La situación económica sigue siendo una de las mayores preocupaciones de los españoles -sobre todo, después de la crisis– y un tema que domina casi todos los ámbitos de la sociedad. Su evolución acaba influyendo en todo: en la educación, en la salud, en el consumo, en el bienestar y, por supuesto, también en la política.
La economía, por suerte, no es algo totalmente impredecible; la economía se mueve de forma cíclica, es decir, sigue diferentes fases o ciclos económicos. Es algo que históricamente se ha demostrado aunque, cada ciclo presenta sus propias particularidades.
Resulta importante conocer en qué consiste cada ciclo, cuánto puede durar y cómo detectar que estamos en uno u en otro y, sobre todo, cuál es el siguiente que va a llegar. De esa forma nos podremos prepararnos para ello, no solo a nivel microeconómico -personal-, sino también macroeconómico.
El ciclo económico marca tu vida
Los cambios de ciclo económico tienen especial incidencia en la sociedad. Primero llega a los mercados, y después se traslada a los ciudadanos, por eso el ahorro es fundamental, porque la situación económica cambia cada cierto tiempo.
Como decíamos, un ciclo económico es, sencillamente, el cambio de la situación económica, las oscilaciones que presenta: expansión y contracción. Y una sucede a la otra.
Esto supone que después de una época de crecimiento económico viene otra de recesión. Y así sucesivamente. El problema es que la fase de contracción puede derivar en crisis económicas, con graves consecuencias para los estados y, sobre todo, para las personas.
Las diferentes teorías económicas justifican cada ciclo bajo determinadas causas y consecuencias, pero, para simplificar sus ideas, todos coinciden en que se trata de una etapa de tiempo determinado que cumple unas características concretas.
En las curvas de los ciclos económicos se identifican cuatro fases:
- Recuperación: la economía vuelve a ir en ascenso.
- Auge: cuando llega a su etapa más alta, toca techo.
- Recesión: la economía desciende.
- Depresión: punto más bajo del ciclo, toca suelo.
Aunque cada fase tiene sus características, el nivel de empleo suele reflejar en qué punto del ciclo económico nos encontramos. Cuando la economía se está recuperando se crea más trabajo, en auge el crecimiento se estanca, en recesión empieza a aumentar el número de desempleados y en depresión, igualmente, la destrucción de empleo se frena.
¿Y cuánto dura cada ciclo? Es impredecible, solo se pueden identificar como cortos, medios o largos, una vez que han pasado y se ha entrado en el siguiente ciclo.
En concreto, los cortos apenas durarían unos 40 meses, ni dos años. Los medios, ocho años, y los largos, unos 50 años. En las últimas décadas los más habituales han sido los medios. En cualquier caso, no todos los economistas comparten estas categorías, pero sí son las más aceptadas en general.
Hay que precisar, también, que en cada ciclo hay fluctuaciones. Por ejemplo, en España, donde el empleo va muy ligado al sector servicios y al turismo, es típico que en verano se creen más puestos de trabajo que en invierno, cuando no hay tanta actividad turística ni tampoco de consumo.
La economía se mueve de una forma cíclica que, en cierta manera, se puede predecir. Recordemos eso de ‘época de vacas flacas’ y ‘época de vacas gordas’. Cada cierto tiempo la sociedad se empobrece y vuelve a enriquecerse. Con esto presente, deberíamos estar preparados con una estrategia de ahorro adecuada para que cuando vengan ‘las flacas’ podamos sortearlas de la mejor manera posible.