Los dividendos, es decir, el pago periódico que reciben los accionistas de una empresa, están instalados en el imaginario colectivo como una remuneración líquida, un flujo de cash. Sin embargo, esa no es la única forma que pueden adoptar: los inversores también pueden recibir otras acciones, en lugar de dinero, como abono por este concepto. A esto se le llama scrip dividend, dividendo en acciones o dividendo flexible.
¿Qué es un scrip dividend?
La traducción al castellano más aproximada para scrip dividend es ‘dividendo flexible’. También conocidos como dividendos opcionales, constituyen una excelente opción remuneratoria para aquellas compañías que necesiten, o prefieran, mantener o ampliar su liquidez.
Los scrip dividend son una alternativa muy popular en tiempos de crisis o incertidumbre, cuando el consumo baja y las empresas ven amenazada su cuota de negocio. En esos momentos, remunerar a los accionistas mediante un aumento de sus participaciones permite a la mercantil mantener unas reservas de liquidez que pueden ser vitales si la situación de desplome de los mercados se prolonga.
¿Cómo funciona este modelo?
Esta modalidad de dividendo sustituye los pagos en líquido por acciones, que se suman a la masa de participaciones que ya poseían los inversores de la mercantil.
Jurídicamente, el procedimiento toma la forma de una ampliación de capital en la que se garantiza la preferencia de los actuales accionistas en la suscripción de acciones. Estos, una vez han recibido su dividendo en acciones, pueden optar por venderlos a la empresa y así recibir una remuneración convencional; o bien ponerlos a la venta en el mercado al precio de cotización.
Como se ha dicho, este modelo requiere de una ampliación del capital social, para lo que es necesario el acuerdo de la Junta General de Accionistas, que tendrá que aprobar la operación a propuesta del Consejo de Administración de la entidad.
Ventajas y desventajas de un scrip dividend para el inversor
Los beneficios de los scrip dividend para el beneficiario pertenecen, fundamentalmente, a las índoles tributaria y especulativa. A modo de resumen, podemos señalar los siguientes:
- En primer lugar, para aquellos inversores que quieran incrementar su presencia financiera en la compañía, es un modo fácil y rápido de conseguir su objetivo.
- Aumentar su patrimonio accionarial en un momento complicado del mercado le da al inversor la oportunidad de ‘aguantar’ y esperar a que las fluctuaciones financieras aumenten el valor de sus acciones. En otras palabras, abonar la tierra para recoger frutos más adelante.
- Las acciones recibidas no tributarán en el IRPF hasta que sean liquidadas, es decir, hasta que sean vendidas. De este modo, el destinatario del scrip dividend obtiene su remuneración sin ser gravada en ese momento.
Por el lado de las desventajas, cabe mencionar que especular con valores requiere preparación y conocimientos:
- Hay que partir de la premisa de que las dos primeras ventajas de las que hemos hablado pueden convertirse en inconvenientes. Porque, a fin de cuentas, todo depende del perfil del inversor y de las perspectivas del mercado.
- Las características personales del beneficiario también pueden hacer que sea poco apto para recibir su remuneración en acciones. Si no tiene formación financiera suficiente, ni desenvoltura para bucear en los mercados en busca de oportunidades, la mejor opción es ser remunerado con dinero.
- Desde el prisma global de la empresa, no hay que olvidar que ampliar el capital social para repartir más acciones disminuye el valor individual de las mismas; el valor de la mercantil es el mismo, pero más fraccionado.