor expectativa acarreaba menor rendimiento.
Profecía autocumplida: el poder de la autoestima
Los estudios apuntan a que la justificación detrás de este efecto es la autoestima. Veamos:
- Un agente externo deposita mayores expectativas en un sujeto.
- Estas causan acciones en su entorno y le hace llegar estas expectativas.
- Que refuerzan la autoestima y las expectativas propias del sujeto.
- Y estas influencian su conducta para cumplir con esas expectativas.
Profecía autocumplida en la economía: teorema de Thomas
En el mundo de las finanzas también se recurre con frecuencia al término “profecía autocumplida”; en el foco de estudio de la economía conductual, pero más acorde con el Teorema de Thomas, que en 1929 promulgaba que «si las personas definen situaciones como reales, serán reales sus consecuencias«. Bajo este enfoque, una profecía autocumplida convierte un posible escenario en un escenario real.
- En muchas ocasiones, la percepción de los primeros síntomas de una tendencia económica (por ejemplo, recuperación o desaceleración) pueden llevar a los agentes a acelerar el proceso.
- En otras circunstancias, el pronóstico de un escenario futuro (subida del precio de la energía, inflación…) puede desencadenar que los agentes económicos varíen su comportamiento en esa dirección, como si esa predicción fuese real.
Incertidumbre y profecías autocumplidas
Como ocurre con otros sesgos cognitivos, los individuos toman decisiones ante una situación de incertidumbre. El sesgo aquí es valorar en exceso o tomar como ciertas señales o síntomas de un posible escenario futuro. Cuanto más incierto sea el futuro, más fácil es dejarse llevar por los sentimientos y predicciones en vez de por las señales que muestran que ese horizonte sea plausible.
En multitud de ocasiones se ha utilizado el término profecía autocumplida en el ámbito económico. A modo de ejemplo, sin retroceder demasiado, en 2022, en los primeros meses de desaceleración económica en Estados Unidos, el sentimiento generalizado de los consumidores era pesimista. Como subrayan Schiller y Thaler, autores destacados en economía conductual, la percepción global es extremadamente importante, porque el miedo a la recesión generalizado afecta a la toma de decisiones del conjunto de la población y, efectivamente, puede crear recesión.
Como hemos visto, las profecías autocumplidas cobran más importancia en las situaciones donde las decisiones de las personas marcan acciones que definen el futuro, llegando incluso a condicionarlo, como ocurre en el ámbito económico y social.