Sin agua no es posible la vida tal y como la conocemos. Pero cada vez el agua potable es más escasa. Se estima que la brecha entre la oferta y la demanda de agua alcanzará el 40% para el año 2030 ¿Por qué? Básicamente, por la crisis climática, el crecimiento de la población y la transición hacia las energías limpias.
Escasez de agua potable: reto humanitario y económico
Tanto es así, que el Banco Mundial estima que la falta de agua podría impactar el PIB de algunos países hasta el 6% para 2050. Por lo tanto, no es solo un problema humanitario, sino económico.
Para entidades como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI) una cuarta parte de la población mundial no tiene acceso a agua limpia y cerca de la mitad no dispone de fuentes de saneamiento.
En muchas regiones, la falta de agua implica falta de alimentos en un momento en el que las sequías y las inundaciones crecen en aumento y severidad, tal y como recoge la Agencia Medioambiental Europea.
Las dos grandes megatendencias que impactan en la escasez de agua son el cambio climático y el futuro de los alimentos, según recogen en Morgan Stanley. Sus expertos lo ven como el problema más complejo y costoso a afrontar. Consideran que los problemas derivados de la falta de agua requerirán inversiones significativas en infraestructuras y tecnología, cambios políticos que acerquen el precio del agua a su valor real, así como cambios en su utilización en todas las industrias. Y proponen cinco posibles soluciones al problema del agua:
1. Precios que reflejen el valor real del agua
Muchos de los retos asociados al agua se deben a sus características únicas. El agua es una materia prima difícil de mover y su precio no refleja su valor real. En realidad, es de las pocas materias primas que no tiene un mercado donde reflejar sus precios según la oferta y la demanda.
Por eso mismo, no ha habido financiación en infraestructuras. El mundo gasta 850.000 millones de dólares anualmente en la provisión y el mantenimiento del agua, de los que solo 300.000 millones son gastos de capital, según Morgan Stanley. Esto es un tercio de lo que se gasta en electricidad o la industria de combustibles fósiles.
Los expertos estiman que en los próximos cuatro años se gastarán 1,4 billones en expandir y mejorar las infraestructuras para el agua.
2. Innovación para ahorrar agua
La agricultura supone el 70% del agua global gastada. Se han intensificado las innovaciones para ahorrar agua, del tipo semillas más resistentes a sequías o inundaciones o sistemas de riego más eficientes. Puesto que no hay más terreno cultivable ni más agua para regar, la eficiencia de los cultivos es la clave para el futuro de la alimentación.
3. Controlar y medir el uso del agua
Se suele decir que no se puede gestionar lo que no se puede medir. Pues hasta un 30% del agua global no se cuantifica. Muchos sistemas de medición del consumo de agua están caducos. Si estos sistemas se mejorasen, aumentaría la eficiencia.
4. Mejoras en los métodos de desalación
Con un 97% del agua global en los océanos, la desalinización es una de las mejores opciones para obtener agua potable. En 2020, la desalinización daba respuesta a solo el 1% de la demanda. Hoy, con unos 150 proyectos desaladores en marcha, el mercado podría crecer un 9% anualmente hasta 2025.
La desalinización es cara para la agricultura, pero es una solución para los hogares y las empresas. Las nuevas tecnologías a base de nanomembranas permitirán desalinizar antes y mejorar la capacidad total del sector.
5. Repensar el consumo de agua
Más allá de la agricultura, hay muchas otras industrias que consumen cantidades ingentes de agua. Estas empresas farmacéuticas, de bebidas, moda, semiconductores y centros de datos, también deben controlar su consumo de agua. Entre otras cosas, porque su precio aumentará y lo sufrirán en sus cuentas a medida que, como es previsible, aumente el control del consumo de agua y paguen por lo que gastan.
Pese a ello, las grandes consumidoras de agua son las empresas de servicios o utilities, las mineras y las cementeras. Por ese motivo, serán estas compañías las que tengan que ponerse serias sobre el uso de agua desalinizada, agua reciclada y otras nuevas tecnologías.
Estos cinco aspectos comentados deben ser vigilados por los inversores en empresas, fondos de inversión y ETF de los sectores relacionados directa o indirectamente con el agua.
La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
Ninguna parte de este documento puede ser copiada o duplicada de cualquier forma o medio o redistribuida sin el previo consentimiento por escrito de Singular Bank.